De Alamillo a Puente de Alcudia (Alamillo - Ciudad Real)
near Alamillo, Castilla-La Mancha (España)
Viewed 152 times, downloaded 7 times
Trail photos
Itinerary description
DATOS TÉCNICOS DE LA RUTA:
ibp index: 41 HKG. Dificultad: FÁCIL (Preparación física MEDIA).
Distancia total: 15,13 km.
Duración: 2 h 32 min en movimiento, 2 h 57 min en ruta.
Altitud máxima: 478 m. Altitud mínima: 376 m.
Desnivel positivo acumulado: 166 m.
Velocidad media: 5,9 km/h.
Tipo de camino: Carretera comarcal y pista de grava compactada.
Época recomendada: Primavera, otoño e invierno, evitar el verano y sobre todo en días de calor excesivo hay poca sombra en el trayecto.
DESCRIPCIÓN DE LA RUTA:
Esta ruta es fácil de seguir, saliendo de la plaza de la Constitución subimos por la calle de Las Flores, girando a la derecha al final de esta, llegamos al olivo de la plazoleta, subimos por la calle Doctor Ferranz para girar a la izquierda al final de esta hasta alcanzar el km 0 de la carretera de la estación.
Por la carretera de la estación recorremos unos 3 km hasta encontrarnos el camino de Almadén que la cruza, giramos a la izquierda, recorremos aproximadamente unos 4 km por el camino de Almadén hasta cruzar el río Alcudia por un puente de cemento, ya estaremos viendo el Puente de Alcudia.
Tras pasar el puente tomamos a la izquierda un camino que discurre paralelo al río y nos lleva directamente al Puente de Alcudia, pasamos una puerta de alcancillas tras pasar bajo el puente y tras cruzar el cauce del río entre el pastizal nos abrimos paso hasta el cementerio de los soldados.
Cuidado con el río Alcudia en tiempo de lluvias puede ir crecido.
Con nuestros tracks sólo queremos compartir la experiencia de nuestras rutas.
Los tracks y waypoints son meramente orientativos y es vuestra responsabilidad como y para que los usáis.
Y para finalizar la historia del Puente de Alcudia o de los Soldados.
El accidente de Alcudia (Extraído de Lanza Diario de la Mancha)
En 1866 circuló el primer tren de la línea Madrid-Badajoz, ya que hasta 1859 no fueron aprobados por el Gobierno los tramos Ciudad Real-Mérida y Mérida-Badajoz, Así concluía para Minas de Almadén el engorroso envío de más de 30.000 frascos de mercurio (de 34,5 Kg. cada uno) anuales a Sevilla en lentas carretas de bueyes o a lomo de caballerías, para que después fuera transportado a Cádiz por el Guadalquivir y embarcado para Londres. A partir de entonces, el mercurio fue llevado en tren hasta el nudo ferroviario de Almorchón (Badajoz) y de allí también en tren hasta Cádiz. En esa época, la comercialización del mercurio de Almadén era efectuada por los Rothschild, banqueros judíos con los que la Hacienda española, en bancarrota, venía firmando sucesivos empréstitos desde 1835.
En el punto kilométrico 279 de esta línea férrea ocurrió el 27 de abril de 1884 uno de los accidentes más graves ocurridos en España. En esa zona, dentro de la dehesa de Castilseras, la vía cruza el río Alcudia, que en aquella madrugada llevaba mucha agua por las fuertes lluvias primaverales de los días anteriores.
En el siniestro perdieron la vida 53 personas y otras 16 resultaron heridas, en su mayor parte soldados recién licenciados de los regimientos Castilla y Granada, quienes volvían a sus lugares de origen. Desde entonces, a ese puente se le conoce como el puente de los soldados.
