170. De Fuenteodra a Peña Lora (R)
near Fuenteodra, Castilla y León (España)
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📸 FOTOS:
▶ Las 6 primeras seleccionan aspectos de interés (con descripción al pie).
▶ Las siguientes se ordenan según el itinerario (asociadas a cada 'waypoint').
📝 TEXTO (5 secciones):
▶ Índice IBP de la ruta,
▶ Preámbulo: antecedentes y motivos,
▶ La Ruta: recorrido y dificultades,
▶ Destacado: rasgos sobresalientes, y
▶ Anécdota: hechos curiosos.
INDICE IBP de Dificultad de la Ruta
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 53 (para Senderismo): dificultad 'Media' para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 318 metros (superior al que estima Wikiloc).
PREÁMBULO
Me tenía por buen conocedor del Geoparque de Las Loras. En especial, del cordal que va desde Úrbel del Castillo (sureste) hasta Rebolledo de la Torre (noroeste); unos 37 km lineales. También me eran familiares Fuenteodra, Yeguamea y las fuentes cercanas.
… Me creía buen conocedor… y me equivocaba, claro. (¡Dichosa ilusión de la ignorancia!).
Me faltaba, al menos, una joya en los entresijos orográficos de esa zona del geoparque: Peña Lora o La Lorilla. Con nombres muy parecidos o entremezclados, cada una de las loras y sus valles constituyen un variado mundo de novedades.
Esta ruta fue realizada el 20/02/2022. Debido a problemas con el teléfono, no pude entonces visualizar el ‘track’ durante los últimos 6,5 km. En ese tramo tampoco pude poner ‘waypoints’. No obstante, Wikiloc continuó grabando. He mantenido la ruta original en el enlace https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/fuenteodra-y-pena-lora-96470479 .
Para completarla con todos los waypoints y fotos, la he reconstruido ahora manualmente con precisión. De hecho, entre la original y la reconstruida hay una mínima diferencia de sólo 10 metros de longitud (en 16,59 km) y 8 de desnivel. La ruta reconstruida (la presente) es, pues, del todo fiable.
LA RUTA
Seguimos el trazado de ‘luis.itxina’ en Wikiloc ( https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/407-pena-lora-y-las-sequedades-de-yeguamea-fuenteodra-58000972 ), si bien con liberalidad. Al final, acabamos haciendo (queriéndolo) 3 km más que en su trazado-guía.
Mención especial merece la maestría de este autor en la descripción literaria y en la exposición técnica de la ruta. En realidad, por ellas principió nuestro trance hipnótico con el lugar. Y es que no queríamos terminar.
Pero, después de 5 horas y media caminando y admirando el entorno, el cuerpo pedía un descanso. Y había hambre. El cerebro, en su voracidad exploradora, consume mucha energía. Y luego está ‘lo’ del percance técnico que sobrevino…. Si no, tal vez seguiríamos aún por allí.
Partimos del pueblo de Fuenteodra. Al llegar, la Luna flotaba entre Peña Amaya y Peña Castro. No pudimos resistirnos a ‘perseguirla’ durante 1,2 km en dirección contraria a la de la ruta. Si ese día no está la Luna en vela, puedes ahorrarte este tramo.
Luego, tras un breve callejeo, nos dirigimos a la zona de los manantiales y cascadas (Yeguamea, Manapites, Pozo de los Aceites…; km 2,6). Entonces estaban secos o muy disminuidos, al igual que el propio río Odra. No nos detuvimos.
Ascendimos a La Lorilla (km 4,6). Es un altiplano generosamente ventilado. Numerosas plantas rastreras embellecen el pedregoso suelo. Dicho sea (‘rastreras’) sin ánimo ofensivo, sino porque se cobijan de los fríos vientos a ras de suelo.
Por esa amplia meseta caminamos varios km (del 4,6 al 13,2). Aquí no hay rumbo fijo (ni falta que hace). Hay libertad para moverse en todas direcciones. Hicimos una diagonal sobre la parte superior y fuimos a los acantilados de la vertiente norte.
Por su borde seguimos en dirección noroeste hasta (km 9,6) cerca del extremo de La Lorilla. Podría continuarse más, pero aún queda el regreso, y la ruta terminaría resultando demasiado larga. Con ganas se queda uno.
