91. De Abajas a Castil de Lences

INDICE IBP de Dificultad de la Ruta

Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/

El resultado del análisis IBP es de 54 (para Senderismo): dificultad 'Media' para una preparación física 'Media'.

El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 507 metros (superior al que estima Wikiloc).


Ruta realizada el 13 de junio de 2021 (publicada en Wikiloc el 12 de abril de 2022). Para orientarnos, consultamos la información y los mapas proporcionados en ‘Sendas de Burgos’ (https://sendasdeburgos.blogspot.com/search?q=de+abajas+a+castil+de+lences). Hicimos algunas variaciones a lo largo de la subida al páramo, aparte de un desvío (nuestro) innecesario en el km 1,7 (‘nos dejamos llevar’ hacia la izquierda y luego tuvimos que desandar unos 300 metros).

En fecha muy posterior (10 de abril de 2022) hicimos una excursión por una zona muy próxima a ésta, entre Castil de Lences y Poza de la Sal ( https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/de-castil-de-lences-a-poza-de-la-sal-99536841 ). Esto despertó nuestro recuerdo de la ruta que ahora presento, entre Abajas y Castil de Lences, y nos animó a recuperarla y subirla a Wikiloc. El nexo obvio de unión entre ambas es este segundo pueblo, que es grande en su pequeño tamaño, si bien el resto de las dos rutas tiene notable interés.

El pueblo de Abajas constituye el punto de partida, saliendo por su lado oeste. Una pista nos re-direcciona enseguida hacia el noreste. Subimos por la garganta conocida como Callejón de Abajas, cruzando el monte, ya arbolado ya con arbustos. Llegamos al Páramo de Masa, culminando en una explanada sembrada de aerogeneradores. Nos acercamos al borde oriental del páramo, con vistas a La Bureba. Tomamos una vía de servicio para esas instalaciones, que desciende hasta el pueblo de Castil de Lences. Tras callejear por él, buscamos por su lado oeste un largo camino que nos devolverá a Abajas.

La orientación no es difícil, en general. Sólo durante el prolongado ascenso hay que evitar algunos desvíos incorrectos. En todo el descenso y el regreso disponemos de caminos bien marcados y prácticamente únicos; sin pérdida, una vez localizada la salida de Castil de Lences hacia Abajas. El desnivel no es grande en el ascenso, y está repartido de modo bastante uniforme y constante. Son los ‘dientes de sierra rompe-piernas’ del regreso hasta Abajas lo que castiga. Buen firme del terreno, generalmente.

Podemos destacar varios puntos de interés en la ruta. Primero, nos encantó (sujeto a gustos) el paisaje de estas tierras semi-áridas. Particularmente, sus cárcavas y barranqueras de tierra rojiza, en contraste con el intenso verdor primaveral de los montes y los campos. También es atractivo el monte; y hasta el páramo lo es, sobre todo ahora, florido. Seguro que en otras épocas del año también tienen alicientes, pero es probablemente en la primavera avanzada cuando destacan. El caso de las barranqueras es especial: no es sólo verlas desde arriba; es vivirlas desde dentro (aunque no quiero imaginármelo en tiempo húmedo…).

Además, están los dos pueblos. Castil de Lences es una villa señorial. Sus casas de fina piedra rojiza, en armonía interior y con el entorno; sus calles laboriosamente empedradas, como un bordado artesanal; su iglesia, su ermita y el monasterio de las Clarisas; y sus jardincitos y sus impetuosas canaletas de agua. Ejemplos de elegancia y buen gusto. Abajas, por su parte, aunque de apariencia más austera que su vecina, tiene igualmente un honroso abolengo histórico, con origen entre los siglos IX y X. Su iglesia constituye una de las mejores muestras del románico burebano. Destaca el refinamiento de las esculturas en el ábside y la portada.

A menudo, estas excursiones dan lugar a anécdotas. Tras aparcar en las afueras de Abajas, preguntamos a un vecino, ya entrado en años; con presumibles raíces y experiencia del lugar: --“¿Por aquí se sube al páramo?” Nos miró, curioso y amable, como sintiendo un poco de pena: –“¡Uf, al páramo! Viene un día de calor! Allá van a estar como en una sartén al fuego. No tarden”. Nos dijimos: “Si sólo es junio…”. –“Bueno, procuraremos volver pronto. Adiós”.

Miramos al cielo: Totalmente cubierto; lechoso. Despejó al poco rato y se quedó un cielo de intenso azul. Pero aún hacía bueno. Incluso cuando llegamos al páramo. “¿El buen hombre se equivocó?”, nos preguntamos, resistiéndonos a dudar de su dar credibilidad. Pero aún era temprano. Bajando a Castil de Lences, empezó a notarse el peso del calor; aunque en bajada, ya se sabe, el peso rueda sólo… Cuando llegábamos a Castil de Lences, el sol apisonaba.

Pero, ¡ay, durante el regreso hasta Abajas! Un pequeño infierno. El paisaje de aspecto semidesértico de sus cárcavas, a pesar del verdor, parecía acentuar la ley de la gravedad; al menos psicológicamente. ¡Y los fuertes (si bien cortos) repechos barranqueros del camino que la acentuaban! El lugareño tuvo razón: una sartén al fuego (…a fuego lento). Cocidos llegamos a su pueblo. Corriendo a buscar la fuente pública...