Dehesa del Camarate invernal- Barranco de las Rozas- Tentadero- Tejo Milenario- Loma del Espino-Las Hacillas

El macizo de Sierra Nevada se ha visto sometido a la intervención humana desde hace miles de años. Intervenciones pasadas y presentes que han dinamizado el paisaje a lo largo del tiempo, configurando un espacio alterado por la acción del hombre en la mayor parte de su extensión.

Incendios, pastoreo excesivo, talas incontroladas para la producción de carbón y terrenos ganados para la agricultura, sin olvidar la importante actividad minera, hicieron retroceder el bosque autóctono hasta casi su desaparición.

En la década de los años 50 se lleva a cabo una importante repoblación forestal, siendo el pino el gran protagonista.

Nos encontramos en la Dehesa del Camarate, uno de los rincones más hermosos del Parque Nacional de Sierra Nevada, un auténtico tesoro de joyas botánicas salvadas de esta intervención humana.

Desde la conquista castellana del reino nazarí, los bosques de Lugros se han mantenido históricamente dentro de una continuada titularidad privada que, al impedir el libre acceso, evitará la esquílmación de sus recursos forestales, salvándose así de la masiva repoblación forestal del pasado siglo XX.

En 2002 una parte de la dehesas fue adquirida por el Ministerio de Medio Ambiente, y puesto a disposición y para el disfrute de todos los ciudadanos.

Debido a la intensa afluencia de visitantes que recibe la Dehesa del Camarate en determinadas fechas del año, especialmente los fines de semana y festivos, al objeto de compatibilizar el disfrute del visitante con la conservación de este espacio natural tan emblemático, catalogado como zona de reserva del Parque Nacional de Sierra Nevada, se ha establecido una ordenación y regulación del uso público y de los accesos.

Cada año se adaptan las fechas de regulación de accesos. Durante las fechas de regulación el cupo de visitantes establecido para el acceso a la finca es de 575 personas/día. Por ello es obligatorio formalizar en la web la inscripción para el día de la visita.

https://www.inscribirme.com/regulaciondeaccesoscamarate20211

La reserva de visitas solo es obligatoría para los fines de semana y festivos desde 23/10/2021 al 08/12/2021.

En fechas de regulación e acceso, el Ayuntamiento de Lugros ofrece un servicio de transporte público, previo pago, establecido para acercar al visitante hasta la entrada de la Dehesa del Camarate, cubriendo una distancia de 8 kilómetros. El servicio funciona a demanda en ambos sentidos, con salida desde este punto, en horario de 8,00 a 17,30 horas.

HISTORIA:

La Dehesa del Camarate es una finca de 1600 ha, perteneciente al término municipal de Lugros(Granada), situada en el Parque Nacional de Sierra Nevada. De laderas empinadas y densamente poblada de vegetación. Situada en la cara norte de la sierra, va desde la cota 1400 metros de altura, hasta los 2800 del Mirador Alto. Su geología está compuesta de rocas silíceas metamórficas. La abundante agua que cae en este territorio, en forma de lluvia o de nieve, hacen que la vegetación sea enormemente rica en especies que sólo se encuentran en esta zona.

La primera reseña histórica donde aparece, la encontramos en 1504, cuando los Reyes Católicos dan en exclusiva la propiedad al Monasterio de los Jerónimos de Granada. En esa época es muy considerada y valorada por sus innumerables prados donde pastan todo tipo de ganado. Los monjes, desde su primer momento, la arriendan al Conde de Tendilla por 15000 maravedís, para el usufructo de sus pastos.

A lo largo de la historia el ganado ha conformado el paisaje del Camarate. Aquí siempre ha habido toros bravos, de ahí que se conserven infraestructuras para el manejo de estas reses (un tentadero, un embarcadero ). También es de destacar la presencia de la Caballería Real del Ejército español, que desde 1902 a 1940 arrendaron la finca para traer a pastar los potros de la remonta. El Estado español, en su ramo de guerra tiene, en ese momento, su sede en la noble ciudad de Úbeda, estableciendo allí la Remonta o cría caballar. Los caballos pastaban en invierno en Sierra Morena y es, en verano, cuando venían a Sierra Nevada buscando hierba fresca y temperaturas más suaves. Para el traslado de 2000 cabezas de ganado, (madres y potros) se crea la Cañada Real de los Potros, que une ambas localidades, Úbeda y Lugros, y que sirve de vía de tránsito a todo tipo de trashumancia de ganado entre Sierra Morena y Sierra Nevada. Es importante también la cabaña caprina, que llego a tener en el siglo pasado unas 4000 cabezas.