Siendo realistas, decidimos volver. Hicimos un giro de más de 90 grados cruzando la planicie hacia el sur. Fuimos en busca de un esquivo pasadizo por el que descender al valle entre los roquedos (km 13,2).
Encaramos la bajada, inicialmente áspera y luego más suave, hasta la zona de las fuentes (km 14,7 a 15,2). En condiciones ideales (de agua), es un lugar para vagar por él con calma. Esa oportunidad nos llegaría más adelante, plena, en otra ruta; recién publicada (*).
En un escaso km y medio después de las (no)fuentes, el camino nos resituará en el final de la ruta en Fuenteodra.
Posibles Dificultades:
Las únicas complicaciones significativas de la ruta se concentran en el descenso de La Lorilla (km 13 a 14). Allí es algo difícil localizar el punto débil del escalón superior. ‘Difícil’ sin guía, como nos ocurrió a nosotros en ese tramo. El terreno escabroso requiere cierta precaución, buen calzado y algún soporte de apoyo. No obstante, no conlleva peligro.
DESTACADO
El otoño y los primeros dos tercios del invierno habían sido muy secos. Aun así, teníamos la esperanza de que hubiera agua en los manantiales, pozos, y cascadas que alimentan al río Odra. En el lejano pasado había tenido la oportunidad de ver esa exhibición.
En esta ocasión, sin embargo, no había cascadas en Yeguamea, ni en Manapites, ni en el Pozo de los Aceites, ni el del Corral. Sólo pequeños charcos e hilos de agua. Habría sido un postre exquisito. A pesar de esas ausencias, disfrutamos la ruta sin reservas.
Fue así principalmente por los atractivos paisajísticos. También es verdad que gozamos de un día espléndido, fresco y soleado. Todo refulgía. La ruta jugó, pues, con esa ventaja, ese amplificador (‘…por si acaso tuviera la tentación de volverse una engreída’).
(1) La Meseta de La Lorilla:
Desde la amplia cima de La Lorilla, las vistas más allá se engrandecen por todos los lados. Pero no es necesario elevar la mirada muy lejos para entusiasmarse. El entorno más inmediato de la propia lora también enamora.
La planicie está cubierta de hierba, con plantas arbustivas bajas (gayuba, etc.), y algunos grupos de pinos. Todo ello verde o casi, a pesar de la época del año y la sequía. Las plantas, bien adaptadas, aprovechan las brumas y la humedad de la noche.
La meseta y las laderas están repletas de brezo, ahora con un desvaído color crema. Habrá que verlo florido. Aparte de los pinos, algunos árboles de especie desconocida, salpicados aquí y allá, mantenían un vivo colorido canela, entre verde y amarillo.
(2) El Hendido Valle Colgado:
A lo largo de la vertiente norte de la meseta cae un estirado valle, que separa La Lorilla de las crestas que dan a Valdelucio. En términos geológicos configura un vistoso sinclinal, con su anticlinal, en forma de U transversal, con agudos pliegues.
Se extiende como un canal rectilíneo a lo largo de varios km. Desde un vértice o punto más alto en su mitad, el valle se inclina longitudinalmente hacia ambos lados; como una V invertida aplanada. Un curioso espectáculo lo de la V con la U ('¡vaya lío!').
Ese ‘valle colgado’ tiene, pues, dos vertientes (los brazos de la V invertida), con dos inclinaciones opuestas, una en dirección este y otra en dirección oeste. Quizá de ahí le venga lo de “colgado”. Vale la pena contemplarlo.
(3) Las Otras Loras:
Cual laberinto, este bendito enredo de valles y mesetas de mil formas, entrelazados sin orden, solitarios, lleva a pensar que te hallas fuera del tiempo. Un regalo para la liberación de ataduras exteriores y para la armonía interior. Vamos, sólo te faltaría levitar.
Estamos en el corazón simbólico (no su centro físico) del Geoparque de las Loras. Ahí están, rodeándote las otras loras, las más conocidas: Peña Amaya (emblemática) y Peña Castro (o del Mediodía), al sur; Peña Ulaña, al este; la Lora de la Mesa, al oeste.
