Desde Bilbao hasta Santurtzi con ascensión al Serantes

Resumen de la ruta:

Ruta relativamente corta, de casi 15 km y medio y 467 m de ascensión, correspondientes en su último tramo únicamente al Serantes. Partimos de la Plaza del Sagrado Corazón sobre el Museo Marítimo y por Olabeaga y el paseo de las Sirgueras llegamos a Zorrotza. Seguimos hacia Lutxana por la calle Zumalakerregi. Una vez en Lutxana giramos en dirección a la ría hasta pasar bajo el puente Rontegi y seguir por el paseo que rodea la dársena. Pasamos a Urbinaga por el puente sobre el río Galindo y llegamos hasta la calle Rivas, para seguir bordeando Sestao, llegando a Portugalete por el muelle de La Benedicta. Desde allí solo tenemos que ir por el borde de la ría hasta Santrurtzi pasando bajo el puente Colgante. Desde el puerto pesquero y deportivo de Santurtzi subimos por Mamariga hasta el acceso a la subida habitual al Serantes, donde terminamos la ruta en su torreón. Solo queda bajar de nuevo a Santurtzi para retornar a Bilbao en metro.

Descripción detallada:

Esta ruta, hasta el Puente de Bizkaia, desde siempre llamado “puente colgante”, es exactamente igual que el segundo tramo de la Ruta 48 Bilbao, en la que recorremos ambos márgenes de la Ría, pero hecho al revés. Si en ella venimos desde Portu a Bilbao, en este caso vamos primeramente de Bilbao hasta Portu, llegando después a Santurtzi y subiendo al Serantes para terminar la ruta. La verdad es que la climatología ha forzado un cambio de planes, ya que en esta etapa estaba previsto bajar hasta Zierbena después de subir al Serantes. El tórrido calor de todos estos días ha hecho que desechemos la bajada a Zierbena para retornar a Santurtzi y volver a Bilbao en metro. Tampoco pasa nada, otra vez será.

Son las ocho de la mañana y hoy tengo de compañero de fatigas a mi buen amigo y montañero Jose Mari Aboitiz, aunque dice que como está desentrenado por haber estado de vacaciones en Mallorca, me ha dicho que solamente me acompañará hasta Santurtzi, después tendré que subir yo solo los 451 metros del Serantes. Como he dicho, lo único que me preocupa hoy es el enorme bochorno que viene haciendo esta semana. Una insólita ola de calor proveniente de África nos está abrasando. Todos los días desde el pasado lunes (y hoy es viernes) viene haciendo un calor sahariano que no cede ni por las noches.

Queremos llegar cuanto antes a Santurtzi para minimizar el calor y por ello arrancamos a las ocho de la mañana de la plaza del Sagrado Corazón sobre el Museo Marítimo. Afortunadamente ahora estamos a 22 grados y corre una brisita gratificante.

Bajamos hacia el muelle de Olabeaga, donde admiramos los excelentes murales recientemente pintados con motivo del centenario de la BOS (Bilbao Orkestra Sinfonikoa). Esperemos que duren y que a nadie se le ocurra estropearlos con pintadas salvajes.

Seguimos poco a poco hacia delante pasando al lado de la zona o de las casas donde desde mediados del siglo XIX se vino a llamar “Noruega”, ¿por qué?.

Pues parece ser que esta zona tenía un mayor calado para fondear los buques que el resto de la Ría, por lo que los navíos mercantes de mayor envergadura, que eran los que traían entre otros productos el bacalao de Noruega, fondeaban aquí, de ahí su nombre. Por cierto, parece que no tiene fundamento alguno la famosa leyenda de que el señor Simón de Gurtubay se hizo inmensamente rico comerciando durante el sitio carlista de Bilbao con el bacalao que recibió equivocado en un pedido que fue malinterpretado (de pedir 100 ó 120 bacaladas, por error, recibió 1.000.120, debido a que la “o” fue interpretada como otro cero).

Superado el muelle y barrio de Olabeaga seguimos adelante por el recientemente rebautizado “Muelle de las Sirgueras”, en honor a la sufridas y explotadas mujeres que remolcaban las gabarras con sirgas (maromas) desde ambos lados de la Ría. Seguimos hacia adelante por el paseo del muelle hasta llegar a la pasarela en forma de “ocho” que nos sube hasta la Avenida de Montevideo poco antes de entrar en Zorrotza.