Gracias a esta actividad se ha mantenido y mantienen, los tesoros botánicos más preciados de cuantos hay en el Parque Nacional de Sierra Nevada. Es la zona de reserva más valiosa del Parque Nacional, en ella se encuentra el mejor y más completo bosque mixto caducifolio de toda la provincia de Granada y de gran parte de Andalucía. Robles melojos, arces, serbales, cerezos y manzanos silvestres, quejigos, rosales silvestres, agracejos, sauces, etc., son un ejemplo de la diversidad arbórea del paraje. Son de destacar los Tejos milenarios que nos encontramos aquí, en total unos 80 ejemplares. Este árbol es sagrado en la mitología celta y es posible que verlos por estos lares halla inspirado el sobrenombre de Bosque Encantado.

En el año dos mil, parte de la finca fué adquirida por el Estado, pasando a ser pública. A partir de ahí, la dehesa se abre al uso público. En la actualidad miles los visitantes vienen a verla anualmente. Para acceder al “El Bosque Encantado”, hay que hacerlo andando, no estando permitida la circulación de vehículos. Su entrada está a unos cinco kilómetros de la carretera que va hasta Lugros, junto al cauce del rio Alhama y paralelo al Barranco de las Rozas. El camino empieza a la derecha junto a una antigua ermita inacabada, un camino empedrado que transcurre entre árboles centenarios y que llega hasta la plaza de toros donde se encuentra el antiguo tentadero, hoy día fuera de uso. En su inicio el camino es más cerrado, pero a medida que ascendemos se vuelve más amplio, dando lugar a unas vistas impresionantes, por el colorido de los árboles en otoño. Lo normal en el recorrido es encontrarse con vacas y sus terneros que nos acompañan por el camino, a las cuales, aunque son inofensivas, es mejor no molestar. A la izquierda de la ermita sube un sendero mucho más empinado y estrecho, conocido como "cuesta del almendro" que a medida que se avanza se vuelve más amplio y cómodo, aunque inmejorable si lo que se quiere es disfrutar de las vistas espectaculares del valle de rio Alhama.

Es en otoño cuando el Camarate adquiere su máximo esplendor. La paleta de colores que dibujan los arboles van, desde los rojos intensos de los cerezos silvestres, los amarillos fuego de los aceres, los amarillos plateados de los mostajos, al ocre de los robles. Esto, unido a las nieves de las cumbres y los verdes de los prados, nos recuerda a un paisaje del norte de España.

Es el lugar perfecto para disfrutar de bellas panorámicas. Son los amantes de la fotografía los que se patean cada rincón del lugar buscando su mejor cara. En internet podemos disfrutar de miles de instantáneas puestas por nuestros visitantes.

El Bosque Encantado está vinculado inexorablemente a la actividad humana. No se concibe un lugar como este sin gente. Y no se hubiera conservado sin la intervención humana. Es de destacar la red de Acequias de Careo que riegan todos los prados de la finca. La función de las mismas es entretener el agua sobrante de los ríos de alta montaña, con el fin de que aflore en las fuentes cercanas al pueblo en verano. A esto se le llama sembrar agua. Están datadas en época árabe y han llegado a nuestros días cumpliendo su función. Tras medio siglo de abandono la Comunidad de Regantes las está recuperando. Y además de aumentar el caudal de agua disponible en la vega en verano, también es la causante de formar los pastos de alta montaña, que alimentan al ganado.

El Camarate es un regalo de nuestros antepasados, que tenemos el deber de transmitir a nuestros hijos, al menos en las mismas condiciones que nosotros lo hemos recibido. En nuestros días se cierne una amenaza sobre nuestros bosques que los pone en peligro, el Cambio Climático. Está en nuestras manos revertir este proceso, de lo contrario, nuestros tejos, robles, aceres, mostajos, cerezos desaparecerán, dejando paso a especies adaptadas al calor.

