Delika-Bagate-Bertzeta-Salto del Nervión-Monte Santiago-Peña de San Bartolomé-Puerto de Orduña-Alaña-Tertanga-Orduña

Por fin, después de incontables días y semanas de lluvias casi torrenciales, he podido disfrutar de un día de buen tiempo, soleado y despejado.
Es por ello que he querido hacer una ruta como dios manda, y que mejor que visitar la otra gran cascada que tenía pendiente de ver y fotografiar, el Salto del Nervión, la cascada más grande de Euskadi y la Península Ibérica, con sus 222m de caída libre.

Además, era el momento perfecto para ir a verlo, después de haber llovido tanto. No obstante, ayer Sábado hubiera sido el mejor día para observar la cascada en todo su esplendor, ya que realmente fue el último momento en el cual dejaron de caer chaparrones, para "solo" lloviznar. Pero yo no quería ir cayéndose el siempre molesto chirimiri o más que eso durante todo el recorrido, así que decidí esperar 24h e ir hoy Domingo a hacer la ruta en condiciones, a disfrutarlo como es debido.


Así pues, me desplazo hasta el bonito pueblo alavés de Delika. A sabiendas de que la ruta era muy larga, que me iba a entretener muchísimo, y que los días ahora en este mes de Diciembre son muy cortos, le pedí a mi padre el favor de que me trajera a primerísima hora del día hasta aquí.
De otro modo, hubiera podido ir a traves del taxi comarcal, previa reserva el día anterior, desde Orduña hasta Delika, aunque hubiera empezado 1h mas tarde.

Lo primero, es poner rumbo a la cima del cercano monte de Bagate. Este pico se observa desde el mismo pueblo, y la verdad es que impone, el ascenso debe de ser bastante empinado.
Antes de empezar a subir, por un lado disfruto de una preciosa vista del macizo de Sierra Salvada y la localidad de Orduña, y por el otro... el Salto del Nervión!! Daba la impresión de que bajaba mucha agua. Aquello me dio un plus de moral y energías, había que llegar allí lo mas pronto posible.

Giro a la derecha, supero una puerta metálica y después llego hasta una fuente. Aquí podéis aprovechar para llenar vuestras botellas (en Verano probablemente no caiga ni gota).
Teniendo en cuenta que ya desde el inicio en el sendero descendía un arroyo bastante caudaloso, era una señal de lo que me esperaría más adelante.

Dicho arroyo iba a acompañarme en todo momento, eso y el barro, un cóctel mortal para avanzar de forma lenta y algo incómoda. No obstante, pensaba que el terreno iba a estar en peores condiciones. Llevando unas buenas botas impermeables, y unas polainas para que no entre tanta mierda por el calzado, pude caminar sin demasiados problemas.
La subida a nivel general es empinada pero bastante llevadera. Esto en verano, estando todo seco, se tiene que subir como un tiro.

Después de 3/4 partes de ascenso, doy con la causa principal de que bajara tanta agua por el sendero, una mini cascada que caía ladera abajo, golpeando de lleno en el camino. Tuve que hacer un poco de malabares para intentar no meter el calzado de lleno en el arroyo, pero finalmente lo pasé sin problemas.

Hago un zig-zag y al fin dejo atrás la densa arboleda para ir momentáneamente a cielo abierto. Aquí conecto con otro camino y, a pesar de no haber arroyos, éste se encontraba en muy mal estado, repleto de charcos y barro. Es lo que tiene encontrarse en un llano, el agua no tiene por donde circular y se acumula todo en un mismo punto.

De nuevo hago malabares, hasta dar con un segundo sendero, mucho más ancho y en mejor estado. Sin embargo, no avanzo mucho en él, ya que seguido giro a la derecha para ascender una pequeña ladera herbosa. Al principio también avanzo en llano y de nuevo se encuentra muy embarrado, pero luego cuando pica hacia arriba, camino cómodamente por la húmeda hierba, hasta dar con el cordal, protegida por una larguísima alambrada.

Finalmente, alcanzo el geodésico y buzón cimero del monte Bagate (724m). Magníficas vistas de buena parte del precioso y escarpado macizo de Sierra Salvada, además de varias localidades situadas en el valle de Orduña, y numerosos picos de montaña a lo lejos. Mencionar también la presencia de un amplio grupo de buitres, que estarían presentes durante buena parte del recorrido.
Y lo mejor de todo, vuelvo a ver en la distancia la cascada del Salto del Nervión.
Esto me vuelve a dar otro chute de moral y tiro hacia adelante a toda prisa, con ganas de llegar cuanto antes a ver el Salto más de cerca.

Ahora, el recorrido no tiene ningún misterio, hay que ir de principio a fin por el cordal, lo más cerca posible del borde del acantilado, aunque como dije antes, éste se encuentra protegido por una interminable alambrada.

Sigo ganando altitud y esta vez si, dejo atrás la arboleda para ir durante un buen rato a cielo abierto. Si miro a la izquierda veo otro valle donde se sitúan poblados como Untza, Uzkiano o Gouri/Gújuli. Al fondo se encuentra el enorme monte Gorbea, hoy nevado.

