Desde Tarancueña a Caracena

Recorrido sencillo y tranquilo que nos lleva desde Tarancueña hasta Caracena, a través de un precioso cañón que nos sorprenderá por sus altas paredes de piedra caliza, por su rica vegetación de ribera que nos acompañará durante casi todo el trayecto, y por su destino, Caracena, un precioso pueblo medieval situado en lo más alto del barranco, con un castillo más que aceptable, dos estupendas iglesias románicas del s. XII, un puente medieval o Puente Cantos y un rollo barroco del s. XVIII que sirvió para ajusticiar públicamente a los reos, también representa el poder jurisdiccional como villa.

Sus paredes y oquedades son aprovechadas como cobijo por aves como el buitre leonado y el alimoche, que nos encontraremos a lo largo del recorrido. También pudimos observar una culebrera cernida sobre nosotros mientras oteaba su zona de campeo.

La ruta se inicia en Tarancueña, donde se desvía de la carretera una pista de tierra que tomamos hasta un pequeño rellano a la derecha, en el que aparcaremos el coche y empezaremos a caminar cruzando un puente con barandillas metálicas de color verde.

Avanzamos por la pista hasta unas construcciones de antiguos molinos, donde comienza un sendero bien definido por el que transcurre la GR86 con marcas blancas y rojas (Sendero Ibérico Soriano), que se interna en el barranco acercándose cada vez más al curso fluvial, y que tendremos que vadear en varias ocasiones, aunque sin ninguna dificultad.

El paisaje se va haciendo más espectacular conforme vamos avanzando, llegando a una zona conocida como Los Tolmos, el tramo más bonito del barranco, con enormes riscos de piedra caliza que han resistido a la acción de la erosión a lo largo del tiempo, y donde se han encontrado restos arqueológicos de la Edad de Bronce. En este momento decidimos desviarnos de la senda para subir a un risco que termina en una preciosa ventana escavada en la piedra, aprovechar sus vistas y realizar alguna panorámica, además de disfrutar de los vuelos rasantes de los aviones roqueros de una colonia ubicada en este punto.

Volvemos para retomar la senda y continuamos hasta una chopera donde veremos asomar por encima de la pared el ábside románico de la iglesia de Santa María, que nos anuncia la proximidad del pueblo de Caracena. En este punto, el camino debería seguir cercano al río hasta el Puente medieval Cantos, pero está inundado y nos impide el paso, teniendo dos alternativas: una a la izquierda de la senda, por un camino que nos sube directamente al pueblo, hasta un edificio conocido como La Cárcel, y otra por la derecha que nos llevará a lo más alto del cañón. Optamos por esta última y acertamos, pues nos encontramos con unas vistas y panorámicas de todo la zona que no nos deberíamos perder, vistas inmejorables del final del barranco con Caracena en lo más alto destacando sus dos iglesias románicas y los restos de su atalaya, y vistas del río a su paso por el Puente medieval que nos dará entrada al pueblo.
La primera opción la usuamos para la vuelta. Después de dedicar un tiempo a visitar Caracena, que merece la pena, tomamos el camino que se encuentra en las inmediaciones del edificio de La Cárcel y que nos bajará al río, desde allí, tomaremos la misma senda que nos guiará hasta Tarancueña.

Una ruta muy recomendable que nos permitirá conocer uno de los parajes de mayor riqueza paisajística y natural de toda la zona.