Desde Arrazola al Andasto Tellamendi, Besaide y al final Memaia Circular en Urkiola

Desde Arrazola al Andasto Tellamendi, Besaide y al final Memaia
Circular en Urkiola

Bilbao, a uno de mayo de 2017.

Lo cierto es que no se por qué no vengo mas por aquí. Esta zona me encanta.
La circular de hoy al final tiene un desnivel acumulado de más de 1000 metros pero no es nada difícil. Salen 17 km que se hacen cómodos.
No sé si es el hayedo, quizás sea las mullidas campas del cordal, el camino de subida al Andasto, las plataformas carboneras, sus chabolas, el regato, la magia del lugar, lo antiguo de los caminos que recorremos. O será las vistas desde el cordal. El omnipresente Anboto, al final el Udalaitz. O que en días despejados como el de hoy se ve muy bien el Txindoki, el Aizgorri, el San Lorenzo en la Rioja o el San Millan en Burgos, ambos con nieve en el día de hoy.
Son tanto los motivos para visitar Urkiola, que este Parque Natural nunca te dejará indiferente.

En el día de hoy vamos a hacer una ruta que ya hice hace unos años solo que introducimos la variante de no subir al Izpiste y en cambio llegaremos hasta el Memaia.
Salimos tempranito de Arrazola, hemos aparcado junto a la Iglesia y atravesando el pueblo vamos subiendo por asfalto hacia los caseríos más altos.
Pronto, en un kilometro más o menos, nos metemos en un pinar al borde de una caseta de aguas y de una construcción para el ganado, es el momento del barro, afortunadamente solo un corto tramo.
Durante toda la subida la pendiente se mantiene constante y ello es gracias a que el camino va aprovechando la ladera del Andasto y al meterse en el hayedo final hace zetas para que la subida sea cómoda.
Seguramente, como me ha pasado a mí, tendréis oportunidad de deteneros a saborear los olores del bosque, del regato en el hayedo, los nuevos brotes de las hojas en este inicio de la primavera.
Llegamos al Andasto después de subir unos 600 metros en poco menos de 4 km y la recompensa de contemplar las vistas es, como decía una que yo me sé, “morrocotuda”.
La vista desde aquí del Anboto y esa forma piramidal nos apabulla.
Por cierto mencionar que la subida final al Andasto requiere una pequeñísima trepadita, vamos que pones las manos para ayudarte y ya, sin más. Pero por si acaso lo indico. Nosotros bajamos por la otra cara y rodeamos la mole cimera para seguir camino y subir hacia la pista que recorre todo el cordal.
Por este cordal y en bajada, - cuidado con los beteteros -, llegamos a Ipizteko Arriaga, en el cordal del Amillondo, junto a la borda y a la famosa piedra.
Al estar completamente talado, no han dejado ni un pino, se puede subir a la cima casi por donde quieras. La preside un buzón medio roto y disfrutamos de unas vistas en 360ª fenomenales.
Bajamos y seguimos camino hacia Tellamendi al que se llega fácilmente primero por pista y después por un sendero que nos deja en la cima estrecha y presidida por una enorme cruz de hierro. Ya vamos por la tercera cima. También desde aquí tenemos muy buenas vistas.
El próximo objetivo es el Lurgorri, que es el promontorio rocoso que vemos desde aquí muy cerquita en el cordal, tiene un buzón de hierro viejo y oxidado que resiste como un campeón, es del año 1996.
La bajada por la vertiente contraria tiene su “aquel”. Se realiza por un hayedo en ocasiones con bastante pendiente y no es difícil salirse del camino principal, si es que lo hay, pero no presenta ningún problema. Atravesaremos un par de puestos palomeros altos y muy bien anclados. Algunas de las hayas merecen la consabida foto.
Salimos al consabido collado y siguiendo de frente nos metemos en el pinar por el que subimos derechos al Larrabil, sin buzón y sin vistas.
Seguimos, la próxima cota es Larragain. Esta ya tiene una pizca mas de pendiente la subida, también en el pinar, pero como no están muy altos los arboles podemos disfrutar de vistas en la cima, en esta ocasión Udalaitz ya está cerca. Tenemos a nuestros pies un buzón en forma de caserio.
Continuamos camino y bajamos al Besaide, como siempre lleno de gente, tanto la cima como el monumento del japonés.
Nosotros aquí paramos un rato a descansar y comer un poco.
Entre otras cosas nos llamó la atención la cantidad de niños que había por las inmediaciones, pero lo que se llevó la palma fue una joven pareja con tres niños, el mayos no tendría 5 años y el peque, aun no andaba, más que de la mano, que correa la de los padres, pufffffff
No me canso de mirar al Anboto, esta noche sueño con el.
Después de comer seguimos rumbo hacia Memaia, la mayor pendiente es la del primer repecho al Kinarrui, el primer hombro del Memaia.
Decir que aquí, yo si noté la falta de forma y me costó un poco subir un par de repechos. Aquello de que te empieza a doler músculos que no sabías que tenias.
Una vez pisada la cima solo queda bajar.
Cruzamos la alambrada por el paso que está en la misma cima y por un senderin salimos a la enorme y ancha pista que con unas cuantas zetas nos baja cómodamente hasta salir a una pista que atravesamos siguiendo una flecha azul en un enorme pino. Llegamos al Sanrokeburu, que es cima porque está en un listado, que sino…
A partir de aquí se acomete la verdadera bajada con unos rampones que a mis rodillas le suponen el empezar a chillar como bisagras sin engrasar. Además al final la pista está pelín sucia de maleza, pero se baja sin problemas y salimos justo a la Ermita de San Roke.
Por fin llano, - qué detalle – Ahora continuamos por la vía verde del trazado del tren minero de Arrazola, hasta casi llegar al pueblo, poco antes nos salimos y por la carretera llegamos al aparcamiento cerrando el círculo de la ruta de hoy.

Espero que si os animáis a hacerla lo disfrutéis tanto como yo.

Hasta otra nos vemos en el monte.