De Mungia a ,Jata,Jata Txiki,Bakio y San Juan de Gaztelugatxe

MUNGIA, JATA, JATA TXIKI, BAKIO Y SAN JUAN DE GAZTELUGATXE

Bilbao a Veinticuatro de Abril de 2013.
Son estas unas fechas marcadas en el calendario, es por eso que decido conmemorarlas con una travesía que me lleve desde Mungia hasta San Juan de Gaztelugatxe. He estado en la zona en muchas ocasiones, pero no he subido nunca a la ermita.
Como dice una que yo me sé, esa es una laguna educacional que debo cubrir.
Es un lugar único que recomiendo visitar a cualquiera.
En mi caso tiene además, un significado particular, ya que para mi padre fue también un lugar especial cuando lo descubrió de pequeño siendo “Txo” de un pesquero y porque fue la zona donde detuvieron el barco que, en la postguerra, lo llevaba al extranjero. Quien sabe dónde hubiera acabado…
Así que salimos de Mungia concretamente desde Olalde donde hay un parque-museo del deporte vasco y se encuentra la sala multiusos culturales,teatro,charlas…
Cruzamos el rio Butrón y por el bidegorri nos dirigimos hacia la depuradora de aguas, salimos al garbigune y por el costado de una superficie comercial cruzamos la autovía metiéndonos por Ormaetxe bidea hacia el antiguo camino a Bermeo que va mas o manos paralelo a la actual carretera. La vía nos baja hasta el arroyo Gaztañeta y sube rápidamente a la nueva urbanización de Elordigane que atravesamos para salir a la carretera del barrio Markaida que tenemos que seguir durante un corto tramo hasta enlazar en Larrauri con el camino que va a Bakio (GR 280).
Esta ancha pista no la abandonamos en ningún desvío hasta alcanzar la ermita de San Miguel de Zumetzaga, situada en medio de un pequeño bosque de robles. Esta calificada como románica del XII, de una sola nave rectangular. Merece la pena detenerse en la ventana y la decoración de sus capiteles, tiene un pórtico cerrado en el frente que puede servir de refugio.
La festividad se celebra el 29 de septiembre, fiesta de San Miguel Arcángel, con misa cantada y romería popular. Se dice que, en otro tiempo, detrás del ábside, estuvieron sepultadas siete vasijas de barro conteniendo oro (zazpi potiko lurrezkoak, urrez beterik), que fueron llevadas a Francia en siete mulos. Ya sabéis leyendas no faltan…
Hasta aquí el camino ha sido fácil, ahora comienza lo duro, giramos a la izquierda siguiendo la indicación del cartel y nos vamos internando en el pinar y la cosa se va poniendo cada vez más “pina” y se convierte en unas rampas entorno al 40% por un cortafuegos que te hacen sudar de lo lindo hasta llegar al cordal. Es más o menos un kilómetro y casi 400 m. de desnivel, así que mejor tomárselo con paciencia…, cuando alces la cabeza y veas una señal hacia abajo indicando el camino por el que vienes es que ya llegas al mirador del cordal del Jata. A partir de aquí todo pan comido.
Las vistas son increíbles y el día acompaña, tanto que me parece ver la zona de Alto Campoo o incluso Picos de Europa.
Lo que si recomiendo es no cebarse con la vista de la p. antena, son los inevitables de las tecnologías. Disfruta que la ocasión lo merece, mira, ve, siente, huele, vive…
Como hace buen día y a pesar de la fama de cima venteada se está de primera, decido descansar un rato y comer el bocata.
Seguimos camino por el cordal y en el collado “Jatabienerdia” nos cruzamos con dos respetuosos moteros que pasan despacito a nuestro lado. Gracias.
Enseguida alcanzamos la cima del Jata Txiki (cima de Bakio) y su buzón con forma de ermita.
Ahora comienza la bajada. Seguimos por el cortafuegos un corto tramo porque enseguida hay que girar a la derecha para coger la pista que nos lleva hacia el camino principal de subida a las antenas.
Continuamos bajando y llegamos a un área de mesas y asadores de la Dipu, donde abandonamos la buena pista para, por una más terrosa alcanzar la carretera que va a Lemoiz. Debemos subir por ésta unos pocos metros y en seguida otra vez a la derecha, estamos en las cercanías de la ermita de San Fernando, hoy caída y en ruinas por efecto de la carretera y los eucaliptos… una pena.
Continuamos bajando a veces entre pinos o eucaliptos y con unas pequeñas manchas de robledal, eso sí, nos acompaña el cucu, los picapinos, las mariposas, ardillas, y aquellos en quienes pensamos…
El camino pierde altura con decisión y nos acerca al mar por encima de Punta Frailetxe, muy buenas vistas. Un par de rampas de bajada más y llegamos al playa de Bakio.
Hasta aquí van casi 16 km, pero queremos y debemos continuar.
Cruzamos la playa y nos dirigimos a San Juan de Gaztelugatxe.
Primero pasamos por Punta Talayape y la zona de la cueva de Atzulo, no conviene bajar si no se tiene claro donde nos vamos a meter.
Nosotros seguimos por la carretera, eso sí sin tránsito, y nos tomamos con calma las rampas, pues los desniveles empiezan a pesar en las piernas, poco a poco llegamos al Eneperi y al empezar a bajar la sonrisa no se me va de la cara, cualquiera que me vea pensará que estoy zumbao por la cara que llevo, pero es que estoy alcanzando un sueño, una ilusión, una promesa hecha a mí mismo…
Gaztelugatxe es un islote de Bermeo, unido a tierra por un puente de dos arcos. Sobre la isla hay una ermita dedicada a San Juan que data del siglo X, y junto con la isla vecina de Aqueche, forma un biotopo protegido, que se extiende desde la localidad de Baquio hasta el cabo Machichaco.
Se sube a la ermita por un vía crucis con doscientas y pico escaleras.
Son muchísimas las leyendas o creencias que tiene el lugar. Los exvotos de los marinos, las mujeres que querían tener hijos, los barcos que saludan al santo al salir a pescar, el deseo que se cumple al tocar tres veces la campana, la oración de un niño…, de un mayor…
Después de pasar un rato contemplando el paisaje, vuelta y a subir hasta el restaurante, nos hemos ganado la cerveza.