Después de patear un buen rato por el cordal, alcanzo una segunda cima llamada Bertzeta (823m). La vista apenas varía a lo largo del camino, aunque lo interesante es ir siempre en paralelo a la alambrada. Hay varios momentos donde el gran cañón de Delika se deja ver, y como no, por encima se sitúa el Salto del Nervión, que al fin me ha permitido observarlo mas de cerca, con un buen chorro de agua desplomándose con furia sobre el cañón.

Ni que decir tiene que yo no era el único que se paseaba por allí. Una gran marea humana se desplazó hasta este punto para contemplar lo mismo. Asustaba ver el gentío que había por el otro lado, en el mismísimo mirador de la cascada. Sólo me quedaba rezar para que cuando llegase, no me encontrara con semejante multitud.

A lo largo de este cordal, he añadido hasta 6 puntos de observación del Salto del Nervión, habiendo atravesado la alambrada en un par de momentos para poder contemplar todo el entorno en su máximo esplendor. Una pena el contraste luz-sombra, ya que da la sensación de que las fotos salen muy oscuras en la base de los cañones.

Después de un largo rato andando, acabo llegando al punto culminante, al final del camino donde el río Delika sucumbe por los 222m de caída libre, para convertirse a continuación en el río Nervión, hasta llegar al municipio de Basauri, donde confluye con el río Ibaizabal, de caudal y longitud similares. Juntos dividen el resto de la comarca del Gran Bilbao, cruzando por la capital bajo el nombre de ría de Bilbao (también conocida como ría del Nervión o del Ibaizabal), hasta llegar a su desembocadura en el mar Cantábrico, en los municipios de Santurtxi, Getxo y Zierbena.

Ojito a la hora de bajar hasta el mismo cauce, ya que la ladera es sumamente empinada y resbaladiza.
Una vez llego abajo, observo que en realidad no lleva tanta agua como parecía en un principio. Ayer tuvo que ser un bonito espectáculo, pero bueno, visto lo visto, no me quejo.

Ahora bien, si quiero llegar hasta el mirador, tengo que pasar al otro lado del caudal. Como lo hago? Yendo por uno de los 2 "puentes" de roca que hay a pocos metros del final del mismo.
Realmente no es complicado cruzar, pero no os confiéis, la roca resbala mucho, y hay que asegurar cada paso que se da. Si lleváis un par de bastones encima, os servirá de muchísima ayuda.

Ya solo me queda ascender un pequeño repecho, girar a la derecha, y avanzar unos metros por una ancha y cómoda pista, hasta dar con el popular mirador del Salto del Nervión, situado en el límite territorial de las provincias de Álava y Burgos.
Mis peores presagios se cumplieron, el lugar estaba hasta los topes de gente, ha sido una exageración. Teóricamente el mirador tiene un aforo de 10 personas, pero os juro que habría por lo menos cerca de 100, eso sin contar los que habría en los alrededores.
De nuevo, tuve que hacer malabarismos, esta vez para encontrar un hueco donde poder sacar las fotografías y vídeos de rigor.
Este momento tendría que haber sido para disfrutarlo, pero hoy lo ha sido para agobiarme y pasar un mal rato.

Dejando de lado el tema de la muchedumbre, cabe destacar sobre en qué momentos puede haber una alta probabilidad de poder observar la cascada, al menos un buen chorro. No hay que olvidar que el agua proviene de un nacedero, y que a lo largo de su camino hasta caer en la zona del mirador, se cuela por numerosos agujeros situados entre las rocas del caudal. Es una zona muy porosa, por lo tanto, si no llueve lo suficiente, el agua se queda a mitad de camino, colándose entre los agujeros. Según dicen, tiene que caer más de 30l por m² de lluvia para que dichos poros se llenen y empiece así a circular agua por el caudal.
Por lo tanto, para poder observar la cascada en condiciones, hay que ir poco después de haber llovido con intensidad durante varios días (como ha sido el caso este último mes), durante el deshielo o en cualquier época del año tras una tormenta de gran precipitación. Si no sucede uno de estos 3 ejemplos, es muy improbable por no decir imposible que veáis caer agua. Es por ello por lo que son pocas las veces en los que a lo largo del año podréis observar el Salto del Nervión.
Hay un par de maneras de poder saber si el día que tengáis pensado ir hasta aquí caerá agua o no. Una es estar al loro de las webs meteorológicas (en plan radares o estaciones donde ofrezcan datos de precipitación), en estaciones meteorológicas, por ejemplo en Orduña. Otra manera es entrando en las redes sociales de Instagram o Twitter y buscar en imágenes recientes "Salto del Nervión", y si durante ese día existe un buen caudal, lo más seguro es que al día siguiente también caiga agua.