Y tú aquí, en La Lorilla, en medio de ese universo; sin límites. Para descender al mundo terrenal más cercano, a Valdehumada, el sendero te llevará por singulares barrancos.
(4) Las Montañas Cantábricas:
Peña Lora no es muy elevada (1.177 msnm). Sus dos cumbres gemelas tienen muy pocos metros de diferencia en altitud. A pesar de ello, nada más alto se interpone en muchos km a la redonda, excepto por el sur, con Peña Amaya y Peña Castro.
Esto permite contemplar extensas panorámicas. Desde el oeste hasta el norte se recortan los picos de la Montaña Palentina y del Alto Campóo. Apenas nevados ahora, cuando esa cordillera se cubre de blanco, anonada.
Por el norte entrevemos algunos recortes del Ebro por Valderredible y de las hoces del Rudrón, con los espigones rocosos que se desploman sobre esos valles. Más allá, aparece la cresta de la Sierra de la Tesla y los Montes Obarenes occidentales.
Aunque todos esos lugares no tuvieran nombre, seguirían constituyendo un espectáculo visual magnífico. Te curan la miopía espiritual. (‘Dijo un materialista’).
ANÉCDOTA
Llegados a un punto (hacia el km 8), nos apeamos de las ‘nubes’. Bajamos la mirada del cielo y nos miramos a nosotros mismos: “Bueno habrá que pensar en regresar…, que ya hemos superado el alcance de la ruta de luis.itxina”. …Pero seguimos….
“Mira, que se nos va a hacer ‘de noche’ y no hemos traído comida”. …Pero seguimos… Hasta que mi acompañante, con más sensatez, se detiene. Sin decirme nada, y a pesar de mi ofuscación, yo entiendo, …finalmente.
Pongo los pies en el suelo, me ajusto la cabeza sobre los hombros y coloco el corazón en su sitio. Vamos, embrido la pasión con la razón. Empezamos a girar con desgana, remolones, para encontrar la ruta de vuelta.
Pero enseguida sucede algo inesperado (hacia el km 10,1), que nos convertirá en exploradores. El teléfono se bloquea (o, más bien, mi acceso a él). Tan extasiado iba con el entorno, tan ocupada mi atención con los cachivaches para las fotos…. ¿Toqué algo indebido?
O quién sabe si no fue una resistencia inconsciente a regresar; algún oculto motivo que, enfurruñado, trastocó los movimientos de mis dedos. Dejé de visualizar el ‘track’ de luis.itxina, aunque la pantalla me indicaba que mi ruta seguía grabándose…. Misterios.
“Vaya, en el peor momento. A ver cómo encontramos esa endiablada vía de descenso…”. De hecho, esa era la (única) parte complicada de la ruta, en términos de orientación y de movilidad. No había sendero y sí varias cercas de alambre que superar.
… Con un poco de ensayo y error y algo de intuición, conseguimos localizar el escondido pasadizo en el escalón rocoso y sortear las vallas y alambradas (las hay). Con un mínimo de rodeo. …Estábamos en el valle.
¡Nos habíamos graduado como exploradores! (…Hay que aprovechar cualquier ocasión para ‘masajearse el ego’…; ...sin que se note demasiado).
RUTAS CERCANAS
(*) https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/de-rebolledo-traspena-a-la-lorilla-124854618
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/pena-castro-y-valdeamaya-104342571
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/portillo-del-infierno-pena-ulana-y-pena-castillo-101324391
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/lora-de-la-mesa-desde-valtierra-97077182
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/las-tuerces-y-castillo-de-gama-113941742
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/geoparque-de-las-loras-desde-valdelucio-92736885
▶ Las 6 primeras seleccionan aspectos de interés (con descripción al pie).
▶ Las siguientes se ordenan según el itinerario (asociadas a cada 'waypoint').
📝 TEXTO (5 secciones):
▶ Índice IBP de la ruta,
▶ Preámbulo: antecedentes y motivos,
▶ La Ruta: recorrido y dificultades,
▶ Destacado: rasgos sobresalientes, y
▶ Anécdota: hechos curiosos.
