175. De Los Altos al Ebro desde Porquera del Butrón

📸 FOTOS:
▶ Las 6 primeras seleccionan aspectos de interés (con descripción al pie).
▶ Las siguientes se ordenan según el itinerario (asociadas a cada 'waypoint').

📝 TEXTO (5 secciones):
▶ Índice IBP de la ruta,
▶ Preámbulo: antecedentes y motivos,
▶ La Ruta: recorrido y dificultades,
▶ Destacado: rasgos sobresalientes, y
▶ Anécdota: hechos curiosos.


INDICE IBP de Dificultad de la Ruta

Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/

El resultado del análisis IBP es de 68 (para Senderismo): dificultad 'Media' para una preparación física 'Media'.

El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 665 metros (superior al que estima Wikiloc).

PREÁMBULO

El día anterior por la tarde/noche:

--“Mañana sales de marcha, ¿no? Yo no podré”.

--“En ese caso, elijo una ruta de las duras, para hacerla yo. Así te la ahorras. Yo ‘me la como’ y luego te la cuento y te enseño las fotos en la ‘cheslón’. Cómodamente”.

No tardé en encontrar una ruta en la reserva. Hice las comprobaciones habituales de las previsiones meteorológicas en la zona, y también las indagaciones sobre posibles cacerías.

Visto bueno. Sin olvidarse de los botines de agua, por si acaso; que donde hay cascadas (la ruta las tenía), hay arroyos. Todo preparado. A soñar con las cascadas.

A la mañana siguiente (hoy, aún noche cerrada), tempranito, justo antes de salir, le envío la ruta por ‘WhatsApp’:
--“Para que sepas mi paradero…”.

Cinco minutos después:
--“Ay, ¡qué bonita!, ¿no?”.

Entendido…. (Capté la indirecta).

…A buscar OTRA ruta…. Corriendo, que enseguida empezará a amanecer. Mismas condiciones, de nuevo: Que sea durilla (para hacerla yo). Que haga buen tiempo. Y que no haya batidas de caza.

Ésta es la breve (pre)historia de la ruta de hoy, elegida a última hora, a matacaballo. Tres minutos duró. Por suerte, me acordé de retirar los botines de goma de la mochila. No habiendo arroyos en la nueva ruta, aquellos serían una carga innecesaria.

Y menos mal que acerté. La ruta fue más bien esforzada: por larga y por desnivel. El tiempo, inmejorable: pleno sol después de una impenetrable niebla en el trayecto hasta allí. Y no hubo tiros durante la ruta.

… Pero, al final, poco después de terminar y ponerme sobre ruedas de vuelta hacia casa, una veintena de cazadores y sus sabuesos estaban en plena algarabía en las proximidades. No sé, la algazara parecía preparatoria. ‘Al que madruga…’.

LA RUTA

En la comarca de Los Altos, la ruta parte del pueblo de Porquera del Butrón. Próximo se encuentra el dolmen de La Cotorrita (desde hace 5.500 años). No me acerqué: al llegar había mucha niebla y al partir ya se me había hecho tarde.

Hasta el km 5,0 se camina en suave descenso entre hayedos y robledales. El Valle de Zamanzas entre Pesquera de Ebro, Villanueva-Rampalay, y Tubilleja de Ebro, y más allá, se extiende por debajo.

El declive hacia Tubilleja (km 7,5) se va haciendo más pronunciado y aumenta la gala panorámica. Numerosos pueblos más aparecen sembrados aquí y allá, en el valle y en las laderas, con la Sierra de la Albuera al fondo.

Desde Tubilleja, vamos un km por carretera junto al Ebro (podemos apartarnos del asfalto y caminar por las orillas del río). Nos movemos entre grandes peñascos que se precipitan sobre el cauce. Sobresale la pirámide de Peña Corderiza.

