De Gebas a La Perdiz por El Berro, el GR 252 y el PR-MU 79 (Sierra Espuña)

Otra subida estupenda desde la parte baja de la sierra hasta media altura, en este caso desde el pueblo de Gebas hasta el restaurante y el área recreativa de La Perdiz, pasando por el pueblo de El Berro, el sanatorio antituberculoso y la parte inicial del valle de Leiva. Es una ruta muy senderista, pues en su mayor parte discurre por el PR-MU 69, el PR-MU 79 y por el GR 252 para la vuelta. Por eso es una ruta sencilla y moderada, porque aunque sea larga, tiene un desnivel bastante suave y el camino es en general fácil de transitar. En cualquier caso, son senderos que pueden utilizarse para diseñar otros trazados, por ejemplo de esta ruta saldrían fácilmente dos circulares, una Gebas-El Berro, y otra El Berro-La Perdiz, cada una de unos 10 km.



Para acceder a esos cortados hay que cruzar una alambrada por una puerta, pero luego, siguiendo el cortado, se sale por un roto que hay hecho en ella.

Poco más adelante, muy cerca del cruce de donde sale el desvío de la carretera hacia El Berro hay otra senda que conecta con el valle del río Espuña y que podríamos tomar, pero que está vallada y con puerta cerrada del 1 de enero al 30 de junio por protección de especies. Aunque esto no es problema, pues siguiendo un poco más por la carretera sale luego un camino que en pocos metros conecta con esa misma senda pero ya más adelante, y por ahí tomamos para, después de varios cruces en los que hay que estar atento, llegar cómodamente hasta la casa Leyva, y luego igualmente con comodidad hasta el antiguo sanatorio y luego hasta La Perdiz, que es un buen lugar a mitad de ruta donde parar a tomar fuerzas.

Desde allí se sigue la senda del Dinosaurio que conecta con la pista que sube por el valle de Leiva, pero antes de adentrarse en el mismo el GR gira a la derecha y nos saca de él para llevarnos hasta El Berro pasando por el barranco de la Mojonera o de las Brujas, donde el camino se estrecha y serpentea en un tramo de rambla muy bonito y de vegetación más frondosa.

La última etapa, la que va de El Berro hasta Gebas siguiendo el GR, es la que digo que me pareció bastante surrealista. Se sale del entorno del pueblo por caminos, y en un momento del mismo hay que hacer un giro pronunciado (no del todo evidente) y bajar a la zona de rambla, en la cual nos encontramos con un sembrado. Yo llegué a darme media vuelta pensando que había errado el camino, pero tras tantear un poco los alrededores llegué a la conclusión de que sólo era posible seguir por aquel sembrado, de modo que volví y tras inspeccionarlo, me percaté de que en efecto, bordeándolo, salía senda al otro lado. Bien. Pero mi alegría duró poco, pues a los escasos cien metros de senda vuelve a abrirse otro sembrado. Conclusión: han extendido los cultivos y han arado el propio camino del GR, manteniendo las piedras con las marcas de pintura en los lados del sembrado. Al tercer sembrado ya no hay que seguir hundiendo los pies en la tierra labrada: allí arranca el caño de la Noguera, por encima del cual está marcado el GR y sobre el que hay que caminar. Se trata de un conducto por donde pasa una tubería cubierta con una especie de bloques de cemento que están muy rotos y desgastados y sobre los que hay que pisar inevitablemente, tambaleándose muchos de ellos. Bien. Seguimos, y se ve que el caño está en tan mal estado más adelante, que han desviado el GR por senda que sale hacia abajo y que poco después se introduce en lo que llaman "la trinchera": una verdadera trincheraca de grandes dimensiones, muy encajonada, que al parecer iba a servir para la conducción de aguas cuando hicieron obras en la rambla para la gestión hidráulica de la misma hace décadas. Este paseo es algo sombrío, encajonado entre dos paredes y con respiraderos hacia el lado de la rambla de vez en cuando. En un momento dado, me encuentro con un fuerte desprendimiento de una de las paredes: puede pasarse sin problema, pero en la parte de arriba hay un pino con todas las raíces al aire, al que le faltan dos telediarios para caer él también, y al pie del camino me encuentro un conejo muerto, seguramente despeñado en una carrera, pues no está cubierto por piedras ni nada. Bien. Y poco después, el túnel de Alí Babá: pedazo de túnel por el que cabe un tren, muy alto y bastante largo, excavado para cruzar por debajo en linea recta una arista de la montaña que cae por allí.
Para ser un GR, me pareció de lo más original y entretenido : )