De Campo a Senz.

-Inicio, en Campo a 680m. de altitud.
-Duración, sobre las 5 horas en total, sin contar paradas.
-Desnivel, 600 metros de subidas y bajadas.

A la salida de Campo en dirección Benasque parte un carril a mano izquierda que lleva al río Ésera. Aguas arriba se ubica el puente que salva el ancho cauce y facilita el cruce a la otra margen. Allí principia el recorrido circular de esta excursión, con idea de marchar hacia Senz y volver por el collado de Peñamortes donde se ubica el mirador de Naspún.

El carril avanza entre campos de pasto y entra en una finca de propiedad particular. Dentro de la misma hay un depósito vallado y protegido con cámaras.

Los pocos ramales que salen de la pista principal se hallan bien indicados por balizas e indicadores.

La salida de la finca coincide con la incorporación a la carretera que tomamos en bajada. Así llegamos a una intersección donde continuar por el ramal hacia la central hidráulica de Argoné.

Al lado del puente que lleva a la central, el PR invita a seguir por esta margen de la Aigüeta de Viu como señala un poste indicador. La senda, estrecha y vestida de matorral, acaba junto a la orilla del barranco, sin otra alternativa que la vadear a pata su cauce. Este día, fuera de temporada de lluvias, hubo que descalzarse para cambiar a la otra margen y proseguir por el trazado del PR. En caso de haber mucho caudal, o de tener pocas ganas de chapotear en las frías aguas, surge la opción de cruzar el puente anterior e incorporarse al PR desde la pita que bordea la central.

De una u otra forma el camino dibuja una media ladera por encima del barranco de la Aigüeta, en un tramo llano de suelo pedregoso y adornado con pinchudas aliagas.

El sendero alcanza la desviación que permite cruzar a la otra margen del barranco gracias a un puente, en rincón angosto y umbrío. Ese día el desvío a la pasarela estaba marcado a lo primero por un diminuto mojón de piedras, aunque supongo que mas adelante debía haber señal mas convincente.

Enseguida se alcanza el cruce entre el PR a Viu y el nuestro a Senz. Una subida breve por el pinar a fin de alcanzar un colladete con vistas al pueblo.

Tras cruzar una barranquera espera un cuesta a vencer gracias a las zetas de un carril. Cerca queda una borda muy estupenda.

Iremos en dirección Viu al salir a la carretera, después de pasar junto a una granja en la que me saludaron unos perros de caza con sus ladridos.

En Senz destaca su iglesia románica dedicada a San Pedro, mas alguna casa arreglada y un pasadizo con arco.

Habrá que seguir la carretera dirección Viu un rato hasta ver el desvío que nos interesa, junto a una nave donde reposa maquinaria agrícola. El poste indicador, y otro panel sito a las afueras del pueblo, anuncian los posibles recorridos por la zona, como la de este trayecto que conduce a Naspún.

La pista asciende sin grandes pendientes entre campos de labor y de pasto, delimitados por cuerdas para que no se escape el ganado.

Después de atravesar un gran prado con vista despejada al macizo de Cotiella, se alcanza la intersección entre el camino a Campo y el que nos ocupa hacia Naspún. Se agradece volver a pisar senda tras la larga marcha pistera.

En adelante se alternan tramos de sendero con otros por carril mas ancho, siempre por un trazado bien señalizado por las balizas de la ruta a la Sierra Ferrera y otras tablillas de la btt.

El trecho final hacia el mirador de Naspún pasa por ser uno de los mas agraciados de la ruta, al ir en llaneo con un paisaje dilatado a la plana de Campo y las montañas que la rodean, el Turbón, Cervín, Cotiella...

La senda desemboca a un carril mas ancho que seguiremos a la derecha, no sin antes asomarnos a la atalaya rocosa situada a escasos metros. Basta abrirse paso entre las carrascas para gozar del amplio panorama.

El carril llega a una nueva intersección donde se deja el ramal a Foradada de Toscar a favor de la senda a Campo. Descenso por la umbría del carrascal para salir al prado y mirador de Naspún.

El mirador, con panel descriptivo del paisaje y banco para aposentarse, se halla a pocos metros del poste indicador, yendo hacia el este. El sitio merece una contemplación relajada e invita al refrigerio.

La bajada a Campo no tiene desperdicio. En primer lugar se pasa bajo el follaje del caxicar tras haber negociado las zetas que dibuja el camino por la zona del Grau. Luego se atajará la pista haciendo caso a las balizas del recorrido, para llegar enseguida a un cruce donde se presentan dos alternativas de vuelta a Campo.

Estamos en el mirado de Collabardina, con un panel que necesitaría una mano de pintura y un depósito de aguas aledaño. Este día tomose el camino de la Tosquera a fin de evitar el trazado serpenteante de la pista.

Los quejigos, con su color dorado otoñal, decoraban y embellecían este descenso que encima regala postales hacia el macizo de Cotiella y al Castillo del Turbón.

Abajo se marcha a la vera de un riachuelo que forma saltos cercanos a la traza del sendero. Una borda ruinosa precede a la conexión con la pista, justo donde se ubica la ermita de San Blascut.

Queda el último trecho pistero de regreso al puente sobre el río Ésera.