De Consolación a Berzosa

Ruta sencilla cuyo principal atractivo es recorrer lugares relacionados con la historia de la Valdepeñas a través de su pedanía de Consolación.
Partiremos de la Iglesia neoherreriana de Consolación, conocida por sus dos torres, junto a la que se encuentra la Plaza del IV Centenario sobre la que se asienta una réplica de la fuente de la Plaza de España de Valdepeñas.
La localidad de Consolación se mandó construir en 1949 bajo el nombre de Villanueva de Franco, junto al antiguo poblado de "Aberturas". Además de una posada, en Aberturas, poblado hasta el siglo XV, también había una plaza de toros y una ermita en la que se veneraba a la Virgen de Consolación, patrona de Valdepeñas.
El santuario de Aberturas llegó a ser una de las ermitas más hermosas de la provincia, con tres puertas que apuntaban a los caminos que llevaban a los cuatro pueblos que la construyeron (Valdepeñas, Moral de Ctva., Manzanares y Membrilla). Fue derruido durante la invasión francesa en el año de 1811. Su santera, conocida como La Fraila, se inmoló prendiendo un cargamento de pólvora que había dentro y mató con esto a más de cincuenta soldados napoleónicos.
Tras caminar por las calles de Consolación llegaremos al lugar donde se encontraba la ermita.
Después cruzaremos la autovía por las rotondas, lugar donde se ubicaba el poblado de Aberturas y seguiremos durante unos cuatro km. por la carretera que va hacia Daimiel para llega a La Berzosa, un caserío que ocupa más de una hectárea y que creó Juan José Aminátegui, un vasco que hizo fortuna en Cuba con esclavos en los ingenios de azucar. Compró estas tierras en Valdepeñas y llegó a poner en marcha dos bodegas. Por él se creo el apeadero de tren, para poder dar salida al vino que producía.