DE PAJARES DE PEDRAZA A REBOLLO

1.- FICHA TÉCNICA:

Distancia total: 14,27 km
Fecha de realización: 2/Enero/2022
Fecha de subida: 7/Enero/2022
Dificultad: Fácil
Índice IBP: 48 HKG
Tiempo total: 4:20:13 horas
Tiempo en movimiento: 4:00;37 horas
Tiempo parado: 0:19:36 horas
Altitud al inicio/al final: 987 m / 987 m
Altitud máxima/mínima: 1091 m / 941 m
Señalización: No hay
Posible con BTT: Si. Un par de puntos con alguna dificultad, que pueden obligar a echar pie a tierra, pero no más de 300 m.

2.-ANTES DE EMPEZAR A VER LA RUTA

Esta ruta la he editado para “arreglar” un pequeño problema, que se produjo en el último kilómetro del recorrido. El problema consistió en que el track se iba grabando como si fuéramos caminando campo a través, justo cuando estábamos desplazándonos por una pista agrícola. El arreglo ha consistido en marcar el track por el camino correcto.

3.- ACCESO AL INICIO DE LA RUTA

El inicio de la ruta está situado en el pueblo de Pajares de Pedraza, en la orilla hidrográfica derecha del río Cega. Nada más pasar el puente sobre dicho río, hay que dar un giro cerrado a la derecha y llegar hasta un pequeño ensanche en el arcén de la pista por donde hay que comenzar a caminar, a pocos metros de un gran panel informativo que ha colocado la Red de Espacios Naturales de Castilla y León.
Para llegar hasta Pajares de Pedraza, la forma más directa es desde la carretera N 110 (Ávila a Soria), coger la desviación a la SG-P-2322 hasta la entrada de La Velilla, para allí tomar a la izquierda la desviación a la SG-V- 2313, que nos guiará hasta Pajares.
Las coordenadas del aparcamiento en sistema sexagesimal o GSM, son 41° 09'59,3” N, 3° 51'09,9” W. En sistema decimal o GD, son 41.164810, -3.852753.
Otra alternativa que tenemos para llegar al punto de inicio, es la de utilizar la función “¿Como llegar al punto de inicio?” que tiene Wikiloc a nuestra disposición. Al abrir la ruta que queremos hacer, justo a continuación de las características técnicas de la misma (distancia, dificultad, fecha, etc.) aparece dentro de un recuadro la mencionada pregunta. Al picar en dicha opción, desde tu ubicación, estés donde estés, aparecerá en Google Maps, el trayecto que se ha de realizar para acceder al punto de partida de la ruta.

4.- INFORMACION GENERAL SOBRE LA RUTA

4.1.- CARACTERISTICAS GENERALES:

