Desde Cesantes (Pontevedra) hasta A Ermida da Peneda (O Viso)
near Viso, Galicia (España)
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Trail photos
Itinerary description
Otra fácil caminata llena de paisajes y de historia.
El camino no es complicado. El punto de salida es en la carretera general que une Vigo con Pontevedra y muy cerca del apeadero del tren de Cesantes por lo que existe una posibilidad para poder hacer esta caminata sin tener que utilizar el coche.
También es posible llegar hasta el punto de partida en la línea regular de autobuses que une ambas ciudades. Es cuestión de consultar los horarios.
La primera parte, desde Cesantes en la costa hasta la cima de O Viso, es todo subida con rampas bastante empinadas y el regreso es de suave descenso otra vez hasta Cesantes.
De camino vamos a ver espectaculares paisajes de la Ría de Vigo siempre con el Puente de Rande como invitado de honor. Si el cielo está despejado podremos ver unas puestas de Sol preciosas.
En mitad del camino nos encontramos con la cumbre de O Viso, pequeña montaña de algo más de 300 metros sobre el nivel del mar desde la cual tenemos una vista inmejorable de toda la zona en panorámica de 360º. Desde allí arriba se puede ver el castillo de Soutomaior , la Ría de Vigo, la desembocadura del río Verdugo y al fondo las montañas que separan Pontevedra de Ourense, la Sierra del Galleiro y muchos otros puntos geográficos de interés.
Este lugar está cargado de historia. Ya su propio nombre, O Viso, hace referencia a ser un punto de vigía en momentos delicados de la historia de Galicia y no sólo.
A sus pies pasaba un tramo de la Vía Romana XIX que unía Astorga, Lugo y Braga y es de imaginar que desde allí vigilarían el paso de personas y mercancías.
Pero no fueron sólo los romanos. Debido a ese carácter central y privilegiado, A Peneda fue el lugar elegido por numerosos pueblos para asentarse o construir sus fortificaciones. El propio monte tiene un reseñable capítulo en la historia de la Corona de Castilla y del propio Reino de Galicia.
Como apuntábamos unas líneas más arriba, frente al monte de A Peneda se encuentra, en línea recta y a menos de dos quilómetros, el Castillo de Soutomaior, centro de poder de la Galicia medieval. El castillo era hogar de los Soutomaior, entre ellos, Pedro Álvarez de Soutomaior, más conocido como Pedro Madruga y aliado de Xoana “a Beltranexa” en su lucha por los derechos sucesorios sobre el Reino de Castilla. Sin embargo, el arzobispo de Santiago, Alonso de Fonseca, apoyaba a la futura Isabel I de Castilla. Por ello, ordenó construir en 1477 un castillo en lo alto del monte de A Peneda, el Castillo de Castrizán para vigilar los pasos de sus enemigos, los Soutomaior.
Por desgracia, hoy el castillo ya no se conserva, fue destruido por Pedro Madruga, y en su lugar nos encontramos con la capilla de la Virgen de las Nieves, a la que se le dedica culto al menos desde 1649. Como curiosidad, los devotos acudían hasta hace poco a ella con ataúdes de niños y con sus restos funerarios. También algunos vecinos que decían estar “embrujados” se acercaban hasta el lugar para pedir auxilio ante los “bocados” y “meigallos”.
Aún hoy en día se celebra la noche de San Juan "A subida dos fachos" en la que se sube hasta allí arriba con antorchas.
Otro elemento sorprendente es una antigua sobreira (alcornoque) situada en el actual Mirador da Peneda.Este árbol está cargado de leyendas.
“Ao pe da sobreira está enterrado un tesouro dos mouros”, dice la leyenda popular. Lo que es cierto, es que bajo el alcornoque, oculta por la vegetación, encontramos una vieja galería que se adentra en la montaña y que en la zona llaman "A Cova dos Mouros" ¿Sería un pasadizo secreto que comunicaba por un lado con la costa y por el otro con Soutomaior? ¿Quizá una antigua mina? ¿Una captación de agua? ¿Un viejo pasadizo del desaparecido castillo de Castrizán?
Como dice la leyenda "Hai ouro na Cova do Mouro?"
En la cumbre tenemos la ermita de A Virxe das Neves y un crucero. Está rodeada de hierba y puede ser un buen lugar para descansar contemplando el paisaje.
En definitiva, es un paseo sencillo y muy bonito. No tiene mayor dificultad para personas con un poco de fondo físico ya que las rampas cuesta arriba del principio son bastante fuertes.
El único punto negativo está casi al final ya que hay que atravesar y seguir un corto trecho la carretera general con un tráfico intenso. El resto del trayecto es por pistas de tierra, antiguas calzadas o carreteras interiores con tráfico escaso.