A las pocas horas del siniestro la noticia ya había llegado a la capital y el periódico El Día publicaba que “las proporciones de la catástrofe hicieron olvidar anoche que era día de lucha electoral. No se hablaba de otra cosa en las calles, en los círculos, en los cafés, en las casas particulares, en todas partes. La impresión que produjo en los primeros momentos la noticia fue muy grande y enseguida se dieron las gentes a buscar la causa de tan infame atentado. Algunos, con impremeditación muy grave cuando faltan pruebas, murmuraban el nombre de algún partido político. Estos eran los menos, pues en realidad nadie sabía a qué atenerse y se esperaban nuevas noticias”.
Por su parte, en la reunión del Consejo de Administración de la Compañía de Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante (MZA), celebrada el 30 de abril, el Consejo informaba que “según los indicios y manifestaciones de nuestro personal y muy especialmente la de la de los ingenieros del Gobierno, todo induce a creer que un criminal intento ha sido la causa ocasional de la catástrofe y encarga al Sr. Director que por cuantos medios le sugiera su celo, procure, se averigüe y comprueba tan interesante punto”.
Hay que tener en cuenta que por entonces la catástrofe del valle de Alcudia era la mayor ocurrida en las líneas férreas españolas y que competía en horror con las mayores ocurridas en la historia de los ferrocarriles extranjeros. El puente del Alcudia se derrumbó al paso del convoy, a pesar de ser una obra de fábrica de gruesos estribos y pilas, sobre los que se asentaban tres tramos metálicos de considerable extensión. Otra circunstancia que hizo aumentar el número de fallecidos fue que el río Alcudia, que suele llevar poca agua, alcanzaba aquella aciaga noche los dos metros de profundidad. Las autopsias de los fallecidos corroboraron que muchos de ellos no tenían heridas mortales, sino que fallecieron de asfixia por inmersión.
Al poco rato comenzó a llegar ayuda de Almadén y otros pueblos vecinos. En el rescate destacó “un modesto industrial, popular hoy en España, el célebre zapatero de Almadén, Don Eduardo Hervás, hombre de unos cuarenta años, pobre, de corazón noble y gran valor, que luchando con el frío, la corriente de las aguas y el peso del material derrumbado, logró extraer multitud de cadáveres, portándose como un héroe y siendo digno de la estimación pública que conquistó por su generoso comportamiento”. Los fallecidos fueron enterrados en cristiana sepultura en un improvisado cementerio cercano al puente, donde todavía se conserva una cruz de piedra en su recuerdo. Por su parte, los catorce heridos graves fueron trasladados a Almadén, donde fueron asistidos hasta su total curación en el Real Hospital de Mineros. El herido más grave fue dado de alta el 26 de septiembre, cinco meses después de ocurrido el accidente.
Llevadas a cabo las oportunas investigaciones judiciales se detectó que un poste telegráfico, situado a la entrada del puente, estaba aserrado y que también había otro poste arrancado a poca distancia de allí. La hipótesis de un descarrilamiento provocado fue que una o varias personas hubieran separado las escarpias que sujetan los raíles y aflojado los tornillos, pero nada de eso pudo probarse. Tampoco se encontró ningún indicio de que se hubiera tratado de volar el puente con explosivos o de que se hubiera interceptado la vía, por lo que el ministerio fiscal concluyó calificando los hechos de autos de cincuenta y tres delitos de homicidio, doce de lesiones graves y cuatro de menos graves cometidos por imprudencia temeraria. El fiscal acusaba así al maquinista, al conductor y a su ayudante de exceso de velocidad, solicitando penas de dos años y cuatro meses de cárcel para el maquinista, de año y medio para el conductor y de dos años para su ayudante.