En el km 8,5 salimos de la carretera por un sendero a la derecha. Nos lleva a la senda de Valdeahedo. Por ella se transita desde el km 8,9 hasta el 11,5; más modosa, primero; más agreste, después.

Al llegar a lo alto de Valdeahedo, una pista desciende a Ahedo del Butrón (km 12,3). Paso de largo porque ya hemos estado dos veces en este bonito pueblo.

Tras unos 300 metros por carretera, se toma un desvío a la derecha (km 12,6). Primero, por una ladera boscosa; luego, por el lomo más despejado.

Conforme ascendemos, se nos abren bellas vistas de la Peña Alta de Dobro, a la izquierda; de los espinazos paralelos entre Los Altos y el valle del Ebro, a la derecha; y de las ensortijadas sierras, como La Albuera, por detrás.

Llegamos a la zona de un incendio ocurrido hacía algunos meses (km 14,7). Bosque de hayas, encinas, robles y pinos. Penoso de ver, aunque aporta contraste: esqueletos negros entre restos de nieve sobre ceniza.

Sobre el páramo (km 16,5), en el punto más elevado de la ruta, las vistas se agrandan y se engrandecen en derredor. Ya sólo queda retomar el camino, un poco más abajo (km 17,2) que nos pone de vuelta en Porquera.

Posibles Dificultades:

Aunque el desnivel acumulado es respetable (600 m), se tiende paulatino. Las pendientes nunca son muy fuertes. Los caminos y senderos se hallan en buen estado. Sólo hay tres excepciones de pequeña importancia: justo antes de iniciar el descenso a Tubilleja (hacia el km 3), en la zona del incendio (km 15 y 16), y el tramo de mi leve extravío (km 16 al 17).

La orientación no es difícil (con guía), con la excepción del área del incendio. Hay un punto crítico (km 16,0) donde el propio incendio y la nieve borra(ba)n los posibles senderos de desvío (ver Anécdota). Creo que allí hay que girar a la izquierda, en lugar de continuar por el camino.

DESTACADO

Quizá no haya nada que sea especialmente deslumbrante. O quizá yo estaba un poco romo o insensible ese día como para dejarme impresionar. Pero, ¡ojo con malinterpretar estas palabras! Todo es interesante en la ruta. Una suma de alicientes la hacen atractiva en su conjunto. Incluso el blanquinegro contraste de la inesperada parte final (ver Anécdota).

(1) Diversidad y Contrapunto:

Éste es, precisamente, el mayor valor de la ruta, a mi juicio. Lo abarca y lo resume todo. Un festival de variedad a lo largo de casi 18 km. No precisa de muchas palabras: Monte con bosques muy heterogéneos, páramo y altiplanos, valles profundos, río y ribera, regatos y pequeñas cascadas, paredones verticales y riscos puntiagudos, crestas y penachos rocosos, sendas de galería vegetal, pueblos con solera.

(2) Las Vistas del Valle de Zamanzas y la Sierra de La Albuera:

Un sinnúmero de pueblos van apareciendo a lo largo del valle y sus laderas. Diría que no menos de una docena. Se aprecia, allá abajo, hasta el magnífico puente medieval de Villanueva-Rampalay, en la distancia. Y, cómo no, la garganta o paso estrecho de Las Calzadas, con sus torturadas crestas desplomándose sobre el Ebro, una a cada lado. Y también esos penachos rizados y majestuosos de La Albuera.

(3) El Paseo junto al Ebro:

Entre Tubilleja y el desvío a Valdeahedo, vamos un rato al lado del Ebro. El río se muestra ahora manso, ahora agitado. Adornan su curso tres aspectos destacables: (a) una pequeña cascada semi-helada al salir de Tubilleja, con estalacticas vegetales; (b) el área del antiguo molino aprovechando el cauce fluvial; y (c) los farallones de mil formas en la Sierra de la Albuera que comprimen al río (‘el que ríe el último…’).