INDICE IBP de Dificultad de la Ruta
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 53 (para Senderismo): dificultad 'Media' para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 318 metros (superior al que estima Wikiloc).
PREÁMBULO
Me tenía por buen conocedor del Geoparque de Las Loras. En especial, del cordal que va desde Úrbel del Castillo (sureste) hasta Rebolledo de la Torre (noroeste); unos 37 km lineales. También me eran familiares Fuenteodra, Yeguamea y las fuentes cercanas.
… Me creía buen conocedor… y me equivocaba, claro. (¡Dichosa ilusión de la ignorancia!).
Me faltaba, al menos, una joya en los entresijos orográficos de esa zona del geoparque: Peña Lora o La Lorilla. Con nombres muy parecidos o entremezclados, cada una de las loras y sus valles constituyen un variado mundo de novedades.
Esta ruta fue realizada el 20/02/2022. Debido a problemas con el teléfono, no pude entonces visualizar el ‘track’ durante los últimos 6,5 km. En ese tramo tampoco pude poner ‘waypoints’. No obstante, Wikiloc continuó grabando. He mantenido la ruta original en el enlace https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/fuenteodra-y-pena-lora-96470479 .
Para completarla con todos los waypoints y fotos, la he reconstruido ahora manualmente con precisión. De hecho, entre la original y la reconstruida hay una mínima diferencia de sólo 10 metros de longitud (en 16,59 km) y 8 de desnivel. La ruta reconstruida (la presente) es, pues, del todo fiable.
LA RUTA
Seguimos el trazado de ‘luis.itxina’ en Wikiloc ( https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/407-pena-lora-y-las-sequedades-de-yeguamea-fuenteodra-58000972 ), si bien con liberalidad. Al final, acabamos haciendo (queriéndolo) 3 km más que en su trazado-guía.
Mención especial merece la maestría de este autor en la descripción literaria y en la exposición técnica de la ruta. En realidad, por ellas principió nuestro trance hipnótico con el lugar. Y es que no queríamos terminar.
Pero, después de 5 horas y media caminando y admirando el entorno, el cuerpo pedía un descanso. Y había hambre. El cerebro, en su voracidad exploradora, consume mucha energía. Y luego está ‘lo’ del percance técnico que sobrevino…. Si no, tal vez seguiríamos aún por allí.
Partimos del pueblo de Fuenteodra. Al llegar, la Luna flotaba entre Peña Amaya y Peña Castro. No pudimos resistirnos a ‘perseguirla’ durante 1,2 km en dirección contraria a la de la ruta. Si ese día no está la Luna en vela, puedes ahorrarte este tramo.
Luego, tras un breve callejeo, nos dirigimos a la zona de los manantiales y cascadas (Yeguamea, Manapites, Pozo de los Aceites…; km 2,6). Entonces estaban secos o muy disminuidos, al igual que el propio río Odra. No nos detuvimos.
Ascendimos a La Lorilla (km 4,6). Es un altiplano generosamente ventilado. Numerosas plantas rastreras embellecen el pedregoso suelo. Dicho sea (‘rastreras’) sin ánimo ofensivo, sino porque se cobijan de los fríos vientos a ras de suelo.
Por esa amplia meseta caminamos varios km (del 4,6 al 13,2). Aquí no hay rumbo fijo (ni falta que hace). Hay libertad para moverse en todas direcciones. Hicimos una diagonal sobre la parte superior y fuimos a los acantilados de la vertiente norte.
Por su borde seguimos en dirección noroeste hasta (km 9,6) cerca del extremo de La Lorilla. Podría continuarse más, pero aún queda el regreso, y la ruta terminaría resultando demasiado larga. Con ganas se queda uno.
Siendo realistas, decidimos volver. Hicimos un giro de más de 90 grados cruzando la planicie hacia el sur. Fuimos en busca de un esquivo pasadizo por el que descender al valle entre los roquedos (km 13,2).
Encaramos la bajada, inicialmente áspera y luego más suave, hasta la zona de las fuentes (km 14,7 a 15,2). En condiciones ideales (de agua), es un lugar para vagar por él con calma. Esa oportunidad nos llegaría más adelante, plena, en otra ruta; recién publicada (*).
