De Navasa a la Punta Bacials.
near Navasa, Aragón (España)
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Itinerary description
-Inicio, en Navasa a 990m. de altitud.
-Duración, 5:30h. en total, sin contar paradas.
-Desnivel, 850 metros de subidas y bajadas.
-Punta Bacials, a 1689m.
El sentido de la circular propuesta avanza al comienzo por la carretera al norte de Navasa, la que conduce al Hostal de Ipiés.
Será menos de un kilómetro de andadura por el asfalto hasta ver la salida de un carril que sube a un campo. Servidor metiose por el citado carril, cuando en realidad se debe tomar un camino que parte a su vera. Tampoco es mayor inconveniente pues del lindero del campo podemos incorporarnos a la buena senda.
Este camino alcanza una intersección donde proseguir por la traza de la izquierda, a través de un bosque de pinos altos cuyas ramas caídas entorpecen algo la marcha.
Se vadea un fino arroyo para después subir a la pista asfaltada que lleva al parador de Oroel. La tomamos en dirección contraria durante cinco minutos, hasta alcanzar el arranque del camino de ascenso a la Punta Bacials.
Aquel día este inicio apenas se hallaba marcado y tampoco se adivinaba un rastro claro de senda. La pinaza y el ramaje del bosque, junto al abundante matorral, hacen que surjan dudas sobre el éxito de la misión en este primer tramo del ascenso. A falta de traza evidente hay que subir en línea recta, para de repente dar con algún hito de piedras o de cinta de plástico atada en los arbustos que hacen de guía a la marcha. De esta manera, y después de cinco minutos de subida imprecisa, se empalma con un camino mas ancho y definido.
El camino presenta rampas de dura pendiente entre pasillos de bojes y al resguardo del pinar. Mas arriba se dibujan breves lazadas donde estar vigilante a la hora de seguir la traza correcta; sale algún desvío que suele estar marcado con mojones de piedras y las cintas horripilantes de plástico.
Mas arriba saldremos del bosque a una zona de roca de conglomerado, típica del relieve de la Peña Oroel. El erizón tapiza el suelo y en algunos puntos tapa el sendero.
El paisaje mejora y se estira hacia las sierras del Pirineo, mientras ascendemos por el filo de un crestón que linda con las copas de los abetos y deja un profundo barranco al sur. Las vistas a la llanada de campos de las aldeas del valle de Ara y Abena también merecen una paradita de contemplación.
El ascenso por la airosa cresta finaliza al superar un resalte corto y sencillo. Luego espera una corta bajada para alcanzar la linde del bosque.
Penetrar en la fronda de este denso abetal que habita en la umbría norte de la Punta Bacials, a través de una senda mínima que llega a un calvera o campa herbosa. Girar entonces a la izquierda a fin de proseguir con la subida entre los árboles.
Llegará un momento donde la traza del camino pierde definición y acaba por difuminarse entre la espesura del matorral. Aquí improvisé una subida fuera de todo rastro de senda, a la brava y tirando por una ladera bastante empinada. Es un trecho breve, por suerte, que alcanza la base de la pared de conglomerado bajo la terraza cimera del Bacials. El escarpe se flanquea de manera sencilla para ganar este balcón envidiable con vistas al Pirineo. Desconozco si hay mejor alternativa para afrontar este tramo final de ascenso a la cima.
El mojón cimero de la Punta Bacials se levanta en el cerro aledaño, donde el panorama se abre a la vertiente sur de sierras prepirenaicas.
Cuesta despedirse de esta plácida meseta de campas, pero la excursión continúa ahora en descenso hacia el cordal de Oroel por caminos hollados en el piso de tasca.
El inicio de la senda de los Lobos está indicado con mojones de piedras, en la intersección con el camino que recorre todo el cordal de Oroel. Hay abiertas dos sendas al principio que acaban por juntarse a los pocos metros de iniciado el descenso.
Grato ambiente forestal el concedido por las hayas y los abetos en este camino que desciende suave y en diagonal.
El pinar gana relevancia al ir perdiendo cota, cruzando un par de barranqueras inclinadas desde las que otear el paisaje. Se dejará a la izquierda un sendero que lleva hacia la ruta de subida a la Peña Oroel desde el parador. También habrá que superar el obstáculo de un tronco caído y equipado con un hierro para agarrarse.
