Desfiladero de los Tornos desde Manzanedillo a Tudanca de Ebro

Desfiladero de los Tornos

Nos disponemos a realizar una ruta circular que permite recorrer las dos orillas del Ebro entre las poblaciones de Manzanedillo, pasando por Cidad de Ebro a Tudanca, donde confluyen los valles de Manzanedo, Zamanzas y Valdebezana.
En su recorrido por la provincia de Burgos, el Ebro se abre paso labrando profundos desfiladeros, cañones y gargantas, de entre todos ellos, el río se supera a sí mismo en belleza paisajística en este desfiladero llamado de Los Tornos.
Encinas, boj, robles, aves rapaces, se trata de una hoz estrecha y alargada, que en su parte más profunda llega a tener más de 200 metros de desnivel. El desfiladero se ciñe tanto al cauce del río que apenas deja sitio para el tránsito de personas. Por ello, los pobladores de la zona tuvieron que picar en la roca un pequeño y zigzagueante sendero, el llamado Paso de los Tornos, a fin de no quedar aislados.
Vamos a ir de sorpresa en sorpresa, en el sentido de que el paisaje cambia prácticamente en cada tramo, siendo diferente las perspectivas que se van teniendo del río, es una zona muy rica en vegetación de ribera. Caminamos por un camino histórico ya que se trata del medio de comunicación o de salida que tenían los habitantes.
El río Ebro es protagonista de toda la ruta. Aparte de los valores paisajísticos, también se puede disfrutar del vuelo de los buitres, los alimoches y otras especies que tienen entre los cortados del cañón su refugio.
Comenzamos la ruta en Manzanedillo, dejando el coche pasando la pasarela sobre el rio Ebro, aparcamos en una área de descanso a mano izquierda, seguimos la carretera hasta la localidad de Cidad de Ebro, en esta ocasión, nada más pasar el puente continuamos por el margen derecho del río Ebro, dejando la localidad a nuestra izquierda, siguiendo una senda en dirección Sur.
Si se dispone de tiempo se puede atravesar la localidad, para poder admirar el crucero barroco del siglo XVII, la pequeña iglesia que conserva un ábside románico y su caserío con algunas casas con solana mirando al sur y balcón corrido, típica arquitectura tradicional de las Merindades.
Cidad de Ebro cuenta en invierno con una población aproximada de 26 habitantes, aunque empadronados únicamente lo está una familia. En verano la población se acerca a los 200.
Justo a la salida del pueblo salimos a la carretera y a unos 100 metros encontramos un camino que nos lleva justo al margen del rio, una estrecha senda, pronto alcanzamos una vieja aceña junto a una pesquera, aquí la senda es estrecha, y se vuelve salvaje. La vegetación lo invade todo, a nuestra derecha unos verticales riscos, sin mucho margen de error seguimos de mesiado cerca del rio que hoy baja bastante caudal y turbio, al fin salimos a una finca sembrada de alfalfa seguimos por su margen derecho apartándonos un poco del rio hasta alcanzar un camino que lo dejaremos a la altura de un hito de piedra que nos indica la senda a Tudanca.
En este sendero nos lleva al alto de las carboneras tenemos unas zona un poco aérea pero sin dificultad y en cada momento descubrimos nuevas perspectivas. Tras describir una curva y realizar una penúltima ascensión, nos encontramos unas magníficas vistas sobre el desfiladero del Ebro donde alcanza su máxima angostura. El paisaje es espectacular en este punto. Las paredes rocosas caen a plomo sobre el río. Éste es un buen sitio para detenerse, hacer fotos, continuamos por la boscosa senda que ahora desciende para enseguida volver a ascender la senda, se encuentra ahora en más o menos en buen estado, rodeando la curva del Ebro, superando el tramo más estrecho de la garganta y pronto alcanzamos un bonito arco natural horadado en la roca, seguimos la senda bajo la sombra del bosque y pronto encontramos el tramo más complicado donde realizamos una pequeña trepada para pasar una estrecha canal que nos deja en una cómoda senda de sube y baja hasta el largo puente donde atravesamos y estamos en una área de descanso de Tudanca, donde disfrutamos un buen rato para reponer fuerzas, comenzamos el regreso.
Tudanca de Ebro, conocida simplemente como Tudanca, es una localidad encajonada entre los escarpes calizos del cañón formado por la corriente fluvial en la sierra de Albuera. En 1866 tenía 19 vecinos, y el declive poblacional ha reducido el vecindario en 2013 a 5 hombres y 2 mujeres, lo que sitúa a este caserío por detrás del umbral de desertización poblacional en zonas de montaña (12 hab/km²).
Prácticamente incomunicado con el resto del mundo durante muchos años, el pueblo de Tudanca conserva parte del sabor rústico que se denota en sus casas y calles. Aunque esta esencia se ha ido difuminando gracias a un afortunado desarrollo de los servicios, sigue mereciendo la pena dedicar unos minutos a vagar por la aldea.
De regreso seguimos por el sentido de la marcha de las aguas del Ebro por una senda cómoda y ganando altitud poco a poco hasta llegar a la parte más estrecha del desfiladero donde tendremos que zigzagueante que los pobladores de la zona tuvieron que picar en la roca. Cuando llegamos al alto (Alto de los Tornos) encontramos unas bonitas panorámicas del río adentrándose en el desfiladero. Merece la pena detenerse para realizar algunas fotografías.
Continuamos avanzando y descendiendo no demasiado fuerte, los riscos impiden seguir la ribera tiene un desnivel de 60 mt de altitud en un kilómetro, a la altura de La Fuente Honda donde aprovechamos a coger agua y cogemos el camino del GR 99 que nos lleva directos a Cidad de Ebro entre carrascas y monte bajo, paseamos un poco por sus calles y sin pausa proseguimos por el margen del rio hasta llegar a Manzanedillo donde damos por concluida la ruta.

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