Del Castellón de Cazalla al Castillo de Puerta Arenas, pasando por el Convento, el Puerto del Escribano y el VG de Orozco
near Cazalla, Andalucía (España)
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Trail photos
Itinerary description
Una ruta bastante interesante, no sólo por los parajes por los que discurre, sino también por su innegable valor cultura e histórico.
La ruta parte de unas casas rurales, junto a los restos del Castellón de Cazalla, del que apenas quedan unos restos de muralla. Comenzamos nuestra caminata por el camino que sale de las casas, en la primera bifurcación que encontramos, seguiremos por la derecha y, aproximadamente unos quinientos metros más adelante, nos desviaremos a la derecha, para subir entre olivares hacia el camino que se dibuja un poco más arriba. Tras una corta pero intensa subida, llegaremos al Collado de la Cruz de las Veredas, desde donde se divisa los restos del Convento de Cazalla, al que llegaremos tras una pequeña bajada.
La historia del monasterio de Cazalla se remonta a la primera mitad del siglo XVI cuando, en fecha indeterminada, se funda en este lugar un cenobio agustino, el primero en tierras jiennenses, cuyos monjes tenían la intención de llevar una vida eremítica. El paraje invitaba a ello: un barranco escondido en los pliegues de la sierra, zona boscosa y abundante en agua. Monjes de la Orden de San Basilio compraron en diciembre de 1577 el convento y tierras de Cazalla a los hermanos agustinos, que se instalaron en Huelma, para fundar allí un segundo cenobio de la Orden Basilia, respetando la advocación de “Nuestra Señora de la Esperanza” que le habían dado sus anteriores moradores. Años más tarde, en 1593, se fundaría en Sevilla el Convento o Colegio de San Basilio, siendo su primer prior fray Bernardo de la Cruz, al que acompañaron otros hermanos de este convento, siendo los responsables en 1595 de la fundación de una cofradía de penitencia cuya titular mariana recibió la advocación de Nuestra Señora de la Esperanza, de la cual eran muy devotos por ser también la advocación del convento de Cazalla que los basilios habían ocupado unos años antes. Cuando cofradía e imagen se trasladan a la parroquia de San Gil, en el barrio de la Macarena, la Virgen comienza a conocerse con este nombre.
Desde el convento, volveremos al camino que inicialmente traíamos y poco a poco iremos introduciéndonos en el Barranco del Monasterio, siendo la vegetación cada vez más salvaje, hasta que el camino desaparezca (junto con el olivar) y el camino ascenderá por un sendero entre pinares. Seguiremos el sendero aproximadamente un kilómetro y el mismo nos dejará en una pista forestal. Seguiremos subiendo por la misma (siempre junto al barranco) hasta que lleguemos al Puerto del Escribano.
En este punto la ruta cambia de dirección y hay que tener cuidado para seguir el camino correcto (es la pista que sale enmedio) pues nos encontraremos varias pistas y senderos. Tras aproximadamente un kilómetro por la misma, la dejaremos saliéndonos hacia la izquierda, campo a través, sin que exista ningún tipo de señal.
A partir de este punto, en el que cruzaremos la loma de Orozco, vamos a atravesar la parte más abrupta y agreste de la misma, por lo que para mi gusto es muy bonita. Una vez que encontremos el sendero que va por la loma, no tiene ninguna pérdida y debe haber unas vistas muy interesantes (nosotros no hemos tenido demasiada suerte, pues el día estaba algo nublado)
El sendero finaliza en una pista que cruzaremos y, enseguida, volveremos a cruzar campo a través (he dejado un waypoint) para subir evitando la vuelta que da la pista.
Tras una recia subida y unos metros de pista, saldrá a la izquierda un cortafuegos, que tomaremos para llegar al vértice geodésico de Orozco. Tras un breve descanso, bajaremos por el cortafuegos, hasta que nos crucemos con un camino, ue tomaremos a la derecha y desde el que ya comenzaremos a ver la peña sobre la que se asienta el Castillo de Arenas, al que llegaremos tras la última subida de la jornada.
Según wikipedia, el Castillo de Arenas fue tempranamente conquistado por los castellanos, en la primera mitad de siglo XIII, formando parte del alfoz de Jaén, hasta que pasó a poder de los nazaríes, ya en la segunda mitad de este siglo. Su importancia radicaba en su localización en la Sierra de Alta Coloma, desde donde custodiaba los caminos más directos entre los reinos de Jaén y Granada: el paso del río Guadalbullón y el del río Quiebrajano, ambos apenas unos angostos pasillos. En las capitulaciones que sellaban la rendición de Jaén y su paso a manos castellanas de 1246, se estipulaba que el castillo de Arenas quedaba bajo control granadino. Entre esta fortaleza y los castillos más avanzados de Castilla (Pegalajar y La Guardia), quedaban unos 30 kilómetros de territorio que permanecerían durante toda la Baja Edad Media como Tierra de Nadie.
También cubría la retaguardia de los castillos de Cambil y Alhabar, siendo, por tanto, la llave occidental de Sierra Mágina, por lo que musulmanes y cristianos se lo disputaron continuamente.
