Dehesa de Camarate, Río Alhama, Piedra de los Soldados, Alto Las Catifas. Lugros, Sierra Nevada.

Ruta circular por el precioso entorno de la Dehesa de Camarate. A la Dehesa de Camarate es mejor acercarse un mes antes para disfrutar de los coloridos más intensos del otoño en sus arboledas de hoja caduca.
Salimos unos centenares de metros antes de lo que es la verja de entrada al parque natural de la Dehesa de Camarate. Cogemos el camino que primero nos acerca a una coqueta ermita, la de Camarate, que parece ser quedó inacabada. Pasamos por un cortijo en ruinas y seguimos por el camino. Al llegar una curva muy pronunciada, nos escapamos por la sendita que aparece en la arboleda. Continuamos por ella hasta llegar a la cresta de esta loma.
Seguimos por la cresta, pegados a la valla, por pseudosendas que vamos averiguando y al final alcanzamos el cerro de los Carneros a 1734m de altitud snm.
Enlazamos en el collado con la entrada al Cortijo de Camarate, que visitamos con sosiego, tranquilidad y buenas costumbres, pues es una finca particular.
Nos dirigimos hacia la misma cuenca del río Alhama que vamos recorriendo, en precioso paisaje, hasta enlazar con el barranco de Las Chorreras, que es uno de los barrancos que alimenta al Alhama.
Disfrutamos de las preciosas cascaditas.
Vamos abandonando el barranco y buscando la subida de las distintas lomas por pseudosendas y campo a través. Se hace larga y dura, hasta alcanzar el Hato de los Soldados a 2160 m. Ya divisamos fácilmente las distintas cumbres de estas montañas.
Continuamos subiendo por bastante campo a través hacia la conocida Piedra de los Soldados a 2260m. Tenemos el Picón de Jerez ahí al lado; no es cierto, la vista engaña y aún queda bastante distante.
Vamos por la Cañada Real de Jerez del Marquesado dirección al vértice geodésico de Las Catifas a 2336 m de altitud snm; tras realizar un nuevo campo a través para alcanzar su cima. Preciosas vistas de Sierra Nevada nos inundan. Mulhacén, Alcazaba y Veleta irradian grandeza.
A partir de ahora vamos a ir descendiendo, mayormente campo a través, para acortar distancias hasta que al final nos incorporamos al camino del Camarate. Todo este tramo se hace pesado por los zigzagueos, pedregales, torrenteras, praderas empantanadas, etc, que vamos recorriendo. Se podría evitar mucho de él, incorporándonos antes al camino del Camarate sin abandonarlo.
Ruta difícil en lo técnico y en lo físico. Mucho campo a través, verjas, fincas acotadas y fuertes desniveles. Un lujo que en otra ocasión disfrutaremos en el mes de octubre en plena efervescencia del colorido otoñal.