El camino no es complicado. El punto de salida es en la carretera general que une Vigo con Pontevedra y muy cerca del apeadero del tren de Cesantes por lo que existe una posibilidad para poder hacer esta caminata sin tener que utilizar el coche.
También es posible llegar hasta el punto de partida en la línea regular de autobuses que une ambas ciudades. Es cuestión de consultar los horarios.
La primera parte, desde Cesantes en la costa hasta la cima de O Viso, es todo subida con rampas bastante empinadas y el regreso es de suave descenso otra vez hasta Cesantes.
De camino vamos a ver espectaculares paisajes de la Ría de Vigo siempre con el Puente de Rande como invitado de honor. Si el cielo está despejado podremos ver unas puestas de Sol preciosas.
En mitad del camino nos encontramos con la cumbre de O Viso, pequeña montaña de algo más de 300 metros sobre el nivel del mar desde la cual tenemos una vista inmejorable de toda la zona en panorámica de 360º. Desde allí arriba se puede ver el castillo de Soutomaior , la Ría de Vigo, la desembocadura del río Verdugo y al fondo las montañas que separan Pontevedra de Ourense, la Sierra del Galleiro y muchos otros puntos geográficos de interés.
Este lugar está cargado de historia. Ya su propio nombre, O Viso, hace referencia a ser un punto de vigía en momentos delicados de la historia de Galicia y no sólo.
A sus pies pasaba un tramo de la Vía Romana XIX que unía Astorga, Lugo y Braga y es de imaginar que desde allí vigilarían el paso de personas y mercancías.
Pero no fueron sólo los romanos. Debido a ese carácter central y privilegiado, A Peneda fue el lugar elegido por numerosos pueblos para asentarse o construir sus fortificaciones. El propio monte tiene un reseñable capítulo en la historia de la Corona de Castilla y del propio Reino de Galicia.
Como apuntábamos unas líneas más arriba, frente al monte de A Peneda se encuentra, en línea recta y a menos de dos quilómetros, el Castillo de Soutomaior, centro de poder de la Galicia medieval. El castillo era hogar de los Soutomaior, entre ellos, Pedro Álvarez de Soutomaior, más conocido como Pedro Madruga y aliado de Xoana “a Beltranexa” en su lucha por los derechos sucesorios sobre el Reino de Castilla. Sin embargo, el arzobispo de Santiago, Alonso de Fonseca, apoyaba a la futura Isabel I de Castilla. Por ello, ordenó construir en 1477 un castillo en lo alto del monte de A Peneda, el Castillo de Castrizán para vigilar los pasos de sus enemigos, los Soutomaior.
Por desgracia, hoy el castillo ya no se conserva, fue destruido por Pedro Madruga, y en su lugar nos encontramos con la capilla de la Virgen de las Nieves, a la que se le dedica culto al menos desde 1649. Como curiosidad, los devotos acudían hasta hace poco a ella con ataúdes de niños y con sus restos funerarios. También algunos vecinos que decían estar “embrujados” se acercaban hasta el lugar para pedir auxilio ante los “bocados” y “meigallos”.
Aún hoy en día se celebra la noche de San Juan "A subida dos fachos" en la que se sube hasta allí arriba con antorchas.
Otro elemento sorprendente es una antigua sobreira (alcornoque) situada en el actual Mirador da Peneda.Este árbol está cargado de leyendas.
“Ao pe da sobreira está enterrado un tesouro dos mouros”, dice la leyenda popular. Lo que es cierto, es que bajo el alcornoque, oculta por la vegetación, encontramos una vieja galería que se adentra en la montaña y que en la zona llaman "A Cova dos Mouros" ¿Sería un pasadizo secreto que comunicaba por un lado con la costa y por el otro con Soutomaior? ¿Quizá una antigua mina? ¿Una captación de agua? ¿Un viejo pasadizo del desaparecido castillo de Castrizán?
Como dice la leyenda "Hai ouro na Cova do Mouro?"
En la cumbre tenemos la ermita de A Virxe das Neves y un crucero. Está rodeada de hierba y puede ser un buen lugar para descansar contemplando el paisaje.
En definitiva, es un paseo sencillo y muy bonito. No tiene mayor dificultad para personas con un poco de fondo físico ya que las rampas cuesta arriba del principio son bastante fuertes.
El único punto negativo está casi al final ya que hay que atravesar y seguir un corto trecho la carretera general con un tráfico intenso. El resto del trayecto es por pistas de tierra, antiguas calzadas o carreteras interiores con tráfico escaso.
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