El empalme con la carreterilla al parador abre el número de posibilidades de alterar el recorrido aquí propuesto. De hecho la opción de marchar todo a lo largo de la carretera en dirección a Navasa parece la menos recomendable de todas. Surge la alternativa de ir a Barós en la intersección con la carretera, o de tomar el sendero que baja a Ullé tras andar unos metros por el asfalto de la pista. Esta última era la idea original pero cambiose sobre la marcha al no querer perder cota y tener la intención de conocer el cajicar de Nabasa.
En los cuarenta minutos de andada por la pista, de nulo o muy escaso tráfico, salen muchos caminos a diestra y siniestra, unos señalizados y otros sólo apuntados por la huella de su traza. Supongo que permitirán trayectos variados para visitar otros rincones de esta falda norteña de Oroel.
La pista dibuja muchas curvas pero la que nos interesa es una donde aparecen señales del camino a tomar. Son mojones y un poste relacionado con el uso de la btt que por lo visto debe estar muy generalizado por estos lares.
El camino sube hacia el extremo oeste del monte de Santa Eulalia, obviando primero un desvío a la izquierda que debe llevar a Ullé, y luego otro a la derecha que faldea por la vertiente sur y conduce a Navasa.
El camino tomado sigue recto y alcanza el cordal de la sierra, adornado con un denso bosque de quejigos. Aquí dejose una senda que desciende por la otra cara, señalizada con un letrero del "Bolo", a favor de tomar el camino que discurre por la cuerda del monte de Santa Eulalia.
Saldrán nuevos desvíos señalizados, como el del Picharré, y otros que carecen de indicaciones pero aparecen limpios de matorral. Quizás sea excesiva la presencia de tanto camino que termina por confundir y mete demasiados tajos al monte.
El paso por la cumbre del Santa Eulalia pasa muy desapercibido, tanto que no me percate de la misma, en un llaneo agradable por el cobijo y la umbría de los caxicos.
La bajada del cordal tiene tramos de fuerte pendiente, hasta enlazar con el camino conocido que faldea por la vertiente sur. En el tramo venidero se atraviesa un paso estrecho y con caída a una ladera de margas.
Queda el trecho final que marcha por una pista agrícola de entrada a Navasa.
-Duración, 5:30h. en total, sin contar paradas.
-Desnivel, 850 metros de subidas y bajadas.
-Punta Bacials, a 1689m.
El sentido de la circular propuesta avanza al comienzo por la carretera al norte de Navasa, la que conduce al Hostal de Ipiés.
Será menos de un kilómetro de andadura por el asfalto hasta ver la salida de un carril que sube a un campo. Servidor metiose por el citado carril, cuando en realidad se debe tomar un camino que parte a su vera. Tampoco es mayor inconveniente pues del lindero del campo podemos incorporarnos a la buena senda.
Este camino alcanza una intersección donde proseguir por la traza de la izquierda, a través de un bosque de pinos altos cuyas ramas caídas entorpecen algo la marcha.
Se vadea un fino arroyo para después subir a la pista asfaltada que lleva al parador de Oroel. La tomamos en dirección contraria durante cinco minutos, hasta alcanzar el arranque del camino de ascenso a la Punta Bacials.
Aquel día este inicio apenas se hallaba marcado y tampoco se adivinaba un rastro claro de senda. La pinaza y el ramaje del bosque, junto al abundante matorral, hacen que surjan dudas sobre el éxito de la misión en este primer tramo del ascenso. A falta de traza evidente hay que subir en línea recta, para de repente dar con algún hito de piedras o de cinta de plástico atada en los arbustos que hacen de guía a la marcha. De esta manera, y después de cinco minutos de subida imprecisa, se empalma con un camino mas ancho y definido.
El camino presenta rampas de dura pendiente entre pasillos de bojes y al resguardo del pinar. Mas arriba se dibujan breves lazadas donde estar vigilante a la hora de seguir la traza correcta; sale algún desvío que suele estar marcado con mojones de piedras y las cintas horripilantes de plástico.
Mas arriba saldremos del bosque a una zona de roca de conglomerado, típica del relieve de la Peña Oroel. El erizón tapiza el suelo y en algunos puntos tapa el sendero.
El paisaje mejora y se estira hacia las sierras del Pirineo, mientras ascendemos por el filo de un crestón que linda con las copas de los abetos y deja un profundo barranco al sur. Las vistas a la llanada de campos de las aldeas del valle de Ara y Abena también merecen una paradita de contemplación.
