De Fuente Segura a las Banderillas ( por los Campos y Los Centenares, El Miravete)

Ésta ha sido nuestra primera experiencia realizando una ruta de dos días con vivac y hemos pagado la novatada; mala organización y demasiado peso en la mochila. Decidimos pasar noche en la aldea expropiada y abandonada de Los Centenares, a casi 30 kilómetros del inicio con unas mochilas que superaban con creces los 20 kg (demasiada comida y cervezas), cuando lo ideal hubiera sido hacerlo a más o menos a mitad de camino (unos 18 km) y por su puesto con el avituallamiento justo y necesario.
Pero nos quedamos con lo positivo, recorrimos una zona preciosa, llena de contrastes y ascendiendo a uno de los picos más emblemáticos de éste Parque Natural, Las Banderillas. Contraste entre la sobria y bella vastedad de los Campos de Hernán Perea y los abruptos vallejos con densos bosques y largas choperas con viejos bancales de cultivo donde se asientas las abandonadas aldeas de la Hoya de la Albardía, Los Centenares y El Miravete, al abrigo de verticales y fabulosos cortados en la roca caliza. Y por su puesto disfrutamos de lo mejor , de buena compañía, de risas, cachondeo y mucha camaradería (aunque echamos mucho de menos al resto del grupo).
Nuevamente contamos con la compañía de nuestro nuevo amigo Pedro Castillo que ejerció de magnífico guía, demostrando su gran conocimiento de éste rincón serrano. ¡Gracias!.

Iniciamos la ruta en Fuente Segura, en el aparcamiento junto al nacimiento del Río Segura. Tomamos la pista que un principio va al Oeste para tras una pronunciada curva dirigirse al Sur, introduciéndose en el Boquerón de la Cañada la Cruz, entre el Rastrillo de la Cruz y el Monte Maríasnal o María arnal. Obviamos un camino que sale a nuestra derecha (que va a los Miradores de Juan León y la Hoya del Ortigal) y seguimos junto a la Cañada la Cruz hasta salir a una zona más abierta y llana con campos de cultivo. En breves metros llegamos a una bifurcación de pistas, tomamos la de la derecha, que sigue junto a la Cañada, hacia el SO. Ya se puede decir que estamos en los Campos de Hernán Perea , con su inconfundible paisaje.
Llegamos en suave ascenso a la fuente y la Tinada de las Palomas, a la sombra del gran cerro homónimo y con vértice geodésico. El paisaje se vuelve cada vez más abierto y suave, con numerosos cráteres en forma de dolinas, lo que nos informa de que estamos en un lugar con fuerte modelado kárstico.
Cuando ya tenemos a la vista el Refugio Campo del Espino y a nuestra derecha sale el carril al Cortijo de Serafín, nos salimos de la pista en dirección Oeste, SO, campo a través, sorteando dolinas, para en breve llegar al Cortijo del Cotillo del Tio Josico (Lugar aún en condiciones para un vivac si no es porque alguien dejo la puerta abierta y entro un rebaño de ovejas). Seguimos al SO para tomar de nuevo la pista, por la cual continuamos hasta una bifurcación antes de llegar a Pinar Negro. En ésta bifurcación cogemos el carril de la derecha, que es el que nos sube hasta el refugio y la caseta de vigilantes de las Banderillas.
Ésta fantástica atalaya fue el lugar elegido para descansar un largo rato y comer, mientras disfrutábamos de tan excelsas panorámicas , llenas de beldad y donde parece que ésta larga cuerda separa dos mundos diferentes, el de la casi desarbolada y llana superficie, casi ocre por el incipiente estío, que empieza agostar los pastos de los Campos de Hernán Perea y el de los profundos valles de los ríos Guadalquivir, Borosa y Aguamulas, con su infinito manto verde de densos pinares, solo roto por los escarpes rocosos y la fatalmente desolada Sierra de las Villas en el horizonte.