Vamos por la calle principal de Zorrotza, que no es mas que la carretera N–634 de Bilbao a Santander (en realidad desde Donostia a Santiago) pasando ante el polideportivo y cruzando por el puente el río Cadagua. Nada mas cruzar el puente giramos a la derecha para tras pasar ante unas viejas casas y enseguida por otro pequeño puente sobre las vías del tren, acceder a la plaza de Burtzeña, al lado de la parroquia de la Natividad.

Seguimos por la calle Zumalakarregi hacia nuestra derecha y andamos por ella un buen trecho por la estrecha acera, dejando siempre a nuestra derecha las vías del tren hasta la estación de Lutxana. Un poco mas adelante tenemos que girar hacia la izquierda al lado de un parking de coches, y cuando lo superamos, a unos cien metros, hacemos otro giro brusco a la derecha, por la llamada Dársena de Portu. Cruzamos una gran verja que esta abierta y por la citada carretera, ahora convertida en paseo, vamos acercándonos a la inmensa estructura del puente de Rontegi. Rodeamos uno de sus enormes pilares por la derecha, con pintadas murales del padre Periko Solabarria, antiguo militante de la izquierda abertzale hace años fallecido. Seguimos adelante por el borde de la Ría para pasar bajo la estructura de un antiguo cargador de mineral restaurado.

Enseguida giramos a la izquierda y de nuevo a la derecha, rodeando la dársena y pasando por el paseo al lado de unas hermosas y recientes casas de pisos y junto al embarcadero metálico del gasolino que cruza la Ría hasta la ribera de Erandio. Seguimos adelante hasta el final del paseo para llegar a una rotonda. Cruzamos hacia la derecha por el puente peatonal sobre el rio Galindo y llegamos a la Alameda del Kaiku, veteranísimo club de remo sestaoarra que tiene sus instalaciones muy cercanas, en la desembocadura del rio Galindo sobre la Ría. El cartel anunciador de la calle, sobre un poste de hierro, es muy curioso.

Vamos hacia la izquierda por la citada calle hasta una rotonda con bastante tráfico, donde tenemos que cruzar a la otra parte para seguir por la acera derecha de la calle Rivas de Sestao. Por ella vamos un buen rato viendo a nuestra derecha grandes instalaciones pertenecientes a Altos Hornos y pasando al cabo de un rato junto a la antigua escuela de aprendices de Altos Hornos, semillero de chavales destinados a trabajar en la antigua siderurgia. Al poco llegamos a una rotonda y seguimos por la derecha a la altura de lo que fue el del Horno Alto N° 1, y que ha sido recuperado para la historia. No tenemos mas que seguir adelante llegando en poco rato a la parte posterior de (A.C.B.) Acería Compacta de Bizkaia y al muelle de La Benedicta, donde comienza el paseo del mismo nombre al lado de una bonita escultura de hierro forjado de Juanjo Novella. Al fondo ya se divida el Puente Colgante.

Pasamos ante el Museo de la Industria o Museo Rialia, situado junto al desembarcadero del Club de Remo San Nicolás, y entramos en el paseo de la Canilla. Hoy tenemos mucha suerte porque en el muelle de la Canilla hay atracados tres preciosos y antiguos galeones que forman parte de las actividades organizadas por el ayuntamiento con motivo de la celebración del 700 aniversario de la fundación de la Villa de Portugalete. Son tres: el buque escuela ruso Shandart, el galeón Andalucía y la Nao Victoria. Preciosos. Les sacamos unas fotos y seguimos nuestra andadura.

Enseguida llegamos a la plaza del Solar donde esta situado el bonito monumento a Víctor Chavarri, prócer de origen portugalujo, y un poco mas adelante pasamos al lado del Puente de Bizkaia o Puente Colgante (2 h 12 min y 10,76 km). Seguimos adelante en dirección a Santurtzi por el paseo de Dª María Díaz de Haro, a la sazón, señora fundadora hace 700 años de la Villa de Portugalete, efeméride que como hemos dicho se celebra este año. Al poco pasamos al lado de un curioso Mareómetro, instalado en 1883, pero que hoy carece de funcionalidad práctica.

Llegamos al final del paseo que continua derecho con el Muelle de Hierro, extraordinaria obra de ingeniería de D. Evaristo Churruca, que solucionó definitivamente el gran problema de la temida barra (bancos de arena móviles) que periódicamente dificultaba la navegación y la entrada al puerto. Pero nosotros no seguimos adelante, sino que giramos a la izquierda donde antiguamente estaba la playita de Portugalete y hoy es solo cemento. Pasamos ante el pabellón protector del barco museo Agurtza, una embarcación de madera de pesca tradicional, y nos dirigimos a Santurtzi por el paseo Lehendakari Agirre, hasta llegar a su puerto deportivo y pesquero.