Es una interesante y bonita ruta circular, que tiene un poquito de todo, incluido un corto tramo por el sabinar con un puntito de “vive tu aventura,” a la hora de buscar el camino entre las sabinas. Se puede hacer en una mañana o en una tarde, pero si nos la tomamos con calma para disfrutar del caminar y del paisaje, y le echamos algo más que medio día, vamos a sacarle más jugo a la ruta.
Tiene tres partes claramente definidas y con diferente interés desde el punto de vista paisajístico. Una primera parte, entre Pajares de Pedraza y Valleruela de Pedraza, en la que vamos a caminar al pie de la lastra de la Peña del Tuero entre árboles mayoritariamente. Una segunda parte, en la que vamos a caminar por una zona de cultivos de secano mayoritariamente y una tercera parte, en la que volveremos a caminar a través del sabinar hasta descender desde la Peña del Tuero a Pajares de Pedraza.
Se puede realizar en cualquier época del año. Pero teniendo presente por donde vamos a caminar, paisajísticamente hablando, y el clima de la provincia de Segovia, a mi juicio, el momento idóneo para hacerla son los meses de mayo y junio, cuando la floración está a tope y las cosechadoras aún no han transformado las parcelas cerealistas en rastrojeras. Trigos y cebadas formarán un manto de color verde con lo que el caminar entre ellas será más agradable visualmente que si lo hacemos una vez segadas y con toda esta pequeña campiña de color amarillo secarral. Como dijo J. C. Davillier en su libro Voyage en Espagne, refiriéndose a estas llanuras cerealistas, “… inmensas soledades, que no carecen de poesía, hacen pensar en el océano, cuya grandiosidad tienen…”.
El otoño es también un buen momento para hacer esta ruta, pues dada la gran cantidad de chopos que vamos a ver con el amarillo en sus copas, le darán un toque especial de color al paisaje.
En nuestro caso, hicimos este recorrido el 2/Enero/2022, en un atípico día invernal, debido a las inhabituales temperaturas que tuvimos, que superaron los 20 grados centígrados.
No hay fuente de agua tratada en esta ruta, salvo en el cruce del pueblo de Valleruela de Pedraza. Las sombras son prácticamente inexistentes a lo largo de todo el camino.
El recorrido no está señalizado, aunque se puede decir que no hace mucha falta, pues la posibilidad de equivocarse es muy pequeña y es fácilmente subsanable si ocurriera. Siempre va a haber algún elemento orográfico que nos va a ayudar a progresar sin equivocación. Solo en la zona del Arroyo de la Casa, en la que “desaparece” momentáneamente el camino, podría aparecer algún pequeño problema de orientación, que se evita con solo atravesar perpendicularmente el valle de dicho arroyo hasta dar con la clara pista que hay al otro lado de la loma y que nos llevará hasta el final de la ruta.
Físicamente no es exigente. Lo más duro de esta ruta, está al comienzo de la misma, en el camino entre Pajares de Pedraza y Valleruela de Pedraza. Es un tramo de unos 5,2 km, en los que superamos un desnivel altitudinal de unos 150 m, lo que da a este tramo una pendiente media del 2,8%. Entre Valleruela de Pedraza y Rebollo, va a ser un tramo de bajada por una buena pista agrícola. En el último tercio de la ruta, entre el Arroyo de las Huertas y el valle del Arroyo de la Casa, es una suave sucesión de subidas y bajadas de unas lomas, hasta llegar a la bajada a Pajares de Pedraza a través del sabinar. Teniendo en cuenta todo esto, se puede catalogar a este circuito como de moderado tirando a fácil (el índice IBP es de 48).
Esta ruta no está muy frecuentada, aunque es posible a lo largo de ella el cruzarse con gente en el tramo entre Pajares de Pedraza y Valleruela de Pedraza, sobre todo en los meses estivales y fines de semana por varias razones. Una de ellas es que comparte un tramo de alrededor de 1 km con la Senda de Pescadores entre La Velilla y Pajares de Pedraza por el cañón del río Cega, una ruta muy frecuentada. Otra razón es que se cruzan dos pueblos que, aunque no tienen muchos habitantes, hay gente viviendo en ellos y trabajando en sus campos. En días de diario, esta probabilidad claramente disminuye.
En el resto de la ruta, vamos a encontrar un ambiente solitario, si acaso interrumpido por el paso de algún rebaño de ovejas y su pastor. Este casi ambiente solitario de la ruta, salvo que seamos muy ruidosos, además de disfrutar del paisaje y del caminar, nos va a permitir el poder observar, además de la abundante avifauna, a corzos, conejos e incluso algún zorro.
Desde Valleruela de Pedraza hasta la ermita de Nuestra Señora de las Nieves, por el Camino de Rebollo, es casi seguro el caminar en soledad. Y en el último tramo, entre la Ermita y Pajares de Pedraza, sobre todo en la zona de sabinar, salvo algún pastor y su rebaño, no habrá más presencia humana que la nuestra. Este casi ambiente solitario de la ruta, salvo que seamos muy ruidosos, además de disfrutar del paisaje y del caminar, nos va a permitir el poder observar corzos, conejos e incluso algún zorro.

4.2.- GEOLOGÍA DE LA ZONA

El terreno por el que vamos a caminar está constituido por calizas y dolomías mayoritariamente, que forman parte del piedemonte de la cercana sierra de Guadarrama. Estas rocas calcáreas, se depositaron en el fondo de mares poco profundos que cubrieron esta zona de la provincia hace unos 84 millones de años, durante el Cretácico. Hoy en día, en esta zona, son frecuentes lo que se denomina lastras o muelas, que son relieves de forma troncocónica, de cumbres más o menos planas con abundantes fragmentos de rocas calizas y/o lajas o planchas calizas más o menos lisas.
Por debajo de estos estratos calizos, se verán, sobre todo entre Pajares de Pedraza y Valleruela de Pedraza, capas de arcillas y arenas silíceas poco cementadas, que son fácilmente identificables por sus colores. El color blanco es el mayoritario, pero los tonos grisáceos, rojizos y violetas son también frecuentes. Pueden alternar con arcillas de color amarillento y anaranjado.
Son lo que se denomina en la zona, arenales o areneras, depositadas hace más de 100 millones de años. Pertenecen a lo que se denominan formación o facies Utrillas, que datan del Albiense. Algunos de ellos han sido explotados por los habitantes de la zona como material para la construcción y para blanquear (= enjalbegar) las paredes y habitaciones de sus casas. Al paso por Tejadilla, se verá una enorme arenera, que fue explotada hasta finales del siglo pasado.
Entre Valleruela de Pedraza y Rebollo, así como entre Rebollo y el Arroyo de la Casa, se verá una amplia campiña dedicada a cultivos de secano, con pequeñas colinas onduladas de material arcilloso-arenoso, con alguna que otra barranca labrada por las aguas de arroyada en épocas de lluvia.
Su sustrato son materiales aluviales del Paleógeno o Terciario temprano y del Mioceno depositados por los ríos sobre las calizas del Cretácico. En algunos puntos de esta amplia campiña, es posible observar cantos rodados de colores claros con aspecto de cuarcitas (cuarzos rubefactados) que delatan la actividad fluvial de hace muchos millones de años.