Descendemos por el mismo lugar y hacia el NE vamos hasta el Collado de la Carrasca. Aquí tomamos un viejo sendero de herradura, que desaparece un poco más adelante, descendiendo vertiginosamente por el lugar que nos parece más seguro , campo a través ,hasta llegar al Arroyo del Hombre entre la Tiná de las Hoyas y la Hoya de la Albardía, conectando con el GR-7 y el GR-247. Seguimos su cauce al NE hasta llegar a la preciosa y en ruinas aldea de la Hoya de la Albardía.
Continuamos por el sendero que hacia el Norte asciende hasta el Collado de los Frailes. Aquí salimos a un sendero de mayor entidad, que tomamos a la izquierda al Norte, abandonando los GR, y que desciende por uno de los barrancos que alimenta al Arroyo de las Grajas, pasando cerca de las ruinas del Cortijo de la Cabaña. Salimos a un carril que seguimos al Norte, y para cuando éste pasa cerca de un collado, lo abandonamos ascendiendo al mismo ,para tomar el sendero que nos dejará en breve tiempo en Los Centenares ,bordeando la impresionante cabecera del Barranco del Lobo.
Una de las casas abandonadas en la aldea de Los Centenares y que todavía está en condiciones, fue la elegida para montar nuestro campamento. Ya hace muchos años que visite por primera vez ésta aldea y entonces me pareció uno de los lugares más bellos del mundo o si al menos de los que yo conocía. Desde entonces la he visitado en otras ocasiones y sigo pensando lo mismo, es un lugar mágico y pasar una noche aquí, un sueño cumplido.
Al día siguiente nos dirigimos a otra de las aldeas expropiadas (a veces de forma cruel e intolerable para crear un gigantesco coto de caza para señoritos. Lo paradójico de éstas aldeas, es que estaban a punto de llevarles suministro eléctrico poco antes de su expropiación, muestra de ello son los numerosos postes diseminados por ésta zona. Spain ,siempre is different), El Miravete. Para ello tomamos el carril llamado Camino de la Tinada, hacia el Norte, pasando muy cerca de la fuente y lavadero de los Centenares. En una bifurcación, tomamos a la derecha, que se dirige a las ruinas del Cortijo de la Tinada (de seguir el de la izquierda iríamos a las ruinas del Cortijo de Cayetano, otra alternativa para ir al Miravete y las Huelgas), y tras pasar por las mismas, por un sendero a veces poco perceptible pero jalonado de hitos y a través de los viejos bancales descendemos al Arroyo de los Centenares o del Barranco del Lobo. Descendemos el Arroyo entre bancales, chopos y árboles frutales (sobretodo manzanos), un lugar sin duda paradisíaco hasta situarnos casi enfrente del Miravete y un poco antes de llegar al Cortijo de Cayetano, donde cruzamos el arroyo y buscamos el sendero que en breves metros nos sube a dicha aldea.
Tras deleitarnos un rato en tan extraordinario lugar seguimos nuestro camino, que en ésta ocasión se trata de un viejo y bellísimo sendero que asciende por la Umbría de la Parra, un asombroso circo montañoso, con increíbles cortados , pedreras y pequeños bosquetes de laricios se agarran de forma imposible a la casi vertical roca. Éste sendero parte sobre el Miravete hacia el SE primero, con formidables vistas de ésta aldea con un fondo espectacular, y al NE después, para en una no muy larga pero fuerte subida llegar a una superficie bastante llana, la Hoya del Poyo Serbal. Nuevamente el paisaje cambia radicalmente.
Atravesamos hacia el SE ésta meseta y descendemos al Arroyo de la Fuente de la Puerca. Seguimos por veredas de ganado muy marcadas Arroyo abajo ,hacia el NE, primero por la orilla izquierda y después por la derecha. Pasamos por una fuente y unos tornajos, introduciendonos en una chopera para en breves metros tras pasar por una tinada llegar al punto de inicio de ésta ruta, Fuente Segura.