El ascenso por la airosa cresta finaliza al superar un resalte corto y sencillo. Luego espera una corta bajada para alcanzar la linde del bosque.
Penetrar en la fronda de este denso abetal que habita en la umbría norte de la Punta Bacials, a través de una senda mínima que llega a un calvera o campa herbosa. Girar entonces a la izquierda a fin de proseguir con la subida entre los árboles.
Llegará un momento donde la traza del camino pierde definición y acaba por difuminarse entre la espesura del matorral. Aquí improvisé una subida fuera de todo rastro de senda, a la brava y tirando por una ladera bastante empinada. Es un trecho breve, por suerte, que alcanza la base de la pared de conglomerado bajo la terraza cimera del Bacials. El escarpe se flanquea de manera sencilla para ganar este balcón envidiable con vistas al Pirineo. Desconozco si hay mejor alternativa para afrontar este tramo final de ascenso a la cima.
El mojón cimero de la Punta Bacials se levanta en el cerro aledaño, donde el panorama se abre a la vertiente sur de sierras prepirenaicas.
Cuesta despedirse de esta plácida meseta de campas, pero la excursión continúa ahora en descenso hacia el cordal de Oroel por caminos hollados en el piso de tasca.
El inicio de la senda de los Lobos está indicado con mojones de piedras, en la intersección con el camino que recorre todo el cordal de Oroel. Hay abiertas dos sendas al principio que acaban por juntarse a los pocos metros de iniciado el descenso.
Grato ambiente forestal el concedido por las hayas y los abetos en este camino que desciende suave y en diagonal.
El pinar gana relevancia al ir perdiendo cota, cruzando un par de barranqueras inclinadas desde las que otear el paisaje. Se dejará a la izquierda un sendero que lleva hacia la ruta de subida a la Peña Oroel desde el parador. También habrá que superar el obstáculo de un tronco caído y equipado con un hierro para agarrarse.
El empalme con la carreterilla al parador abre el número de posibilidades de alterar el recorrido aquí propuesto. De hecho la opción de marchar todo a lo largo de la carretera en dirección a Navasa parece la menos recomendable de todas. Surge la alternativa de ir a Barós en la intersección con la carretera, o de tomar el sendero que baja a Ullé tras andar unos metros por el asfalto de la pista. Esta última era la idea original pero cambiose sobre la marcha al no querer perder cota y tener la intención de conocer el cajicar de Nabasa.
En los cuarenta minutos de andada por la pista, de nulo o muy escaso tráfico, salen muchos caminos a diestra y siniestra, unos señalizados y otros sólo apuntados por la huella de su traza. Supongo que permitirán trayectos variados para visitar otros rincones de esta falda norteña de Oroel.
La pista dibuja muchas curvas pero la que nos interesa es una donde aparecen señales del camino a tomar. Son mojones y un poste relacionado con el uso de la btt que por lo visto debe estar muy generalizado por estos lares.
El camino sube hacia el extremo oeste del monte de Santa Eulalia, obviando primero un desvío a la izquierda que debe llevar a Ullé, y luego otro a la derecha que faldea por la vertiente sur y conduce a Navasa.
El camino tomado sigue recto y alcanza el cordal de la sierra, adornado con un denso bosque de quejigos. Aquí dejose una senda que desciende por la otra cara, señalizada con un letrero del "Bolo", a favor de tomar el camino que discurre por la cuerda del monte de Santa Eulalia.
Saldrán nuevos desvíos señalizados, como el del Picharré, y otros que carecen de indicaciones pero aparecen limpios de matorral. Quizás sea excesiva la presencia de tanto camino que termina por confundir y mete demasiados tajos al monte.
El paso por la cumbre del Santa Eulalia pasa muy desapercibido, tanto que no me percate de la misma, en un llaneo agradable por el cobijo y la umbría de los caxicos.
La bajada del cordal tiene tramos de fuerte pendiente, hasta enlazar con el camino conocido que faldea por la vertiente sur. En el tramo venidero se atraviesa un paso estrecho y con caída a una ladera de margas.
Queda el trecho final que marcha por una pista agrícola de entrada a Navasa.
Waypoints
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02. Cruce, senda de la izquierda
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07. Claro en el bosque y giro a la izquierda
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08. Sin senda, a la brava hacia arriba.
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14. Desvío 1
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15. Desvío 2
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17. Intersección
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