En el libro El puente de los soldados, publicado a finales de 2017, su autor, Francisco Muñoz de la Nava, mantiene la tesis de que el accidente fue provocado para influir en los votantes, pues ese mismo día hubo elecciones generales. Como novela histórica que es, el autor se permite esta licencia, pero hacía ya diez años que había ocurrido en la comarca de Almadén el último atentado faccioso, coletazo de la tercera guerra carlista. El periódico La Época, en su edición de 6 de febrero de 1874, informaba: “El incendio de la estación de Almadén (se refiere lógicamente a la de Almadenejos), el descarrilamiento de un tren de mercancías sobre el magnífico puente del Guadalmez y el de la máquina exploradora a la entrada de la estación de Almadén, accidentes ocurridos cuando la compañía ferroviaria de Ciudad Real a Badajoz iba dentro de dos o tres días a dar paso a los trenes por el puente sobre el río Jabalón, destruido también por los carlistas el 23 de enero último, son las causas que han movido a dicha compañía a suspender la circulación de trenes entre Ciudad Real y Almorchón. En virtud de este acuerdo quedan interrumpidas las comunicaciones entre España y Portugal, y el gobierno de la nación se ve imposibilitado de dar salida a los azogues de Almadén por las vías férreas, aparte de los enormes perjuicios que la suspensión del tráfico ferroviario de la línea de Ciudad Real a Badajoz ha de ocasionar a numerosas industrias de importantísimas zonas”.
El 27 de junio de 1885 se dictó sentencia en Ciudad Real, no admitiendo el juez ninguna de las hipótesis aducidas para el descarrilamiento. Como no pudieron probarse ni el exceso de velocidad ni que “el siniestro se debiera a una mano airada que hubiera arrancado escarpias de los raíles, interceptado la vía o volado el puente con materias explosivas”, el juez declaró que el hecho de autos no era constitutivo de delito alguno. Por tanto, los tres operarios del ferrocarril quedaron libremente absueltos y tampoco se exigió ninguna responsabilidad civil a la Compañía de Ferrocarriles MZA.
FUENTE: https://www.lanzadigital.com/blogs/la-catastrofe-ferroviaria-del-puente-alcudia-ano-1884/
ibp index: 41 HKG. Dificultad: FÁCIL (Preparación física MEDIA).
Distancia total: 15,13 km.
Duración: 2 h 32 min en movimiento, 2 h 57 min en ruta.
Altitud máxima: 478 m. Altitud mínima: 376 m.
Desnivel positivo acumulado: 166 m.
Velocidad media: 5,9 km/h.
Tipo de camino: Carretera comarcal y pista de grava compactada.
Época recomendada: Primavera, otoño e invierno, evitar el verano y sobre todo en días de calor excesivo hay poca sombra en el trayecto.
DESCRIPCIÓN DE LA RUTA:
Esta ruta es fácil de seguir, saliendo de la plaza de la Constitución subimos por la calle de Las Flores, girando a la derecha al final de esta, llegamos al olivo de la plazoleta, subimos por la calle Doctor Ferranz para girar a la izquierda al final de esta hasta alcanzar el km 0 de la carretera de la estación.
Por la carretera de la estación recorremos unos 3 km hasta encontrarnos el camino de Almadén que la cruza, giramos a la izquierda, recorremos aproximadamente unos 4 km por el camino de Almadén hasta cruzar el río Alcudia por un puente de cemento, ya estaremos viendo el Puente de Alcudia.
Tras pasar el puente tomamos a la izquierda un camino que discurre paralelo al río y nos lleva directamente al Puente de Alcudia, pasamos una puerta de alcancillas tras pasar bajo el puente y tras cruzar el cauce del río entre el pastizal nos abrimos paso hasta el cementerio de los soldados.
Cuidado con el río Alcudia en tiempo de lluvias puede ir crecido.
Con nuestros tracks sólo queremos compartir la experiencia de nuestras rutas.
Los tracks y waypoints son meramente orientativos y es vuestra responsabilidad como y para que los usáis.
Y para finalizar la historia del Puente de Alcudia o de los Soldados.