DESCRIPCIÓN DEL ITINERARIO:

En la Plaza Juan Carlos I se Tomaremos la lanzadera que nos llevará al inicio de la ruta. Muy cerca de esta plaza se ha habilitado un amplio aparcamiento. Está todo muy bien organizado; hay varias chicas que se encargan de la organización, una se encarga de conducirte al aparcamiento, otra te aconseja donde aparcar y otra se encarga del orden de salida en las cuatro lanzaderas que hacen viajes ininterrumpidamente durante el horario habilitado. La última lanzadera de regreso es a las 17 h. Conviene ir temprano ya que, debido a la numerosa afluencia, hay colas en la salida. El precio es de 3€ ida y 3€ regreso.

Como el día anterior, al que realizamos la ruta, había caído una copiosa nevada, uno de los minibuses lanzadera se quedó atascado por el hielo y la nieve; por lo cual los conductores decidieron no llegar hasta su punto habitual cerca de la Puerta del Horcajo, dejándonos un kilómetro antes.

Iniciamos la caminata junto a la ACEQUIA DE GUADIX, donde hay un regreso alternativo caminando por el PR-A 33. Iniciaremos un suave ascenso en paralelo al RÍO ALHAMA, con el placer de ir hoyando la nieve. Dejaremos el BARRANCO DE LOS ASTILES a la derecha. A un kilometro accederemos a la PUERTA DEL HORCAJO; aquí encontraremos unos paneles informativos sobre la Dehesa del Camarate.

Aunque aún estamos en primavera, la reciente nevada hace que una vez que atravesamos la puerta del Camarate nos encontramos con una bella estampa invernal; el crujir de la nieve, el ronroneó de las aguas del río Alhama, el canto de herrerillos y pinzones, es el sonido de la Navidad en un paraje donde la naturaleza exhibe sin pudor sus mejores galas de invierno. Junto al gélido Río Alhama hay un rebaño de vacas de pintorescos colores que resaltan en el blanquecino fondo provocado por la nieve.

En el inicio de las sendas trazada por el paso de toros de casta bravía, entre el río y el barranco de las Rozas, una extraña construcción contempla el continuo devenir de vaqueros y senderistas que se internan en parajes misteriosos. Es la vieja, olvidada e inconclusa ERMITA DEL HORCAJO DEL CAMARATE, que hace seis décadas quiso convertirse en un altar donde orar a San Nicolás y recordar a uno de los primitivos pioneros y artífices del Camarate y sus explotaciones ganaderas, Nicolás García.

Situada junto al horcajo, en la confluencia de barrancos, iba a ser parte de una gran casa que nunca llegó a ser construida, como le ocurrió a la propia ermita en la que nunca albergó la imagen de San Nicolás, pero de la que cuentan que tuvo una preciosa fuente de la que manaba agua bombeada desde el río y en la que se reunían las gentes que acudían a 'tentar' el ganado, los gañanes que correteaban los toros bravos entre las dehesas altas y quienes acudían a la selección de los toros, que hace ya 25 años que bajaron de los pastos y se repartieron por otras tierras, algunas cercanas, y otras más allá de las sierras béticas.

Ahora, más de medio siglo después, la ermita inacabada, olvidada de todos, es un punto de atención y referencia para quienes se adentran en esta finca e inician el camino de las cumbres, que desde aquí enlaza la ladera que desde el norte conecta con Peña Partida, el nacimiento del Maitena y Güéjar Sierra, y deja ver, al doblar la vertiente, la imagen de los colosos de Sierra Nevada.

La inacabada ermita de San Nicolás tiene un aire de misterio. Los que allí vivieron creen que emana una especial espiritualidad y vela por quienes se adentran en los caminos del bosque encantado.

Muy cerca encontraremos un singular cargadero de ganado. Desde aquí comenzaremos el ascenso por la umbría del BARRANCO DE LAS ROZAS; donde la temperatura es bastante baja, pero que hace que comencemos el ascenso a paso ligero para entrar en calor. Una vez que alcancemos algo de cota y salgamos del profundo barranco la temperatura empieza a subir haciendo el itinerario más confortable.

Según ascendemos nos vemos inmersos en el BOSQUE ENCANTADO DEL CAMARATE, uno de los mejores bosques caducifolios autóctonos mediterráneos, quedando sorprendidos por los cromatismos de colorido que provoca el otoño en sus hojas; rojos, ocres, amarillos intensos…un bello recorrido por la cabecera del Río Alhama entre bosques de robles, salpicados de cerezos silvestres, arces fresnos, mostajos, sauces y quejigos; todo un espectáculo visual que sin duda no debes perderte.