A la derecha dejamos la Lonja y las instalaciones de la Cofradía de Pescadores, además del famoso restaurante Mandanga y cruzamos las vías del tren para llegar hasta la iglesia de San Jorge. Pasamos ante ella y subimos las escaleras frente al Palacio Casa Torre, al que rodeamos para por detrás coger la calle Sabino Arana y un poco mas arriba seguir por la calle Mamariga, que recorremos en su totalidad. Pasamos ante unas escuelas y al lado de la lanzadera del metro de Mamariga. Hay algunas señales en el suelo a modo de losetas que indican la dirección del Serantes.

Mi amigo Jose Mari ha tenido la delicadeza de acompañarme por las calles santurtziarras que en suave ascenso llegan hasta la zona donde se abandonan las últimas casas. Hace ya mucho calor. Llegamos donde empieza la verdadera ascensión y paramos bajo unos árboles para beber abundantemente y comer algo, al menos yo, que soy el que va a subir a la cima. Él se despide ya. Nos veremos a la bajada y tomaremos una cerveza.

Al final de la callecita en cuesta donde hemos parado a reponer fuerzas están las últimas casas y hay unas escaleras a la izquierda, que es por donde supongo comienza la verdadera ascensión. Siguen un par de tramos más de escaleras y llego hasta una pequeña carretera que cruzo. El sendero se ve claramente enfrente, cortando el talud. Sigo por él. Mi intención es subir por los atajos, no por la carretera, que no tendría misterio alguno y además sería mucho mas largo el camino. El calor es potente y no hay brisa alguna. Me propongo subir suave. Controlo las pulsaciones por el reloj y con el bochorno que hace no quiero pasar de 135 o 140 ppm.

Llego de nuevo a la carretera, que cruzo para seguir por la senda que se ve enfrente y se mete entre los árboles. Y lo mismo vuelve a pasarme de nuevo: llego a una carretera que cruzo y sigo de frente por la visible senda. Muy cerca hay una torre eléctrica. Hasta ahora he cruzado tres veces la carretera. Y llego a otra pista donde hay que cruzar para seguir de frente por el evidente camino. Dejo a mi izquierda un depósito de aguas pintarrajeado. Un poco mas arriba paso al lado de la carretera, que traza una acusada curva. Al poco llego al foso perimetral del fortín medio derruido que tengo que rodear para llegar a una campa con un bonito cobertizo de madera o pequeño refugio abierto en el que en ese momento hay tres caballos atados en su parte trasera. Cerca hay una fuente y bebo agua abundantemente. No tengo demasiada sed, pero el calor es abrumador y estoy sudando a chorros.

Y ya que estamos, hablamos algo del fuerte del Serantes y de la Torre de la cumbre. Estas construcciones no fueron, como los del Arnotegi o del Kobetas, fuertes defensivos utilizados en las guerras carlistas, ya que estos son algo posteriores, construidos con motivo del reordenamiento del sistema defensivo de la Ría de Bilbao. El fuerte, terminado en 1882 solamente fue utilizado hasta los años 20 del siglo pasado, siendo habitado hasta 1926. La Torre de la cumbre es de planta cuadrangular y piedra de sillería, y según parece está en un estado precario de estabilidad necesitando unos arreglos. Su construcción, junto la del fuerte fue aprobada en 1879, siendo terminada en 1881.

A partir de la campa el camino se ve bastante más pronunciado y asciende pegado a un pinar, que aprovecho su apreciada sombra para ascender los fuertes repechos previos a la cumbre y así resguardarme del inclemente sol. Llego arriba del todo y rodeo por detrás la cumbre con la Torre en su punto más alto (451 m). Me protejo en la sombra que proyecta para descansar y beber algo más. Hay bastante bruma favorecida por el bochorno pero me quedo un rato admirando el paisaje y las vastas extensiones que desde aquí se divisan. Es sin duda una verdadera atalaya (3 h 39 min y 15,28 km).

Cierro el registro de la ruta en Wikiloc y le pongo un mensaje a Jose Mari. Sin prisa alguna inicio el descenso bajando por el mismo camino que en el ascenso, y en menos de 45 minutos estoy junto a él sentado en una espléndida terraza del centro de Santurtzi tomándome una fresquísima caña. Y después a coger el metro para volver al “Botxo”.

Fin de una ruta mañanera muy bonita, que discurre totalmente llana y cercana a la Ría hasta su desembocadura, con el aliciente añadido de la ascensión al Serantes en su parte final.