El accidente de Alcudia (Extraído de Lanza Diario de la Mancha)
En 1866 circuló el primer tren de la línea Madrid-Badajoz, ya que hasta 1859 no fueron aprobados por el Gobierno los tramos Ciudad Real-Mérida y Mérida-Badajoz, Así concluía para Minas de Almadén el engorroso envío de más de 30.000 frascos de mercurio (de 34,5 Kg. cada uno) anuales a Sevilla en lentas carretas de bueyes o a lomo de caballerías, para que después fuera transportado a Cádiz por el Guadalquivir y embarcado para Londres. A partir de entonces, el mercurio fue llevado en tren hasta el nudo ferroviario de Almorchón (Badajoz) y de allí también en tren hasta Cádiz. En esa época, la comercialización del mercurio de Almadén era efectuada por los Rothschild, banqueros judíos con los que la Hacienda española, en bancarrota, venía firmando sucesivos empréstitos desde 1835.
En el punto kilométrico 279 de esta línea férrea ocurrió el 27 de abril de 1884 uno de los accidentes más graves ocurridos en España. En esa zona, dentro de la dehesa de Castilseras, la vía cruza el río Alcudia, que en aquella madrugada llevaba mucha agua por las fuertes lluvias primaverales de los días anteriores.
En el siniestro perdieron la vida 53 personas y otras 16 resultaron heridas, en su mayor parte soldados recién licenciados de los regimientos Castilla y Granada, quienes volvían a sus lugares de origen. Desde entonces, a ese puente se le conoce como el puente de los soldados.
A las pocas horas del siniestro la noticia ya había llegado a la capital y el periódico El Día publicaba que “las proporciones de la catástrofe hicieron olvidar anoche que era día de lucha electoral. No se hablaba de otra cosa en las calles, en los círculos, en los cafés, en las casas particulares, en todas partes. La impresión que produjo en los primeros momentos la noticia fue muy grande y enseguida se dieron las gentes a buscar la causa de tan infame atentado. Algunos, con impremeditación muy grave cuando faltan pruebas, murmuraban el nombre de algún partido político. Estos eran los menos, pues en realidad nadie sabía a qué atenerse y se esperaban nuevas noticias”.
Por su parte, en la reunión del Consejo de Administración de la Compañía de Ferrocarriles de Madrid a Zaragoza y Alicante (MZA), celebrada el 30 de abril, el Consejo informaba que “según los indicios y manifestaciones de nuestro personal y muy especialmente la de la de los ingenieros del Gobierno, todo induce a creer que un criminal intento ha sido la causa ocasional de la catástrofe y encarga al Sr. Director que por cuantos medios le sugiera su celo, procure, se averigüe y comprueba tan interesante punto”.
Hay que tener en cuenta que por entonces la catástrofe del valle de Alcudia era la mayor ocurrida en las líneas férreas españolas y que competía en horror con las mayores ocurridas en la historia de los ferrocarriles extranjeros. El puente del Alcudia se derrumbó al paso del convoy, a pesar de ser una obra de fábrica de gruesos estribos y pilas, sobre los que se asentaban tres tramos metálicos de considerable extensión. Otra circunstancia que hizo aumentar el número de fallecidos fue que el río Alcudia, que suele llevar poca agua, alcanzaba aquella aciaga noche los dos metros de profundidad. Las autopsias de los fallecidos corroboraron que muchos de ellos no tenían heridas mortales, sino que fallecieron de asfixia por inmersión.
Al poco rato comenzó a llegar ayuda de Almadén y otros pueblos vecinos. En el rescate destacó “un modesto industrial, popular hoy en España, el célebre zapatero de Almadén, Don Eduardo Hervás, hombre de unos cuarenta años, pobre, de corazón noble y gran valor, que luchando con el frío, la corriente de las aguas y el peso del material derrumbado, logró extraer multitud de cadáveres, portándose como un héroe y siendo digno de la estimación pública que conquistó por su generoso comportamiento”. Los fallecidos fueron enterrados en cristiana sepultura en un improvisado cementerio cercano al puente, donde todavía se conserva una cruz de piedra en su recuerdo. Por su parte, los catorce heridos graves fueron trasladados a Almadén, donde fueron asistidos hasta su total curación en el Real Hospital de Mineros. El herido más grave fue dado de alta el 26 de septiembre, cinco meses después de ocurrido el accidente.