El continuo ascenso nos conduce hasta cruzar por un puente el ARROYO DE LAS ROZAS. Algo después llegaremos al COLLADO DEL CERRO DE LOS CARNERO, lugar que nos sirve de espectacular mirador del bello bosque que acabamos de atravesar.

Continuando con el concurrido ascenso llegaremos al TENTADERO DEL CAMARATE y al refugio adosado al mismo. Es una construcción curiosa en un paraje bellísimo y que nos da pistas de la antigua actividad económica que se practicaba aquí. Este tentadero tenía dos funciones esenciales: la primera servía para hacer una prueba a las reses de lidia que aquí se criaban y la segunda servía para que los futuros novilleros tuvieran una oportunidad.

Lo habitual es que el itinerario sea lineal y en el tentadero se inicie el regreso desandando el camino; pero nosotros decidimos hacer la ruta circular y alargar un poco el recorrido; en primer lugar para alejarnos de la concurrencia y en segundo lugar para disfrutar de otras zonas de interesantísimo valor paisajístico y ecológico.

Desde el Tentadero hacia el Sur se ve asomar la copa del singular TEJO MILENARIO del Camarate, el que será nuestro próximo objetivo. Para llegar a él hay que seguir ascendiendo por la pista unos 300 metros y salirnos al Sur campo a través otros 100 metros más; siguiendo unos hitos de piedra. Está muy escondido entre densa vegetación, por lo que es difícil de ver hasta que no te encuentras casi en su presencia. Merece la pena realizar éste corto ascenso para visitar a éste milenario árbol que tiene como singular el tamaño y la edad. Este ejemplar milenario posee unas dimensiones considerables, con un recio tronco que presenta un perímetro de 4 metros medido a 1,30 metros del suelo, sustentando una vigorosa copa de forma cónica.

Desandando los últimos 100 m. retomaremos la pista y continuaremos por ella unos 800 m. Las panorámicas de las cimas de Sierra Nevada son espectaculares: Cerro del Mirador Alto 2684m. El Picón de Jerez 3088 m y el Puntal de Juntillas 3143 m. Después nos desviaremos a la izquierda por senderos poco definidos y menos con la nieve. El desnivel en descenso es pronunciado, no apto para personas poco acostumbradas a caminar por terrenos abruptos y con bastante matorral.

El objetivo del delicado descenso, en algunos tramos con la nieve hasta las rodillas, es llegar a la cabecera del RÍO ALHAMA en el BARRANCO DEL CHAPITEL y conectar con el SENDERO DEL RÍO ALHAMA. El precioso paisaje al llegar a las inmediaciones del Río Alhama es totalmente invernal: cascadas congeladas, témpanos de casi dos metros y nieve por doquier que nos hacen elegir el mejor lugar para atravesar el cauce del río. Una aventurilla algo arriesgada pero muy divertida.

Como decíamos enlazaremos con el sendero del río Alhama donde se terminan las pequeñas dificultades y comienza un bello itinerario por la otra ladera del Camarate. En el recorrido veremos a la derecha el CORTIJO DELCAMARATE, que en el ascenso veíamos a la izquierda. El sendero, con numerosos, continuados y cortos ascenso y descensos, nos conducirá faldeando la LOMA DEL ESPINO, hasta el paraje de LAS HACILLAS. En este tramo llamó nuestra atención las numerosas huellas de animales que se podían apreciar nítidamente en la nieve; entre ellas, a parte de las de cabra montés, nos sorprendieron las de dos felinos, posiblemente hembra con cachorro por sus tamaños, que nos acompañaron prácticamente todo el recorrido de regreso hasta la Puerte del Camarate.

Desde las Hacillas el descenso se hace más pronunciado y serpenteante, inmerso en un espectacular bosque de quercus: encinas, coscojas, robles y quejigos. El sendero termina en la Puerta del Camarate; desde aquí solo nos resta desandar el tramo de la mañana hasta llegar al punto donde nos recogió la lanzadera de retorno a Lúgros.

Recomendamos esta preciosa e inolvidable ruta que ningún senderista, amante de la naturaleza, fotógrafo o público en general debería perderse.