De Cala Higuera a Los Escullos: Ruta de Zeolitas en Cabo de Gata

29/09/2018

Clásico recorrido en Cabo de Gata, que se realiza con facilidad si no sales del camino principal, pero que se transforma en moderado/difícil, si bajas a cualquiera de las calas que se divisan desde lo alto. Planteamos un recorrido de tres horas, porque a partir del mediodía, lo mejor que puedes hacer es buscar un chiringo, para disfrutar del mar y las buenas tapas almerienses.

A la ida seguimos básicamente el camino oficial, pero en el regreso nos desviamos para ver Cala Grande, Punta de Loma Pelada y Cala Cortada, lugares de notable interés.

Aparcamos junto a uno de los chalet aislados de Cala Higuera y desde ahí conectamos con el camino que recorre el acantilado por la falda de Cerro Marchal y los Frailes, que en todo momento nos vigilan desde lo alto. Subimos una primera rampa de ignimbritas descarnadas por el paso de senderistas, que conduce a lo alto de Punta Cala Higuera. Descendemos ligeramente para hacer fotos de detalle de Cala Higuera y San José, con una vista muy amplia. Divisamos con claridad Punta del Castillo de San José, la Ensenada de los Genoveses y su Morrón.

El primer tramo del recorrido está presidido por la Torre Vigía del Cerro de Cala Higuera (237): Fue en el Siglo XVIII cuando Carlos III promulgó el Reglamento de Defensa del Reino de Granada e instauró un eficaz sistema defensivo del litoral, basado en el despliegue de 113 fortificaciones, entre torres, castillos, baterías y casas fuertes, de las cuales 35 correspondían a la costa almeriense.

Si te sitúas en el punto de observación superior de una torre, verás que enlaza visualmente con la anterior y la posterior. Cuando se advertía peligro, las torres se comunicaban a través del fuego y humo. La Torre de Cala Higuera (Siglo XVI) enlazaba visualmente con el Castillo de San Felipe en Los Escullos (S. XVIII) y el Fuerte de San José (S. XVIII), ahora desaparecido bajo la Casa Cuartel de la GC.

Seguimos el camino y vamos observando las muestras de vegetación endémica del Parque: azufaifo, cambrón, espartales, palmitos, matagallos y cornical.

Antes de llegar a la Casa del Tomate encontramos dos puntos interesantes. Primero el encuentro con el Barranco de Cala Tomate, que baja del Cerro del Marchal (361), donde se encuentra una roca volcánica que forma una especie de ola en movimiento, salpicada de palmitos. A continuación, tomamos un pequeño desvío a la izquierda para ver una brecha natural en una veta de zeolita, mineral aluminoso silicatado microporoso, que destaca por su capacidad para hidratarse y deshidratarse. Es un mineral "inteligente", de gran poder curativo, que se forma por un proceso hidrotermal entre las ignimbritas (rocas de carácter explosivo) y el agua salada. El mineral distingue entre moléculas útiles y tóxicas para el organismo; se une con facilidad a los metales pesados y tóxicos (mercurio, cadmio, plomo, aluminio, amonio e histamina). Actúa como una esponja, absorbiendo lo tóxico en su estructura porosa, que luego se elimina vía intestino grueso, orina o sudor. Se toma en polvo disuelto en agua, junto a las comidas.

Las zeolitas también se utilizan para filtrado y depuración de aguas. Su formación es parecida a las bentonitas, pero con propiedades bien diferentes. De los 9 tipos de zeolita existentes, la recomendada por su capacidad quelante para el organismo humano, es la clinoptilotita.

Pasamos por la Casa del Tomate, antigua Casa Cuartel de la GC, ahora en ruinas, pero que conserva parte de su antiguo atractivo. Se sitúa sobre Punta Hoya de la Torre. A continuación llegamos a la explotación minera “Los Murcianos”, mina a cielo abierto de zeolitas, única que en la actualidad tiene permiso de explotación en España. Lugar interesante para sacar fotos de la Casa del Tomate con una gama de colores que sólo puedes conseguir en este increíble Parque Natural.

Llegamos al Collado de los Grajos y desde ahí subimos con facilidad a un cerro sin nombre de 132 msnm, donde se tiene buena visual sobre Punta de la Hoya de La Torre, Casa del Tomate y algo de la Punta del Sombrerillo, que cubre Cala de las Hermanicas.

El camino continúa hasta un segundo cerro sin nombre de 63 msnm, desde donde divisamos el Castillo de San Felipe, Los Escullos y la Isleta del Moro. También la bonita Cala Grande.

Comenzamos el regreso y volvemos al camino principal. Llegando a Punta de Loma Pelada nos desviamos y recorremos su cresta superior hasta llegar al final, descendiendo por zona bastante escarpada repleta de micro-taffoni de roca negra. Hay que llevar cuidado al acceder a Cala Cortada, bonito y salvaje lugar.

Ahora en vez de retornar al camino por el Barranco del Tollo, que sería lo lógico al ser una senda bien marcada, decido bordear el cerro de 132 metros hasta llegar al Barranco que baja de la mina de zeolitas, lo que me permite recorrer íntegramente la explotación. Es el tramo mas complejo del recorrido, no exento de cierto riesgo. Una vez alcanzamos el camino principal, todo vuelve a la sencillez, pero ahora el calor aprieta de lo lindo.

Finalizada la ruta nos dirigimos con urgencia al Refugio de Cala Higuera a tomar una cervecitas bien frías, con vistas al mar increíbles. Recomendable lugar, con toque alternativo y buena música, donde hay un cartel que dice “por razones técnicas no se puede pagar con tarjeta”.