De Panillo a Pano.

-Duración: 5:30h, sin contar paradas.
-Desnivel, 500 metros de subidas y descensos.

En Panillo se toma la carretera a fin de salir por el ramal al cementerio. Un carril parte de la entrada del camposanto con rumbo a la Sierra del Torón, indicador que habremos visto junto a la carretera. La pista asciende a base de lazadas entre campos agrícolas y fincas particulares. Aquel día pasome el desvío señalizado del PR a los pies de una cuesta. El carril muere arriba y no tiene continuación. Así que conviene estar atento a la salida del camino a mano izquierda.

La senda penetra en el bosque y alcanza un cruce indicado. La proximidad de un horno de cal invita a descubrirlo. Luego seguiremos en franco ascenso por la umbría del pinar. El camino del PR sale de la fronda, concede vistas, y acomete el trecho final de suelo pedregoso hacia la pista superior.

El GR-1 recorre el ancho cordal de la sierra y lo tomaremos hacia el norte. Entorno un tanto desangelado, con puestos de caza a los lados, y llegada a una intersección relevante en el planteamiento de la ruta. Un carril marca hacia la ermita de San Martín, templo situado en un altozano en el que destacan las vistas al embalse del Grado y a ilustres montañas del Sobrarbe y la Ribagorza. El acceso al interior de la ermita se hallaba cerrado con candado. Hay un panel identificador del paisaje y un conjunto de antenas.

Otro punto de interés a conocer es el vértice geodésico de San Martín, al que se llega mediante una trocha cercana a la intersección del GR-1. Un interés mínimo, de coleccionista de vértices, porque el entorno de altos pinos obstaculiza la visión desde la alta estructura de hormigón.

En el cruce de la pista se abandona el GR con afán de ir por el PR de las Avellaneras hacia Pano. Hay un poste indicador y una tablilla de btt en este camino que enseguida desciende por el interior del bosque. Tramo agradable que alcanza un desvío señalizado del PR. Éste sale a la fuente de las Avellaneras junto a un depósito circular de agua. La ruta aquí propuesta no sigue el rumbo del PR y continúa recta tras el poste indicador. Es un camino a media ladera donde aparecen pocos mojones de piedras, con algo de matorral que lo adorna, pero de traza suficiente para no extraviar su rastro. A su final se desemboca en un cortafuegos donde bajar a un carril aledaño.

El tramo siguiente del trayecto marcha por este carril que no presenta atajos claros, y lazada va, lazada viene, va perdiendo cota a desembocar en la carretera de acceso a Puy de Cinca. La seguiremos un trecho breve en subida, hasta dar con la salida del nuevo PR a Pano.

Sendero ancho y cómodo que atraviesa una ladera de antiguos bancales, cruza barranqueras, e incrementa su pendiente en la parte final de subida al pueblo. Allí recuperamos el GR-1 que va a la aldea de Caneto. En Pano estaban obrando este día alrededor de la iglesia. Se ven casas restauradas y un local a modo de bar que por supuesto permanecía cerrado en esta época invernal.

El venidero tramo carreteril finaliza en el desvío de subida a la ermita de San Antón, templo abierto y románico en el que sobresale un ábside de estilo lombardo. La imagen de los tres tambores merecería un desbroce mas apurado del entorno, a fin de una mejor contemplación de la que fuera iglesia del monasterio de San Juan. En vez de retornar a la anodina carretera, surge la oportunidad de ascender por el camino de las parideras, construcciones en proceso avanzado de ruina, hasta desembocar en el asfalto de la carretera a Troncedo.

Delante de la salida a la carretera arranca un sendero amojonado que lleva a un cerro con simbología budista. Antes se pueden visitar los restos de otra ermita, la de San Esteban, en el cordal de la sierra y dejada de la mano de Dios, o de los hombres. A cambio el Cerro de la Encina, cuyo nombre ya aparece al abandonar San Antón, recibe los cuidados y las atenciones de quienes colocan piedras y banderitas tibetanas de plegaria en el altozano. Sus vistas al Turbón, Monte Perdido, y de Pano, permiten ver nuevos horizontes sin necesidad de profesar cultos.

No vi clara la bajada por la vertiente que da a la ermita de la Virgen de la Collada, así que retrocediose al inicio del sendero en la carretera. Tiene poco o nada de arcén y no demasiado tráfico en su andadura hasta la ermita de la Collada. Todavía queda un trecho mas por el asfalto hasta ver el desvío al monasterio budista. Senda agradable que lleva a las puertas del templo. Los adornos coloristas y alegres contrastan con lo austero y serio del románico autóctono.

Queda la parte última del camino a Pano, con un tramo breve de pista y una senda entre viviendas de retiro espiritual, campos, y repecho postrero al pueblo.