Ya solo queda seguir por la pista que (pasando junto al área recreativa de La Peñuela) nos devolverá al punto de partida, dando por finalizada la ruta.
La ruta parte de unas casas rurales, junto a los restos del Castellón de Cazalla, del que apenas quedan unos restos de muralla. Comenzamos nuestra caminata por el camino que sale de las casas, en la primera bifurcación que encontramos, seguiremos por la derecha y, aproximadamente unos quinientos metros más adelante, nos desviaremos a la derecha, para subir entre olivares hacia el camino que se dibuja un poco más arriba. Tras una corta pero intensa subida, llegaremos al Collado de la Cruz de las Veredas, desde donde se divisa los restos del Convento de Cazalla, al que llegaremos tras una pequeña bajada.
La historia del monasterio de Cazalla se remonta a la primera mitad del siglo XVI cuando, en fecha indeterminada, se funda en este lugar un cenobio agustino, el primero en tierras jiennenses, cuyos monjes tenían la intención de llevar una vida eremítica. El paraje invitaba a ello: un barranco escondido en los pliegues de la sierra, zona boscosa y abundante en agua. Monjes de la Orden de San Basilio compraron en diciembre de 1577 el convento y tierras de Cazalla a los hermanos agustinos, que se instalaron en Huelma, para fundar allí un segundo cenobio de la Orden Basilia, respetando la advocación de “Nuestra Señora de la Esperanza” que le habían dado sus anteriores moradores. Años más tarde, en 1593, se fundaría en Sevilla el Convento o Colegio de San Basilio, siendo su primer prior fray Bernardo de la Cruz, al que acompañaron otros hermanos de este convento, siendo los responsables en 1595 de la fundación de una cofradía de penitencia cuya titular mariana recibió la advocación de Nuestra Señora de la Esperanza, de la cual eran muy devotos por ser también la advocación del convento de Cazalla que los basilios habían ocupado unos años antes. Cuando cofradía e imagen se trasladan a la parroquia de San Gil, en el barrio de la Macarena, la Virgen comienza a conocerse con este nombre.
Desde el convento, volveremos al camino que inicialmente traíamos y poco a poco iremos introduciéndonos en el Barranco del Monasterio, siendo la vegetación cada vez más salvaje, hasta que el camino desaparezca (junto con el olivar) y el camino ascenderá por un sendero entre pinares. Seguiremos el sendero aproximadamente un kilómetro y el mismo nos dejará en una pista forestal. Seguiremos subiendo por la misma (siempre junto al barranco) hasta que lleguemos al Puerto del Escribano.
En este punto la ruta cambia de dirección y hay que tener cuidado para seguir el camino correcto (es la pista que sale enmedio) pues nos encontraremos varias pistas y senderos. Tras aproximadamente un kilómetro por la misma, la dejaremos saliéndonos hacia la izquierda, campo a través, sin que exista ningún tipo de señal.
A partir de este punto, en el que cruzaremos la loma de Orozco, vamos a atravesar la parte más abrupta y agreste de la misma, por lo que para mi gusto es muy bonita. Una vez que encontremos el sendero que va por la loma, no tiene ninguna pérdida y debe haber unas vistas muy interesantes (nosotros no hemos tenido demasiada suerte, pues el día estaba algo nublado)
El sendero finaliza en una pista que cruzaremos y, enseguida, volveremos a cruzar campo a través (he dejado un waypoint) para subir evitando la vuelta que da la pista.
Tras una recia subida y unos metros de pista, saldrá a la izquierda un cortafuegos, que tomaremos para llegar al vértice geodésico de Orozco. Tras un breve descanso, bajaremos por el cortafuegos, hasta que nos crucemos con un camino, ue tomaremos a la derecha y desde el que ya comenzaremos a ver la peña sobre la que se asienta el Castillo de Arenas, al que llegaremos tras la última subida de la jornada.
Según wikipedia, el Castillo de Arenas fue tempranamente conquistado por los castellanos, en la primera mitad de siglo XIII, formando parte del alfoz de Jaén, hasta que pasó a poder de los nazaríes, ya en la segunda mitad de este siglo. Su importancia radicaba en su localización en la Sierra de Alta Coloma, desde donde custodiaba los caminos más directos entre los reinos de Jaén y Granada: el paso del río Guadalbullón y el del río Quiebrajano, ambos apenas unos angostos pasillos. En las capitulaciones que sellaban la rendición de Jaén y su paso a manos castellanas de 1246, se estipulaba que el castillo de Arenas quedaba bajo control granadino. Entre esta fortaleza y los castillos más avanzados de Castilla (Pegalajar y La Guardia), quedaban unos 30 kilómetros de territorio que permanecerían durante toda la Baja Edad Media como Tierra de Nadie.
También cubría la retaguardia de los castillos de Cambil y Alhabar, siendo, por tanto, la llave occidental de Sierra Mágina, por lo que musulmanes y cristianos se lo disputaron continuamente.
Ya solo queda seguir por la pista que (pasando junto al área recreativa de La Peñuela) nos devolverá al punto de partida, dando por finalizada la ruta.
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