Desastre total en la Sierra de la Paramera

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Reseña de la ruta en Adventoorer: Desastre total en la Sierra de la Paramera.

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La Sierra de la Paramera es una serranía del Sistema Central, al norte de Gredos. Es pequeñita y se puede recorrer su cresterío en una jornada. Me pilla bastante bien, así que quiero aprovechar para hacerla entera antes de que vuelvan a encerrarnos otra vez.

Hoy no hay pronosticada lluvia, solo nubes. Así que espero un día nublado y fresco. Lo malo es que las nubes están demasiado bajas, agarradas a la sierra, así que está todo empapado. Al principio no lo noto, pero ya me iré dando cuenta.

Salgo de Navandrinal tan campante. No es muy bonito el pueblo. Por lo menos la parte que voy viendo. Puede que por el centro haya más cosas…

Empiezo por una pista amplia. Ya veo que hay demasiada niebla. La parte alta está toda cubierta, y por aquí hay mucha humedad. Un poco más adelante me encuentro con un indicador que señala el Pico Zapatero a la izquierda. Hacia allá voy, tan confiado, hasta que un rato después me doy cuenta de que estoy subiendo por donde quiero bajar. Pensaba subir por el Portacho del Cuchillo, al este, y recorrer la cresta hacia el oeste para bajar por el Portacho del Zapatero.

No pasa nada, apenas habré subido 40 metros. Así que me doy la vuelta. Pero no por el camino, no vale la pena dar tanta vuelta. Bah. Atrocho por aquí mismo para coger la pista que debería haber seguido, que se ve allí abajo. Me meto por el medio sin dudarlo.

Ahora me doy cuenta de que tanta humedad ambiental provoca que todo esté mojado, incluso las rocas. Doy un resbalón en una gran piedra plana. Salgo volando por los aires. Consigo detenerme gracias al coxis. Me parece que no se ha roto. Ha sido tan gracioso como doloroso.

Me recompongo y sigo bajando con más cuidado. Recuerdo el sabio consejo que les doy a mis sobrinos cuando consigo arrastrarlos al campo: ‘No piséis las rocas mojadas’. Gran consejo. Intento seguirlo, pero es difícil, porque esto está lleno de rocas. Antes de llegar abajo doy otro par de traspiés, pero más controlados y menos dañinos.

Bueno, ya estoy en el camino correcto. Sigo adelante, con algo de dolor cular.

En otro cruce me vuelvo a confundir. Esta vez es por sendero. No pasa nada, pero estoy empezando a tener un mal presentimiento. Me da que esto va a salir mal.

Por lo menos es bonito. Hay muchos árboles que ya tienen los colores del otoño, y las miradas que echo hacia el bosque que hay abajo son agradables. Hacia arriba no. No se ve nada. Sigo subiendo por un sendero bastante cubierto. A veces se pierde, pero se sigue más o menos bien.

Ya distingo a lo lejos la Piedra del Cuchillo. Es una roca afilada, característica, cerca del Collado del Cuchillo. Hacia allí hay que ir. La niebla la va cubriendo, pero la dirección es clara.

Sigo por otro senderito en un estado pésimo. Se pierde muchas veces. Al rato, le echo una ojeada al gps y veo que voy mal otra vez. Tenía que ir bastante más arriba. Buf, me da igual. Ahora no me quiero meter por los arbustos para ir hacia el camino bueno. Este va en la dirección adecuada, así que lo sigo, esperando que al llegar a la altura del collado tuerza hacia arriba.

Ya estoy casi abajo del collado y el sendero no va hacia arriba. Cómo no. Toca arbustear. Está todo empapado y acabo con las piernas caladas. De vez en cuando veo hitos de piedra. Igual en algún momento sí hubo un sendero por aquí, pero ahora no queda nada. Tardo un buen rato en alcanzar el buen sendero. Estoy cansado y algo cabreado.

Entre mis planes apunté la posibilidad de subir la Peña Cabrera, al este del collado, si llegaba con tiempo a esa zona. Y con ganas. En este momento queda descartada la peña. No me apetece nada.

Está bien haber llegado al camino. Lo malo es que es más de roca que de tierra. Aunque ya no me caigo más, es molesto ir por aquí. Empiezo a temer que tenga que eliminar más objetivos, porque creo que hay zonas por la cresta en las que hay que trepar un poco, y con la roca así, me voy a descalabrar.

De todas formas sigo hasta el collado, aunque cada vez tengo menos espíritu. Cruzo la típica valla y voy hacia El Cuchillo. En las fotos que vi, este pico me parecía bastante rocoso, así que no sé si podré subirlo.

Ando y ando por un sendero que lo rodea, pero que no sube prácticamente nada. Otra vez me he liado de alguna forma y vuelvo a ir por abajo. En fin. Cuando estoy bajo la cima, salgo del camino y subo a lo loco. Por abajo, bien. Por arriba, arbustos. Llego a ver una pared de roca entre la niebla. Subir por ahí no tendría mayor problema cualquier otro día, pero hoy lo veo absurdo. Me iba a abrir la cabeza al primer resbalón.

Me vuelvo a rilar y avanzo un poco más. Ya no sé si seguir o dejarlo. Me meto más entre los arbustos, y en un momento dado se abre la niebla y enfrente veo el Risco del Sol. No hay más que piedras por todas partes.

Paso. Decido volver. No le veo sentido a estar resbalando continuamente, y no poder subir ningún pico. Ya volveré en verano, cuando esté todo seco.

Bajo de nuevo al camino y deshago el recorrido. Ahora parece que se empieza a abrir el cielo, pero no me apetece esperar una hora a que se seque la roca. Regreso por el camino correcto esta vez, y me anoto otro fracaso en la lista.

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