Desfiladero de Las Xanas

Ruta realizada en abril de 2015

Desfiladero de las Xanas
El desfiladero de Las Xanas ó de las hadas, es un cañón que ha formado el arroyo Viescas o de Las Xanas en la cara Oeste de los montes de la Sierra del Aramo, a lo largo de unos dos kilómetros de recorrido, abriéndose paso entre paredes rocosas que a veces llegan a alcanzar los 500 metros de desnivel. La idea inicial era la de construir una carretera que uniese a Pedroveya, Rebollada y Rosango con el valle del Trubia a 25 km de Oviedo, pero después de algunos esfuerzos el proyecto se abandonó, y hoy se ha convertido en una de las rutas de senderismo más populares de Asturias.
El desfiladero de las Xanas está considerado Monumento Natural de Asturias desde 2002 y figura como una de las 36 maravillas naturales del Principado.

Cómo llegar:
A la entrada del pueblo de Villanueva, capital del concejo de Santo Adriano, sobre la carretera comarcal AS-228, hay una desviación a la izquierda, para entrar en la carretera local de Villanueva a Tenebreo y Lavares, y en el mismo cruce, encontramos un aparcamiento y área recreativa, donde se señaliza el comienzo de esta ruta ( 43.274312, -5.994415). Allí podemos informarnos de las especificaciones de la ruta en un completo panel .
Comienzo de la ruta:
Desde el aparcamiento partimos por la carretera que sube a Tenebreo, y a unos 300 metros a la derecha comienza la senda, que está marcada por una losa de piedra. Comienza en ascenso por una rampa empedrada y estrecha, y a nuestra espalda dejamos el valle de Villanueva, y sobre la capital las sierras que separan este concejo de los de Oviedo, Grado y Proaza.
Al poco tiempo podemos ver abajo, a nuestra derecha, el aparcamiento donde dejamos el coche para iniciar la ruta, el pueblo de Villanueva, y el río Trubia. El sendero gira a la izquierda entre paredes estrechas y vemos delante de nosotros el primer túnel , " La Cerezal ", al salir de este, ya vemos el arroyo que forma este barranco a nuestra derecha, en el fondo, ya que hemos ganado bastante altura sobre el lecho del río.
A nuestra izquierda el Pico Valle Grande (739 m.) se va aproximando cada vez más a nosotros, y las laderas del Alto de la Habana, que forman la otra pared de este barranco. Detrás quedan los rojos tejados del pueblo de Villanueva. Existen cuerdas a lo largo de la pared rocosa que nos dan seguridad, aunque el sendero es lo suficientemente ancho para transitar tranquilos.
Seguimos ascendiendo lentamente por el desfiladero, y pasamos por lo más abrupto del camino (Valle Pequeño), que llega en algunos puntos hasta los 80 metros de altura sobre el río.
Delante podemos observar nuestro camino cortado de nuevo sobre la pared rocosa, al momento nos encontramos caminando por la zona más vertical y encañonada del recorrido con pasos en la roca de gran belleza, pasamos el segundo túnel , " La Virgen", y nos empezamos a adentrar (Valle Grande) en un bosque de hayas.
Ahora el barranco se estrecha y comienza a llanear. El camino se convierte en senda húmeda que se aproxima al río, el cauce ya sólo se encuentra a unos metros por debajo de nosotros, en esta zona encontramos una cascada y un molino medio ocultos entre los árboles, continuamos y pronto alcanzamos un puente de madera que por primera vez nos coloca en la margen izquierda, cruzamos este puente para seguir nuestro camino y a continuación encontramos un desvío tomamos el camino de la derecha, paralelo al reguero de La Boya, que asciende por unas tablas a modo de escaleras. Este camino nos llevaría a la aldea de Rebollá pero llegamos a un cruce que nos indica hacia Pedroveya y lo tomamos.
En este desvío dejamos el sendero y pasamos a pista cimentada hasta la Ermita de San Antonio donde pararemos a descansar y contemplar las vistas de la Garganta, de Rebollá y a nuestra espalda de Pedroveya.
La ermita con su tejo centenario, bajo el que, casi, casi, meditó el primer santo asturiano, Frey Melchor de Quirós, que murió martirizado en Filipinas en 1858, 9 meses después de desembarcar como misionero.
El tramo final del Desfiladero de las Xanas tiene algo más de inclinación, ya que la ruta de las Xanas acaba en alto y debe salvar el final de la loma por la que discurre.
El regreso lo hacemos descendiendo por el prado que nos lleva hacia donde están los antiguos molinos abandonados, y desde allí por el mismo sendero hasta el parking.