De Villafranca a Córdoba

Hoy me tocó cumplir con una larga promesa a mi madre: ir a su casa andando. Parto de Villafranca en busca de la Colada de la Ventilla, un amplio camino que te introduce en Sierra Morena, que me lleva hasta el Cordel de Córdoba a Villanueva, con el que me cruzo a la altura del Descansadero de la Ventilla. Los dueños de esta finca no aceptan que el cordel pasa por su propiedad y que están obligados a dar servidumbre de paso. Para evitar cualquier problema, no elijo un camino ancho que sale a la izquierda poco antes de lo poco que queda del antiguo cortijo, sino que continúo unos metros hasta cruzarme con el arroyo del Cañal, ya que el cordel va por la margen derecha del arroyo. En algunos tramos no hay sendero y en otros es claro, sobre todo la parte final, la que faldea el Cerro Gomero. El cordel sale de la Ventilla por una portera abierta y continúa hasta la unión con la carretera del Puente Mocho, regalándonos preciosas vistas del Embalse de Navallana.

Unos 2 km hay que hacer por carretera hasta cruzar el Guadalmellato por el Puente Mocho. Justo después me desvío por su ribera, buscando su desembocadura en el Guadalquivir. Hay un sendero paralelo al gran río que llega hasta Alcolea. En ocasiones es claro y a veces más perdido, pero la orientación nos la da el río. Vamos por dominio público hidráulico, por lo que es interesante no separarse mucho del río para no invadir finca privada. Antes de llegar al azud y sus construcciones, me pasé un nido de ametralladoras franquista que, según las fotos, permanece inalterado, y que se encuentra a pocos metros del río. El sendero pasa un par de barranqueras antes de llegar a Alcolea, una por una especie de puente de madera y otra, más profunda, donde hay unas rústicas agarraderas de alambre.

¡¡OJO!! El sendero muere en un camino a pocos metros del Puente de Alcolea, el cual pasamos por debajo. Justo después hay que seguir un sendero a la derecha paralelo al puente, que nos deja en Alcolea. Yo me pasé unos metros y fui a salir a una propiedad guardada por perros bastante fieros, afortunadamente atados aunque a lo largo.

Pasado el susto del día, ando unos metros por Alcolea, pero decido desviarme hacia la Urbanización de la Valenzoneja, con el objetivo de acortar metros por los Encinares y el Canal del Guadalmellato. Salió regular la jugada, pues el canal me lo encontré cortado a unos metros del Arroyo del Guadalbarbo, el cual tuve que vadear tras dar un rodeo de un par de km por la urbanización. Pasado el arroyo, que venía precioso por las lluvias (este vado estaría impracticable en caso de crecida), enlazo con la Vereda de Linares, llamada en este tramo De la Casilla de los Locos, ya que lleva al antiguo (y al nuevo) psiquiátrico. Ya solo queda seguir camino hasta el cruce con la Alcaidía, que me sirve para enlazar con la Campiñuela y con Córdoba.