4.3.- VEGETACIÓN DE LA ZONA

La cubierta vegetal arbórea es más abundante y variada en la zona caliza que en la campiña cerealista, como es lógico. La sabina albar es la especie dominante, tanto en la zona de lastras y sus laderas, como en una parte de la zona de valle. En el tramo entre Pajares de Pedraza y Valleruela de Pedraza, vamos a caminar entre un bosque mixto de encinas y sabinas, salpicado de vez en cuando de alguna parcela de cultivos de secano, sobre todo en las proximidades de Tejadilla y de Valleruela de Pedraza. Arriba en las lastras, es donde más espeso vamos a poder ver el sabinar, sobre todo en el último tercio de la ruta.
En la zona de campiña cerealista, la vegetación arbórea es escasa, como es lógico. Está reducida a algunos ejemplares aislados de encinas y de sabinas, bien en las laderas de las pequeñas colinas o en los límites de parcelas. Este tipo de paisaje lo reflejó muy bien D. Miguel de Unamuno cuando escribió, “… la llanura inacabable donde verdea el trigo o amarillea el rastrojo, alguna procesión monótona y grave de pardas encinas, de verde severo y perenne que pasan lentamente espaciadas, o de tristes pinos que levantan sus cabezas uniformes. De cuando en cuando, a la orilla de algún pobre regato medio seco o de un río claro, unos pocos álamos, que en la soledad infinita adquieren vida intensa y profunda…”, en Paisajes y ensayos.
En el fondo del valle del río Cega y de algunos de los vallejos de los arroyos de la zona de campiña, en donde la humedad edáfica es mayor, aparece la clásica vegetación de galería de río en la que abundan fresnos y sauces, así como las plantaciones de chopos.
El sotobosque va a estar formado por jaras, chaparras, retamas, retoños de sabinas, artemisias, zarzas, escaramujos y plantas aromáticas (espliego, tomillos, salvias, etc.), como especies más conocidas. Las jaras, van a ser las más abundantes.

5.- ITINERARIO:

