De Urriellu a Cabrones y a Poncebos (con niños)

Tercer y cuarto día de nuestro anillo: Puente Poncebos- Bulnes - Refugio Vega de Urriellu - Refugio Jou de Cabrones - Bulnes - Puente Poncebos
Realizado los días 28 y 29 de julio de 2023 con Elena, Julia y Aitana (7, 12 y 15 años)
Toda gran historia merece ser adornada...lo dijo Gandalf
Hice esta ruta con mi amigo Raúl hace 17 años y la recordaba como mítica. La hicimos con niebla, con lluvia, con plano en papel, sin haber reservado refugio, sin bastones y calzando unas Reebok Classic... aquella vez fue terrible.
Ahora ya sé de qué va esto y he traído a mis hijas. Reservé los refugios de Vega de Urriellu y Jou de Cabrones con cena y desayuno, llevaba el track en wikiloc y todas llevábamos equipo apropiado de montaña.
Salimos a las 9:30h de Urriellu con dirección a Cabrones. Sol, pero no calor excesivo. Sombrero, gafas, crema y pantalón corto. Lo que los montañeros hacen en 2h nos llevó 3h15. No tenemos prisa.
La primera parte es la de subida. Hay un tramo de chimenea que han equipado con peldaños de acero. Antes esta parte era complicada pero ahora es hasta divertida para los niños. Luego se pasa por un cuchillar que permite tener buenas vistas a los dos valles.
El terreno es siempre pedregoso y está aceptablemente señalizado con hitos y alguna marca. Mi experiencia con niebla hace años me dice que es aconsejable llevar el track.
La mayoría de los montañeros se desvían a mitad de camino para subir a Torrecerredo, por lo que la segunda parte del camino es bastante solitaria.
Neveros, morrenas, subir y bajar, piedras y más piedras...Pareces estar en otro planeta.
A las 13h ya habíamos llegado al refugio de Jou de Cabrones. Se llama así por las cabras que abundan por allí y por los jous, que son grandes agujeros kársticos. A esta zona la llaman el everest de las simas. De hecho tiene una sima de 1600m de profundidad...impresionante.
El refugio es muy chiquitín. Sólo 20 plazas. Tiene un baño (wc seco) y si te subes al collado del agua tienes hasta wifi.
Nos pasamos la tarde haciendo fotos y jugando al mus...Delante de nosotros pasaron cien montañeros. Todos con prisa. Todos iban a algún sitio y se iban a otro rápidamente. Me hizo reflexionar sobre el consumo de naturaleza que tenemos. Había algunos que hacían lo mismo que nosotros en 2 días en vez de en 4 días. E incluso una pareja estaba haciendo nuestro mismo anillo pero en un sólo día. Nosotros paramos, miramos, hablamos, disfrutamos... Te recomiendo llegar a un refugio de estos y echar un día allí. Como quien va a un hotel con piscina y se pasa el día sin salir.
Por la tarde hubo emoción:
- Subimos al collado del agua a hablar por teléfono. Desde allí se ve el macizo occidental, con la garganta del Cares separando las montañas. Vistas espectaculares
- Fuimos a tirarnos bolas de nieve a un nevero. Nieve en verano, qué lujo
- Exploramos una cueva y tiramos piedras a todos los jous que nos encontramos, para ver su profundidad
- Y vino el helicóptero a traer el pan. Aterrizó como en las películas de acción. Súper guay!
Jorge y Naiara son los guardeses. Gente maja que además cocina bien. Nos pusieron fabada para cenar...Increíble! Y luego a dormir...
Día 29 de julio. 7am. Elena quiso ir a hacer pis y al ir al baño nos encontramos con una manada de rebecos. En esta zona decir "mira esos dos cabrones" no es una ofensa, je je.
Tras desayunar me di cuenta que éramos los únicos que quedábamos en el refugio. 8:30am. Esto me hizo nuevamente reflexionar sobre la prisa que acompaña al escalador.
A las 9h volvió el helicóptero a traer material para una expedición de espeleólogos de Valencia que iban a venir 15 días a explorar las simas.
Y a las 10h, tras despedirnos comenzamos el camino de bajada hacia Bulnes y Puente Poncebos. Son 1800m de desnivel negativo, cuidado a las caídas!
En esta bajada es difícil librarse totalmente de la niebla, ya que es muy habitual que se atraviesen zonas de nubes. El camino no obstante se ve bien y es difícil perderse, aunque no se vea el paisaje alrededor.
El primer tramo es muy rocoso y se atraviesan dos pasos equipados con cuerdas. No son muy largos pero el primero da un poquito de vértigo.
Después se entra en una zona de pastos que llega hasta el collado de Amuesa, donde se observan varias construcciones y una fuente para el ganado. Hasta aquí fueron 2h30min.
A continuación viene lo divertido... la canal de Amuesa. Es un sendero que baja muchísimo desnivel en poca distancia. A mitad de canal aparece la morrena de piedra suelta. Aquí hay dos opciones: seguir por el sendero o bajar esquiando por la morrena. Elena y Julia bajaron por el sendero por precaución. Aitana y yo, con botas altas y bastones bajamos derrapando por la morrena. Es muy divertido si tienes buen calzado.
La vez anterior que bajé por aquí, hace 17 años, mi amigo Raúl y yo sufrimos lo indecible. El suelo estaba empapado y el sendero se convirtió en una pista de patinaje embarrada. Nos pudimos caer entre uno y dos millones de veces en el barro... lo recordaremos siempre.
Tras la morrena el camino es sencillo hasta Bulnes. Hierba y helechos hasta el pueblo. LLegamos en 4h30min aprox.
En Bulnes habíamos quedado con José Manuel para comer en Casa Guillermina. Una parada necesaria para recobrar fuerzas con una buena fabada. Hasta Bulnes son -1300m de desnivel.
De Bulnes a Puente Poncebos quedaban otros -500m de bajada. Con el cielo nublado y un camino conocido, el último trayecto nos resultó fácil. Tardamos 1h20 en bajar.
Y aquí acaban nuestros 4 días de aventura en familia... que recordaremos sin duda toda la vida.