En un escaso km y medio después de las (no)fuentes, el camino nos resituará en el final de la ruta en Fuenteodra.
Posibles Dificultades:
Las únicas complicaciones significativas de la ruta se concentran en el descenso de La Lorilla (km 13 a 14). Allí es algo difícil localizar el punto débil del escalón superior. ‘Difícil’ sin guía, como nos ocurrió a nosotros en ese tramo. El terreno escabroso requiere cierta precaución, buen calzado y algún soporte de apoyo. No obstante, no conlleva peligro.
DESTACADO
El otoño y los primeros dos tercios del invierno habían sido muy secos. Aun así, teníamos la esperanza de que hubiera agua en los manantiales, pozos, y cascadas que alimentan al río Odra. En el lejano pasado había tenido la oportunidad de ver esa exhibición.
En esta ocasión, sin embargo, no había cascadas en Yeguamea, ni en Manapites, ni en el Pozo de los Aceites, ni el del Corral. Sólo pequeños charcos e hilos de agua. Habría sido un postre exquisito. A pesar de esas ausencias, disfrutamos la ruta sin reservas.
Fue así principalmente por los atractivos paisajísticos. También es verdad que gozamos de un día espléndido, fresco y soleado. Todo refulgía. La ruta jugó, pues, con esa ventaja, ese amplificador (‘…por si acaso tuviera la tentación de volverse una engreída’).
(1) La Meseta de La Lorilla:
Desde la amplia cima de La Lorilla, las vistas más allá se engrandecen por todos los lados. Pero no es necesario elevar la mirada muy lejos para entusiasmarse. El entorno más inmediato de la propia lora también enamora.
La planicie está cubierta de hierba, con plantas arbustivas bajas (gayuba, etc.), y algunos grupos de pinos. Todo ello verde o casi, a pesar de la época del año y la sequía. Las plantas, bien adaptadas, aprovechan las brumas y la humedad de la noche.
La meseta y las laderas están repletas de brezo, ahora con un desvaído color crema. Habrá que verlo florido. Aparte de los pinos, algunos árboles de especie desconocida, salpicados aquí y allá, mantenían un vivo colorido canela, entre verde y amarillo.
(2) El Hendido Valle Colgado:
A lo largo de la vertiente norte de la meseta cae un estirado valle, que separa La Lorilla de las crestas que dan a Valdelucio. En términos geológicos configura un vistoso sinclinal, con su anticlinal, en forma de U transversal, con agudos pliegues.
Se extiende como un canal rectilíneo a lo largo de varios km. Desde un vértice o punto más alto en su mitad, el valle se inclina longitudinalmente hacia ambos lados; como una V invertida aplanada. Un curioso espectáculo lo de la V con la U ('¡vaya lío!').
Ese ‘valle colgado’ tiene, pues, dos vertientes (los brazos de la V invertida), con dos inclinaciones opuestas, una en dirección este y otra en dirección oeste. Quizá de ahí le venga lo de “colgado”. Vale la pena contemplarlo.
(3) Las Otras Loras:
Cual laberinto, este bendito enredo de valles y mesetas de mil formas, entrelazados sin orden, solitarios, lleva a pensar que te hallas fuera del tiempo. Un regalo para la liberación de ataduras exteriores y para la armonía interior. Vamos, sólo te faltaría levitar.
Estamos en el corazón simbólico (no su centro físico) del Geoparque de las Loras. Ahí están, rodeándote las otras loras, las más conocidas: Peña Amaya (emblemática) y Peña Castro (o del Mediodía), al sur; Peña Ulaña, al este; la Lora de la Mesa, al oeste.
Y tú aquí, en La Lorilla, en medio de ese universo; sin límites. Para descender al mundo terrenal más cercano, a Valdehumada, el sendero te llevará por singulares barrancos.
(4) Las Montañas Cantábricas:
Peña Lora no es muy elevada (1.177 msnm). Sus dos cumbres gemelas tienen muy pocos metros de diferencia en altitud. A pesar de ello, nada más alto se interpone en muchos km a la redonda, excepto por el sur, con Peña Amaya y Peña Castro.
