De los Cortijos de la Rambla a la Rambla de las Buitreras (Archivel, Caravaca de la Cruz)

Paseo improvisado por las inmediaciones de Archivel. A la salida de la pedanía caravaqueña en dirección al Campo de San Juan tomamos a la derecha el camino a Las Oícas y de éste el primero que baja a la izquierda, a un pequeño caserío con una enorme cruz de hierro con altar. Aparcamos por aquí.

Empezamos a caminar siguiendo la carretera y en el mismo sentido hasta el primer camino de tierra que, entre almendros, baja a la izquierda. Es zona de granjas, así que al principio tendremos un marcado aroma campestre.

Los almendros dan paso a campos de cereal, que ya comienzan a brotar y verdear la tierra. A nuestra derecha se alzan las sierras del Gavilán y Pinar Negro. El día es nítido y la estampa hermosa. Sólo se quiebra la paz por los disparos de los cazadores. A ver si evolucionamos lo suficiente como para suprimir de una vez toda actividad que consista en el disfrute de matar.

El camino es muy agradable, hemos venido a pasear, sin rumbo y sin horarios. El camino desemboca en otro perpendicular, y vamos a la derecha hasta otra granja con decenas de casetas metálicas dispersas. Aquí giramos a la izquierda por otro camino menor cerrado a los vehículos por una cadena.

Nos han llamado la atención las ruinas de una casa en mitad de un sembrado, así que la visitamos antes de seguir por el camino y entrar a la Rambla de las Buitreras, que es el prólogo al río Argos.

Caminamos un rato por el lecho, y cuando damos vistas a un cortijo cercano decidimos dar la vuelta. Como íbamos improvisando hemos regresado estrictamente por el mismo trayecto de ida, ahora que me fijo en el mapa veo que podríamos haber seguido por la rambla para conectar con el inicio bastante más adelante, evitando repetir itinerario, pero también es cierto que los tiros cohíben, y además nos acompañaba una perra, así que hemos ido a lo seguro.

Con toda la tontería hemos caminado unos diez kilómetros, nada espectaculares pero bastante desintoxicantes en estas fechas de tanta socialización.