Salimos desde Pajares de Pedraza, por una pista que a la derecha tiene el río Cega y a la izquierda la Peña del Tuero. Es el camino del Tuero o de Tejadilla.
Al cabo de unos 800 m, a nuestra izquierda y casi en la base de la ladera de la Peña del Tuero, vamos a ver las ruinas de la ermita románica de la Vega, que en sus tiempos perteneció al arciprestazgo de Pedraza. Se cree que fue edificada entre finales del siglo XII y principios del siglo XIII. Su advocación fue doble, a las santas Justa y Rufina, cuyas tallas están hoy en día en la iglesia parroquial de Pajares de Pedraza. Consta de una nave rectangular y de un ábside. Fue utilizada como cementerio de Pajares de Pedraza. Ya a mediados del siglo XIX, en el conocido Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España de Pascual Madoz, aparece citada que estaba en ruinas y que se utilizaba como cementerio.
Un poco más adelante, el camino se separa del cauce del río Cega y comienza un ascenso a través de un bosque de sabinas y encinas, camino de Tejadilla. A nuestra izquierda, y en la ladera de la lastra, veremos las primeras arenas y arcillas de la facies Utrilla, cuyos colores claros destacan claramente sobre el fondo oscuro de la ladera cubierta de vegetación, y un poco más adelante aparecen de nuevo varios campos del cultivo de secano.
Llegados a Tejadilla, a nuestra izquierda veremos una arenera con un frente de explotación excavado verticalmente de casi 500 m de longitud, ya en desuso. Merece la pena acercarse hasta ella para observar las arcillas y arenas silíceas de colores y los estratos de caliza sobre ellas. En todo este tipo de areneras, una vez eliminada la ladera, se solía hacer una excavación a mano de una o varias galerías horizontales, en alguna de las cuales aún se pueden ver las huellas de los picos en sus paredes. No es aconsejable el acceder a dichas galerías por el peligro de derrumbe.
Estas arenas y arcillas se han utilizado en la provincia como material de construcción durante mucho tiempo. A la fracción arenosa que se extraía, se la conocía como “arena de mina”, expresión que aún hoy en día perdura. La fracción arcillosa recibía el nombre genérico de barro.
Dejado atrás Tejadilla, caminamos por una zona de fincas de secano, para al cabo de unos 2 km llegar a Valleruela de Pedraza. Cruzamos el pueblo por la calle Carrizal primero y subimos por la calle de la Iglesia, hasta llegar al punto más alto del pueblo y de la ruta, en las proximidades de la Ermita de la Virgen del Amparo.
Tomamos el camino que discurre por la derecha de la ermita y que es el camino de Rebollo. Es una ancha y cómoda pista que va a estar flanqueada a ambos lados, con una hilera de sabinas a modo de pasillo arbóreo, durante algo más de 1 km. A lo largo de casi 2 km, se alternarán a ambos lados del camino campos de cultivo de secano y bosquetes de sabinas, El descenso del camino se acentúa a medida que vamos entrando en una zona totalmente dedicada a cultivos de secano y que tiene su punto con menor altitud, al llegar al vallejo del Arroyo de las Huertas.
Frente a nosotros, al otro lado de la carretera SG-V-2313, están las ruinas de la ermita de Nuestra Señora de las Nieves, declarada Monumento Histórico Artístico en 1982. Fue empezada a construir a finales del siglo XII. Tiene planta basilical, con tres naves pequeñas y sus correspondientes ábsides, uno de los cuales ha desaparecido. En su interior se pueden ver aún unos arcos y unas columnas con excelentes capiteles con diversos motivos animales y vegetales. Tiene dos portadas decoradas con zigzags en relieve, casi idénticas, que se están cayendo por la acción de los elementos, sobre todo en la portada sur, que también tiene casi desmoronada totalmente su chambrana.
Seguimos camino en paralelo al Arroyo de las Huertas, primero por su orilla derecha y luego, tras cruzar el vallejo del arroyo, por su orilla izquierda, Unos 300 m más adelante, el camino describe una curva hacia la izquierda de casi de 90 grados y comienza una subida a través de tierras dedicadas a cultivos de secano, durante alrededor de 1,2 km en un continuo y suave ascenso.
Llegados a este punto, en el que se acaban las parcelas de secano, delante de nosotros está el vallejo del Arroyo de la Casa, cuyas laderas están totalmente cubiertas por un sabinar. Aquí se nos acaba el nítido camino por el que transitábamos y afrontamos un corto tramo de unos 600 m en el que hay “que buscarse la vida” para encontrar una vía por la que bajar la ladera derecha del arroyo y subir la izquierda, hasta volver a dar con otra pista, una vez dejado atrás el vallejo de dicho arroyo. Nada complicada ni arriesgada esta tarea, y que se solventa siguiendo una dirección más o menos perpendicular al cauce seco del arroyo.
Llegados a la pista agrícola, solo hay que seguirla. Está en cuesta abajo y desemboca perpendicularmente en otra pista más ancha, donde giramos a la derecha. Al cabo de casi 1 km, hay una bifurcación, en la que seguimos de frente, entrando de nuevo en un bonito y cerrado sabinar, que ocupa toda la lastra de la Peña del Tuero. La pista comienza un descenso más acusado. Ira girando hacia la izquierda entre las sabinas y comenzaremos a disfrutar de una espléndida panorámica del valle del río Cega y del caserío de Pajares de Pedraza a nuestros pies.
La pista, un antiguo camino carretero, sigue descendiendo hasta llegar a Pajares. Olvidarse de las bifurcaciones que salen a la derecha en la bajada y seguir de frente.

Todo aquel que utilice total o parcialmente la ruta aquí descrita, así como su correspondiente track para GPS y la información complementaria que lo acompaña, lo hace bajo su responsabilidad. Por los riesgos que toda actividad en la naturaleza conlleva, queda igualmente bajo la responsabilidad de quien lo utilice, el tomar las medidas de seguridad adecuadas para realizar el itinerario descrito, que va a depender de las condiciones meteorológicas, del estado y preparación física de quien lo vaya a realizar y del grado de conocimientos técnicos del que use dicho track. La información que has leído, es de carácter informativo y orientativo.