(4) El Sendero de Valdeahedo:

La senda por ese apretado valle tiene su encanto. Pero ésta era la tercera vez que lo recorría (y noté cierta saciedad). Las dos primeras veces, me embelesó: sus vistas desde la parte alta; su frondosidad en las zonas bajas; la experiencia de pasadizo interior que proporciona. Su fino musgo verde en las piedras y en los troncos de los árboles. Su escarolado y plateado ‘musgo de roble’ en las ramas. Se desprende un cierto vaho de misterio.

(5) Los Bosques (del primer tercio de la ruta y del último):

Nótese que hice esta ruta en lo más hondo del invierno. Cuando ya no quedaba nada del colorido otoñal y cuando aún no habían empezado los brotes del tiempo bueno. Atravesar esos bosques en cualquiera de las otras estaciones debe ser una delicia; aún mayor de lo que ahora fue en su desnudo verde, pardo y gris invernal.

Los pinos y las encinas son inmutables en sus colores, pero en primavera, verano, otoño, las hayas, los robles, y muchos arbustos, deben convertir la ruta en un caleidoscopio. No hablaré de lo que no he visto, pero es fácil imaginárselo.

Además, un extraño, extemporáneo tinte vino a inmiscuirse hacia el final, cambiando radicalmente el aspecto del bosque. Esto sí lo vi…. Pasó a formar parte de la anécdota del día.

ANÉCDOTA

Hoy no llevaba notario a mi lado que certificara de la veracidad de mi anécdota. Así que podría ‘fabricar’ una experiencia que sonara razonable. (…En caso de saber cómo hacerlo…). En caso de querer avergonzarme después.

De hecho, nada sorpresivo, inesperado, había ocurrido durante casi 14,7 km. Soledad y silencio. Paz total. También después, hasta el final. Pero…. Pero ahí estaba la suerte para sonreírme (o reírse de mí; quién sabe…) con la anécdota.

A partir de ese punto, y durante unos dos km, atravesé una ladera de monte que había sufrido un voraz incendio en verano de 2022. Todo eran oscuros despojos, reliquias. Los árboles, escuálidas carcasas. Por obligación, saqué algunas fotos testimoniales.

El sendero o el camino se desdibujaban, tanto debido al propio terreno quemado, como a causa de los movimientos de tierra realizados por las máquinas cortafuegos.

En estas, veo un poste en pie, con una placa; ¿salvados de la quema? Había otra chapa en el suelo, pero calcinada y ennegrecida; ilegible. La que estaba en pie indicaba ‘Porquera del Butrón’ 1,4 km. Esto debió ser en el km 16,0.

La flecha indicaba hacia el oeste; eso me pareció. El camino venía del este y seguía hacia el oeste. A los lados todo estaba arrasado o parcialmente cubierto de nieve. No había ningún rastro de desvíos laterales. Hacia el oeste me encaminé, lógicamente.

Tras recorrer 300 metros largos en la dirección indicada, me di cuenta de que algo no iba bien. Porquera del Butrón tenía que estar hacia el sur. Viré más de 90 grados entre los residuos. Nieve blanca sobre negras cenizas.

Alcanzada la cima del páramo (lo suyo costó ese tirón final), vi aparecer el pueblo allá abajo: hacia el sur, efectivamente; no se había movido de lugar. Para llegar, tocó trabajo extra: un poco de monte a través y algunas fincas de barbecho.

‘Y, ¿dónde está el meollo anecdótico?’:

¿Alguien o algo (quizá las máquinas excavadoras) había movido/girado el poste con el cartel informativo? Y la chapa calcinada en el suelo, ¿qué indicaría? ¿Me confundí en la interpretación?

Tengo para mí que en el km 16 (no después, cuando lo hice) debí haber girado 90 grados a la izquierda. Pero, ‘pelillos a la mar’. Total, fue un km más de lo previsto y algunas incomodidades.

A cambio, tuve la recompensa de bonitas vistas desde lo más alto. ‘Lo comido por lo servido’.