Desfiladero del río Purón. Desde Herrán hasta Ribera. Senda y Cima de Sta. Ana. Más Senda arqueológica de Herrán, SLC-BU 103
near Herrán, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
Ruta circular desde la localidad burgalesa de Herrán hasta el despoblado de Ribera y su maravillosa iglesia ya ruinosa atravesando el desfiladero del río Purón.
Partimos desde el aparcamiento acondicionado a las afueras del precioso pueblo medieval de Herrán.
Cruzamos el casco urbano con sus torres y bonitas casas de piedra hasta llegar al lavadero que se encuentra entre la fuente y el río Purón, a las puertas de entrada del desfiladero.
El camino está perfectamente marcado y entre los crestones calcáreos ascendemos poco a poco hasta llegar a Las Puentes después de atravesar una portilla ancha.
Se trata de un gran puente de origen romano encajado en un paso estrecho entre los farallones para permitir acceder en primera instancia al eremitorio de San Felices y San Roque y luego, río arriba a los diferentes balcones desde los que se puede otear la sucesión de cascadas que el Purón nos brinda.
Así hasta llegar al tramo más espectacular y angosto de esta ruta.
La Cueva de los Buitres y los pasos en la roca excavada y el río hacen de esta ruta una de las más espectaculares y con mayor encanto de los alrededores.
El sendero entre el sonido del agua, los escalones construidos para facilitar el tránsito y el bosque ribereño es sencillamente maravilloso.
Así hasta llegar a una portilla y atravesar una gran pradera que permite llegar sin dificultades hasta el despoblado de Ribera y de su maravillosa iglesia ya ruinosa.
Aún así se puede comprobar parte de su valor arquitectónico y también interpretar el porqué de este lugar.
Las huellas de Ribera se confunden ya entre la vegetación que se apodera de las pocas paredes de piedra que aún resisten.
Las tablillas marcan perfectamente la senda de Santa Ana que vamos a tomar para encaminarnos hacia la cima de esta monte con forma cónica.
Entre prados, ganado que se acerca a la carrera y pinos se llega en un continuo ascenso hasta el collado desde donde se ataca esta cima con un sendero empinado y con mucha piedra suelta acotado con boj.
Las vistas desde arriba son fascinantes.
Se ve todo.
El descenso se realiza con cuidado y de ahí se va descendiendo hasta llegar de nuevo al desfiladero del Purón.
Llegamos a la ermita de Adán Felices y San Roque de nuevo y de ahí ascendemos hacia el este por la canal de la senda recién marcada de la arqueología de Herrán.
La subida es larga y dura , pero vale la pena para luego descender y sobrepasar el precioso portillo de la Pared.
Desde este paso las vistas son imponentes.
Seguimos descendiendo hasta el cauce del torrente de un barranco que luego girando a la izquierda nos va a conducir hasta la Ermita de la Virgen de la Mata.
Sólo resta de este antiguo sitio religioso su planta rodeada de encinas.
Regresamos al cruce por el que nos habíamos adentrado y continuamos bajando hasta llegar a uno de los eremitorios más espectaculares de Merindades.
Continuamos y enseguida giramos a la derecha para dirigirnos por un sendero en la ladera del bajo monte próximo a Herrán hacia los restos del antiquísimo monasterio de San Martín de Ferrán y sus tumbas antropomorfas.
Entre robles de buen porte se regresa a nuestro punto de partida.
Ruta maravillosa y moderada por la distancia y desnivel.
El resto es mero disfrute.
Partimos desde el aparcamiento acondicionado a las afueras del precioso pueblo medieval de Herrán.
Cruzamos el casco urbano con sus torres y bonitas casas de piedra hasta llegar al lavadero que se encuentra entre la fuente y el río Purón, a las puertas de entrada del desfiladero.
El camino está perfectamente marcado y entre los crestones calcáreos ascendemos poco a poco hasta llegar a Las Puentes después de atravesar una portilla ancha.
Se trata de un gran puente de origen romano encajado en un paso estrecho entre los farallones para permitir acceder en primera instancia al eremitorio de San Felices y San Roque y luego, río arriba a los diferentes balcones desde los que se puede otear la sucesión de cascadas que el Purón nos brinda.
Así hasta llegar al tramo más espectacular y angosto de esta ruta.
La Cueva de los Buitres y los pasos en la roca excavada y el río hacen de esta ruta una de las más espectaculares y con mayor encanto de los alrededores.
El sendero entre el sonido del agua, los escalones construidos para facilitar el tránsito y el bosque ribereño es sencillamente maravilloso.
Así hasta llegar a una portilla y atravesar una gran pradera que permite llegar sin dificultades hasta el despoblado de Ribera y de su maravillosa iglesia ya ruinosa.
Aún así se puede comprobar parte de su valor arquitectónico y también interpretar el porqué de este lugar.
Las huellas de Ribera se confunden ya entre la vegetación que se apodera de las pocas paredes de piedra que aún resisten.
Las tablillas marcan perfectamente la senda de Santa Ana que vamos a tomar para encaminarnos hacia la cima de esta monte con forma cónica.
Entre prados, ganado que se acerca a la carrera y pinos se llega en un continuo ascenso hasta el collado desde donde se ataca esta cima con un sendero empinado y con mucha piedra suelta acotado con boj.
Las vistas desde arriba son fascinantes.
Se ve todo.
El descenso se realiza con cuidado y de ahí se va descendiendo hasta llegar de nuevo al desfiladero del Purón.
Llegamos a la ermita de Adán Felices y San Roque de nuevo y de ahí ascendemos hacia el este por la canal de la senda recién marcada de la arqueología de Herrán.
La subida es larga y dura , pero vale la pena para luego descender y sobrepasar el precioso portillo de la Pared.
Desde este paso las vistas son imponentes.
Seguimos descendiendo hasta el cauce del torrente de un barranco que luego girando a la izquierda nos va a conducir hasta la Ermita de la Virgen de la Mata.
Sólo resta de este antiguo sitio religioso su planta rodeada de encinas.
Regresamos al cruce por el que nos habíamos adentrado y continuamos bajando hasta llegar a uno de los eremitorios más espectaculares de Merindades.
Continuamos y enseguida giramos a la derecha para dirigirnos por un sendero en la ladera del bajo monte próximo a Herrán hacia los restos del antiquísimo monasterio de San Martín de Ferrán y sus tumbas antropomorfas.
Entre robles de buen porte se regresa a nuestro punto de partida.
Ruta maravillosa y moderada por la distancia y desnivel.
El resto es mero disfrute.
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Comments (1)
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Tremendo! Pedazo de ruta.