De Escuer a la Punta Güe.

-Inicio, a 850m. de altitud.
-Duración, 5:30h. sin contar paradas.
-Desnivel, 830 metros de subidas y bajadas.
-Punta Güe a 1579m.

De la parte alta de Escuer buscar las indicaciones del PR a La Torraza y a Escuer Alto.
La senda marcha junto a un arroyo, balizas, y desemboca en una pista, indicador. El ramal de la izquierda será por donde regresaremos, a fin de seguir ahora por el trazado del PR.

La senda cruza el barranco de Escuer en un vadeo que se realiza a pata, sin dificultades fuera de temporada de lluvias. Vendrán lazadas que permiten ganar altura con rapidez, ofreciendo vistas a la cuenca de campos y sotos del río Gállego.

En una de esas curvas sale el desvío indicado al pueblo de Yosa.

Poner atención a la hora de atravesar una media ladera con cierta exposición. Unos escalones ayudan en el faldeo.

Una cuesta pindia nos saca a un campo que aloja las ruinas de una cabaña escondida por la maleza. Luego se avanza por dentro del pinar, entre tapiales de viejas terrazas en desuso.

El vadeo de un torrente precede al último repecho que conduce a la entrada de la Torraza o Torre del Moro, fortificación medieval de aspecto imponente y visitable por dentro gracias a un tramo de escaleras. Justo enfrente hay un chalete donde un perrete salió a ladrar ante la mia presencia.

La pista desciende en el siguiente tramo hacia las ruinas de Escuer Alto. Un pasillo desbrozado de maleza permite descubrir un pasadizo con arco, entre fachadas a medio derrumbarse. A la parroquial es difícil entrar por la mucha vegetación. En el extremo del pueblo se levanta una borda arreglada, también se ven otras al borde de la pista que reciben cuidados y mantenimiento frecuente.

El carril baja y deja atrás la fuente del pueblo. Luego cruza el barranco pedregoso y seco en aquella fecha, para mas adelante llegar a una intersección señalizada con tablilla de recorrido en btt.

El ramal que sube por la derecha es el que se interna en la Selva de Escuer. Enseguida pasa junto a otra finca con cabaña y deja un campo a mano izquierda.

El tramo venidero discurre por el carril en un ascenso continuado por bosque de pinar. Mas arriba crecen ejemplares de haya y abetos en los rincones de mayor umbría. Seguir recto en una encrucijada de ramales que carece de indicación.

Prestar atención a la salida de un ramal que sale por la izquierda y en subida. Alcanza pronto a un campo en aquel día ocupado por un rebaño de vacas.

En adelante se debe improvisar el trayecto con idea de subir a la cuerda de la sierra. En la linde superior del prado descubrí el comienzo de una trocha usada por las vacas, pues escasos serán los excursionistas que se adentren por estos andurriales.

Serán menos de cinco minutos por una traza que se sigue bien entre los bojes y los pinos hasta desembocar en otro prado abierto en el bosque. Sin ninguna señal o hito que marque el camino hay que ascender hacia el extremo superior de la campa. Allí servidor giro a la derecha por una senda exigua entre bojes amusgados. El caminito lleva sin obstáculos de mención al carril que recorre el lomo de la sierra, en concreto desemboqué en frente de un cartel de coto de caza.

La pista asciende por el cordal ofreciendo vistas a la Peña Oroel y a la Bal Ancha. Mas adelante empalma con otra pista que sube de la vertiente de Arguisal, en una intersección donde se abre el panorama hacia la Sierra Tendeñera y Monte Perdido.

No queda otra que bajar hacia el collado norte de la Punta Güe, fijándonos antes en el desvío hacia el pueblo de Arguisal, señalizado mediante un cartel verde.

La rampa de subida a la torre de vigilancia exige de ritmo pausado a fin de superar la fuerte inclinación. La trocha alcanza la plataforma cimera que aloja el vértice geodésico. Asomarse a ambas caras para solazarse con el panorama extenso de montañas, valles, y pueblos.

En el regreso surge la alternativa de tomar un camino amojonado desde la misma cumbre que baja por la ladera sureste a Arguisal. Esta vez, sin embargo, se prefirió volver por la trocha de subida conocida hasta el cartel verde al pueblo. Allí se enlaza pronto con una pista desesperante por sus muchas lazadas y con anchura de autopista en algunos tramos. Es la parte del recorrido mas anodina e insustancial.

Harto ya de tanta zeta, quien sus escribe enganchó un primer atajo conocido de otras veces, y cuya salida se hallaba tapada por el ramaje talado para el ensanche de la pista. La traza del alcorce es tenue y aparece marcada por unas pinturas blancas que serán habituales en el resto de la bajada.

El atajo desemboca en un prado de hierbas altas donde conviene no entrar. Mejor seguir por su lindero superior a fin de volver a una de las muchas curvas de la pista. En el extremo del campo se descubre la salida de un camino señalizado a Escuer Alto.

El siguiente atajo a la pista sí aparece señalizado con hito de piedras y tablilla de la btt. Mas pinturas blancas y cruce de una trocha perpendicular.

Mas abajo se alcanza una intersección con mucha pintura y carteles de madera. Aunque la idea original era descender recto a Arguisal para después retornar a Escuer, se improvisó sobre la marcha con objeto de conocer la alternativa señalizada que vuelve de manera directa a Escuer.

Siguen las pinturas blancas en una media ladera entre hileras de pinos, cruzando varias barranqueras por una traza a veces débil del sendero. En un cruce difuso perdí las señales blancas al girar a la derecha. En la otra dirección quizás se empalme con la pista de Escuer Alto.

La senda presenta en este tramo mucho desvío y trocha secundaria que puede inducir a la confusión. Del cruce antes citado descendí por una barranquera hasta dar con una serie de hitos que confirmaban el buen rumbo. Se pasará al lado de un quejigo robusto para continuar la bajada y salir a la pista.

El desvío venidero sí aparece marcado tras andar un trecho breve por la pista. Marca la dirección a Escuer por la umbría de este bosque de quejigos que embellece la parte final de la ruta.

Aún se saldrá a otra curva de la pista que desechamos en favor del trazado del sendero que avanza bajo la sombra concedida por el follaje del arbolado.

El último y definitivo entronque con la pista se halla a pocos metros de la intersección ya vista a la mañana, la del depósito de agua y del PR que ahora nos devuelve a Escuer en un plis plas.