78. Del Altotero de Poza de la Sal a Padrones de Bureba

INDICE IBP de Dificultad de la Ruta

Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/

El resultado del análisis IBP es de 66 (para Senderismo): dificultad 'Media' para una preparación física 'Media'.

El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 630 metros (superior al que estima Wikiloc).


Ruta realizada el 2 de julio de 2021 (publicada en Wikiloc el 1 de abril de 2022). Como orientación general, nos basamos en la información y los mapas disponibles en ‘Sendas de Burgos’ (http://sendasdeburgos.blogspot.com/2013/05/del-altotero-de-poza-de-la-sal-padrones.html).

Hicimos dos variaciones significativas no incluidas en la senda original, aparte de iniciarla un poco más adelante. Una, menor, al poco de iniciar el descenso, nos desviamos a la derecha, hacia el alto de Valdemartín, para tener nuevas perspectivas del impresionante Diápiro de Poza de la Sal. Otra, mayor, algo antes de iniciar el ascenso desde Padrones de Bureba: continuamos por el valle de Valdelapelilla hasta llegar a la cascada de La Huevera, y luego regresamos hasta reincorporarnos al trazado general. Para esta parte añadida, nos guiamos por el ‘track’ de ‘Nieto76’ en Wikiloc ( https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/senda-de-la-cascada-de-la-huevera-24240362 ).

La ruta comienza en el Altotero de Poza de la Sal, cerca del monumento al gran naturalista Félix Rodríguez de la Fuente, originario de esa bella e histórica localidad. Bordeamos a nuestra derecha la profunda hondonada que forma el diápiro. Descendemos por el vallejo de San Andrés, por un empinado camino, hasta llegar al Valle de Caderechas. Giramos a la izquierda hasta el pueblo de Padrones de Bureba. Desde allí, seguimos un trecho largo por el valle de Valdelapelilla hasta la cascada. Deshacemos parcialmente el camino de la cascada, y ascendemos por la Loma Comunera hasta el páramo, regresando al Altotero.

La orientación no es compleja, en general, pero hay algunos puntos complicados en la zona baja. Primero, nada más abrirnos al Valle de Caderechas al final del descenso, hay múltiples senderos y caminos. Hay que elegir correctamente el que nos conduce a Padrones de Bureba, hacia la izquierda. Luego, desde este pueblo salen numerosas sendas en varias direcciones, en dirección sur y oeste, que nos pueden confundir. Hay que prestar atención a las señalizaciones. Para el desvío a la cascada, hay postes y letreros. En toda la zona baja, la frondosidad vegetal puede desorientarnos.

La exigencia física no es grande, pero tampoco es desdeñable. La pendiente de ascenso y la de descenso son considerables, ligeramente incrementada en nuestro caso por los desvíos añadidos (casi 600 metros de desnivel acumulado). El descenso conlleva, además, cierta incomodidad. Esto es debido a que el camino de bajada por el vallejo de San Andrés es áspero, descarnado, con surcos y piedras sueltas; muy erosionado por las escorrentías (en 2013, se encontraba aún, al parecer, “en muy buen estado”, según ‘Sendas de Burgos’).

Uno de los puntos de mayor interés lo constituye (o debería) la cascada de La Huevera. Los documentos gráficos disponibles en internet, las preciosas fotos existentes (por ej., las de ‘Nieto76’) y las descripciones previas así lo confirman. Pero eso debe ser tal cual en algún momento de la primavera. Lógicamente, la caída de agua en abundancia es efímera en esas zonas de fuerte pendiente; sólo mientras duran las lluvias recogidas en las zonas altas. En contraste con ello, he matizado mis palabras sobre el interés de la cascada con un “debería”.

Cuando llegamos al lugar de la cascada, ésta era sólo un hilo de agua. Tan exigua era su entidad que, desilusionados, no hicimos ninguna foto (‘pocos reflejos’ por nuestra parte). ¿Para qué fotografiar algo inexistente (o invisible)? La escala de madera, sin embargo, sí estaba; con moho y musgo en toda su plenitud; fiel compañera con agua y sin agua. Con el debido reconocimiento de su propiedad, añado (nuestro ‘waypoint’ número 3) una foto de ‘Nieto76’ para documentar la fantasía acuática de la cascada (…y la escalera).

A nadie se culpe sino a nosotros mismos. Llegamos tarde a la exhibición. Hicimos la excursión en julio, mientras que ‘Nieto76’ la hizo en abril (de 2018), en el momento oportuno. El reducido caudal del arroyo de Valdelapelilla, del que forma parte la cascada, ya nos iba avisando desde abajo y con antelación de las penurias previsibles más arriba. En cualquier caso, el camino hasta allí y el propio entorno de la cascada, todo ello frondoso, bien merecieron el desplazamiento.

Precisamente, la lozana y variada vegetación de los bosques a lo largo de casi toda la ruta conforma gran parte del atractivo de ésta; desde el propio páramo, también florido, hasta lo más profundo de los valles y barrancos. A ese atractivo se une el de unas espléndidas y hermosas vistas panorámicas desde las zonas altas. El propio pueblo de Padrones de Bureba también es objeto de interés. Y lo es en buena medida por los cursos de agua que lo recorren. El arroyo de Valdelapelilla lo atraviesa de sur a norte; el arroyo Guztar lo hace de oeste a este. Canalizados, forman vistosos saltos de agua durante su recorrido.

Por todo ello, y a pesar de la esperable desilusión de la cascada (“te lo dije; ya es tarde para ir”), nos quedamos satisfechos de la excursión. A ello se añadió un luminoso cielo azul, que todo lo realzaba positivamente; incluido el amarillo de las (espinosas) aulagas en el páramo. Si hasta la altanera figura de los aerogeneradores parecía menos arrogante...; más campechana.