Esto permite contemplar extensas panorámicas. Desde el oeste hasta el norte se recortan los picos de la Montaña Palentina y del Alto Campóo. Apenas nevados ahora, cuando esa cordillera se cubre de blanco, anonada.
Por el norte entrevemos algunos recortes del Ebro por Valderredible y de las hoces del Rudrón, con los espigones rocosos que se desploman sobre esos valles. Más allá, aparece la cresta de la Sierra de la Tesla y los Montes Obarenes occidentales.
Aunque todos esos lugares no tuvieran nombre, seguirían constituyendo un espectáculo visual magnífico. Te curan la miopía espiritual. (‘Dijo un materialista’).
ANÉCDOTA
Llegados a un punto (hacia el km 8), nos apeamos de las ‘nubes’. Bajamos la mirada del cielo y nos miramos a nosotros mismos: “Bueno habrá que pensar en regresar…, que ya hemos superado el alcance de la ruta de luis.itxina”. …Pero seguimos….
“Mira, que se nos va a hacer ‘de noche’ y no hemos traído comida”. …Pero seguimos… Hasta que mi acompañante, con más sensatez, se detiene. Sin decirme nada, y a pesar de mi ofuscación, yo entiendo, …finalmente.
Pongo los pies en el suelo, me ajusto la cabeza sobre los hombros y coloco el corazón en su sitio. Vamos, embrido la pasión con la razón. Empezamos a girar con desgana, remolones, para encontrar la ruta de vuelta.
Pero enseguida sucede algo inesperado (hacia el km 10,1), que nos convertirá en exploradores. El teléfono se bloquea (o, más bien, mi acceso a él). Tan extasiado iba con el entorno, tan ocupada mi atención con los cachivaches para las fotos…. ¿Toqué algo indebido?
O quién sabe si no fue una resistencia inconsciente a regresar; algún oculto motivo que, enfurruñado, trastocó los movimientos de mis dedos. Dejé de visualizar el ‘track’ de luis.itxina, aunque la pantalla me indicaba que mi ruta seguía grabándose…. Misterios.
“Vaya, en el peor momento. A ver cómo encontramos esa endiablada vía de descenso…”. De hecho, esa era la (única) parte complicada de la ruta, en términos de orientación y de movilidad. No había sendero y sí varias cercas de alambre que superar.
… Con un poco de ensayo y error y algo de intuición, conseguimos localizar el escondido pasadizo en el escalón rocoso y sortear las vallas y alambradas (las hay). Con un mínimo de rodeo. …Estábamos en el valle.
¡Nos habíamos graduado como exploradores! (…Hay que aprovechar cualquier ocasión para ‘masajearse el ego’…; ...sin que se note demasiado).
RUTAS CERCANAS
(*) https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/de-rebolledo-traspena-a-la-lorilla-124854618
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/pena-castro-y-valdeamaya-104342571
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/portillo-del-infierno-pena-ulana-y-pena-castillo-101324391
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/lora-de-la-mesa-desde-valtierra-97077182
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/las-tuerces-y-castillo-de-gama-113941742
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/geoparque-de-las-loras-desde-valdelucio-92736885
Waypoints
Comments (4)
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Entresacado de tu texto: "Y tú aquí, en La Lorilla, en medio de ese universo; sin límites…" Con esta línea ya has dicho todo. 😏
Un saludo maisid, y muchas rutas
Hola Maisid, curiosamente observo que esta vez si has hecho parte del “Sendero Colorao”, mítico (al menos en mi pueblo), y es el tramo desde el km 9,65 al 10,65 de tu recorrido. Al final vas a hacerte un extraordinario conocedor de estos andurriales. Un cordial saludo.
Hola, luis.itxina. Sí, allí, a pesar de que las alturas no lo son mucho, se alían con las anchuras (que sí lo son). Entonces se te sube el corazón a la cabeza (que se deja camelar sin oponer resistencia)... y luego se le suelta a uno la lengua.... y ya está liada.... 😂
Hola, Manu Arroyo. Jajaja..., tengo la impresión de que ya conocía esos andurriales (acertada palabra, en su mejor sentido) de 'otra vida', por la afinidad y el apego que han dejado. Tanto que, extraviándome esta vez en lo más difícil, no me perdí. Otro fantástico lugar para dejarse llevar.