De de IDOIA a AÑARBE (y vuelta). Errenteria. Asfodelos y narcisos

**Recorrido “un poco largo” pero cómodo, de unos 20 km y con desnivel de casi 650 m, desde el paraje de Idoia, en la zona de Susperregi, hasta el embalse del Añarbe, y paseo por la amplia pista, bordeando el agua por la vertiente oriental, (ante nuestros ojos, el embalse en todo momento). Pista apenas concurrida salvo por algunos caminantes y varios ciclistas.
**Por el calendario, no es el mejor momento para el hacer este recorrido, y se ve el final del invierno, con casi todos los robles y hayas desnudos de hojas, pero esto permite ver mejor la superficie horizontal del agua. Y además, resaltan y llaman más la atención los más que evidentes “anuncios” de primavera, en forma de abundantes prímulas, y sobre todo narcisos y asfódelos (estos, un poco mas tardíos en su floración que los narcisos). Es curioso el aspecto como “quemado” de los asfódelos justo antes de convertirse en flores.
**Tras el primer kilómetro hasta el Collado y chabola de Malbazar, y de haber pasado junto a la bonita fuente de “Beiena”, sin cambiar de dirección, seguimos la pista al frente, y en bajada tendida y cómoda, al llegar al cuarto kilómetro, elegimos el camino hacia nuestra izquierda, en dirección Sureste. Caminamos por los términos de Errenteria, Oiartzun y Donostia, que junto a Goizueta y Arano, bordean el embalse. Unas cuantas pequeñas cascadas de los arroyos Zaria y Latxe, con abundante agua, que llaman nuestra atención por su rumor y su vistosidad, para que las fotografiemos. Por esa humedad, las “paredes” están pletóricas de vegetación de “pequeño formato”, y de formas pétreas casi abstractas.
**Cuando hemos llegado a nuestros 10 km, volvemos por el mismo camino, casi todo en ascenso. Desde ‘lejos’ vemos el caserío Pikorrenea, estampa casi idílica, en la altura y sobre el embalse. Seguimos subiendo, hasta el punto de partida.
**También hoy hemos cumplido nuestro objetivo, e independientemente de los km andados y del desnivel acumulado, en esas casi seis horas de salida, hemos disfrutado y lo hemos pasado realmente bien. Un aplauso agradecido para Enrique, buen guía, buen compañero y buen fotógrafo.
**Volveremos en primavera y otoño para ver la diferencia.