Ahora, mi siguiente objetivo es llegar a otro mirador, el llamado "Esquina Rubén", situado en lo alto del Monte Santiago. Hay 2 maneras de llegar hasta aquí: retroceder unos metros e ir por una pista que conduce hasta el último de los parkings habilitados en la zona, y después desviarse y ascender hasta el mirador (opción más larga pero más cómoda y sencilla), o seguir por el cordal y ascender por un embarrado sendero con numerosas e incómodas rocas que dificultan y ralentizan el avance (opción más bonita y directa, pero mas lenta y complicada).

Yo quería darle épica a la ruta, así que decido complicarme un poco la vida y seguir recto por el cordal.
Lo dicho, sendero estrecho de tierra y roca, sumamente embarrado y resbaladizo. Solución, ir muy despacio y asegurando cada paso. El camino no tiene pérdida alguna, aunque de todos modos se encuentra señalizado con marcas PR amarilla y blanca y algún que otro cartel.

Tras varios minutos de incómodo ascenso, llego al fin hasta el mirador y cima del monte Santiago (944m). Espectacular panorámica, pudiendo observar macizos como Sierra Salvada, Eretza, Ganekogorta, Untzueta, Gorbea, Aizkorri y muchos más, entre ellos, algunos picos elevados de las lejanas comunidades autónomas de Burgos y Cantabria. Por abajo, vista de los valles de Ayala, Orduña y del valle del río Altube, con sus distintos poblados y localidades, como son Amurrio, Orduña, Untza, Uzkiano.
Por fortuna, aquí había poca gente y pude disfrutar de las vistas tranquilamente.

Tras las fotos de rigor, prosigo la marcha aún por el cordal, haciendo caso a las marcas PR, y superando una puerta metálica más adelante.
Mi próximo objetivo es llegar a la carretera que accede al puerto de Orduña, pero antes, decido desviarme brevemente del camino para ascender y llegar a otro vértice geodésico que vi desde la distancia. Se trata de la cumbre del Peña de San Bartolomé (933m), que no aporta nada nuevo ni interesante, salvo el hecho de poder apuntar una cima más a la colección.

Luego, conecto con el anterior sendero, cruzo una nueva puerta metálica, y finalmente, accedo a la carretera del puerto de Orduña, a pocos metros de su punto más elevado (justo en frente se haya otro parking, buena opción si tenéis ganas de empezar a andar desde este punto).

Giro a la derecha, y tras avanzar unos pocos metros, justo al llegar a un doble cartel que indica las mugas entre Álava y Burgos, doy con un espacio habilitado a modo de mirador. Aquí hago una parada técnica para quitarme las botas y polainas, guardarlas y cambiarlas por cómodas y ligeras zapatillas, y de paso, comer y beber algo. Este cambio lo he hecho porque mi intención era descender de principio a fin por la carretera del puerto. Existe una segunda opción, que es bajar por la ladera situada a la derecha de la carretera, pero el camino es sumamente estrecho, empinado y resbaladizo. No tenía ninguna gana de jugármela, iba con cierta prisa para poder llegar a mi destino, Orduña, antes del anochecer, además de que mi integridad física estaba en juego.
Al final, decidí elegir el peor de los males, que era bajar por la carretera.

Había bastante tránsito de vehículos en ambas direcciones, pero no tenía más remedio que descender por aquí. No obstante, alguna ventaja tenía que tener, y era poder ir a toda velocidad, disfrutando además de las vistas y el entorno.
Largo descenso el del puerto, 6km desde el mirador hasta abandonar la carretera en Alaña, pero realizado en apenas 58 minutos, no está nada mal.

Al final del mismo, abandono la carretera principal para ir por otra secundaria que accede a 2 pequeños pueblos, como son Alaña y Tertanga.
Avanzo ahora por pista de cemento, disfrutando de nuevo de los espectaculares montes que rodean la zona, como es el caso del cercano Txarlazo.

Ya tengo a la vista la localidad de Orduña.
Paso primero por un polígono industrial, y después, ya si, me adentro por la pequeña pero preciosa ciudad de Orduña, primero por su parte nueva, y después por el casco viejo, hasta llegar a la estación del cercanías, donde pongo punto y final a esta larga, dura, pero preciosa ruta, una de las más bonitas de toda mi Vuelta a Euskadi. Muy pero que muy recomendable.


PD: El desnivel acumulado que figura en el track es incorrecto. El real será de unos 770m de subida y 800 de bajada.
Todo lo demás, esta indicado correctamente.

El tiempo dedicado a la ruta ha sido tan elevado no solo por la distancia a recorrer, sino por las numerosísimas paradas que he hecho para fotografiar la cascada y las vistas. La presencia de barro tampoco me ha ayudado a ir rápido, pero yendo a piñón fijo, sin entretenerse demasiado, diría que un tiempo realista podrían ser unas 7h o 7h y media. Esta misma ruta estando completamente seco, y sin cascada, se podría hacer fácilmente en unas 6h.

Así mismo, la dificultad varía completamente según en que estado se encuentre el terreno. De estar seco, a pesar de la longitud del recorrido, lo calificaría de FÁCIL.