Llevadas a cabo las oportunas investigaciones judiciales se detectó que un poste telegráfico, situado a la entrada del puente, estaba aserrado y que también había otro poste arrancado a poca distancia de allí. La hipótesis de un descarrilamiento provocado fue que una o varias personas hubieran separado las escarpias que sujetan los raíles y aflojado los tornillos, pero nada de eso pudo probarse. Tampoco se encontró ningún indicio de que se hubiera tratado de volar el puente con explosivos o de que se hubiera interceptado la vía, por lo que el ministerio fiscal concluyó calificando los hechos de autos de cincuenta y tres delitos de homicidio, doce de lesiones graves y cuatro de menos graves cometidos por imprudencia temeraria. El fiscal acusaba así al maquinista, al conductor y a su ayudante de exceso de velocidad, solicitando penas de dos años y cuatro meses de cárcel para el maquinista, de año y medio para el conductor y de dos años para su ayudante.
En el libro El puente de los soldados, publicado a finales de 2017, su autor, Francisco Muñoz de la Nava, mantiene la tesis de que el accidente fue provocado para influir en los votantes, pues ese mismo día hubo elecciones generales. Como novela histórica que es, el autor se permite esta licencia, pero hacía ya diez años que había ocurrido en la comarca de Almadén el último atentado faccioso, coletazo de la tercera guerra carlista. El periódico La Época, en su edición de 6 de febrero de 1874, informaba: “El incendio de la estación de Almadén (se refiere lógicamente a la de Almadenejos), el descarrilamiento de un tren de mercancías sobre el magnífico puente del Guadalmez y el de la máquina exploradora a la entrada de la estación de Almadén, accidentes ocurridos cuando la compañía ferroviaria de Ciudad Real a Badajoz iba dentro de dos o tres días a dar paso a los trenes por el puente sobre el río Jabalón, destruido también por los carlistas el 23 de enero último, son las causas que han movido a dicha compañía a suspender la circulación de trenes entre Ciudad Real y Almorchón. En virtud de este acuerdo quedan interrumpidas las comunicaciones entre España y Portugal, y el gobierno de la nación se ve imposibilitado de dar salida a los azogues de Almadén por las vías férreas, aparte de los enormes perjuicios que la suspensión del tráfico ferroviario de la línea de Ciudad Real a Badajoz ha de ocasionar a numerosas industrias de importantísimas zonas”.
El 27 de junio de 1885 se dictó sentencia en Ciudad Real, no admitiendo el juez ninguna de las hipótesis aducidas para el descarrilamiento. Como no pudieron probarse ni el exceso de velocidad ni que “el siniestro se debiera a una mano airada que hubiera arrancado escarpias de los raíles, interceptado la vía o volado el puente con materias explosivas”, el juez declaró que el hecho de autos no era constitutivo de delito alguno. Por tanto, los tres operarios del ferrocarril quedaron libremente absueltos y tampoco se exigió ninguna responsabilidad civil a la Compañía de Ferrocarriles MZA.
FUENTE: https://www.lanzadigital.com/blogs/la-catastrofe-ferroviaria-del-puente-alcudia-ano-1884/
Waypoints
Intersection
1,542 ft
2. Carretera de la Estación, a la derecha
Primer tramo por carretera, en torno a tres km, hasta alcanzar el camino de Almadén.
Photo
1,529 ft
4. Amanecer en la carretera de la estación
Amanecer en la carretera de la estación en Alamillo.
Intersection
1,406 ft
6. Cogemos el camino de Almadén, a la izquierda
A la izquierda en el cruce, por el camino de Almadén.
Fauna
1,262 ft
13. Una tortuga que encontramos por el camino
Fauna que encontramos en el camino y apartamos para evitar que fuera atropellada.
Photo
1,265 ft
17. En memoria de los soldados fallecidos en catástrofe ferroviaria
Monumento en memoria de los soldados fallecidos en catástrofe ferroviaria de 1884.
You can add a comment or review this trail
Comments