124. Por el Desierto (no tan desierto) de Las Navas
near Arconada, Castilla y León (España)
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Itinerary description
INDICE IBP de Dificultad de la Ruta
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 49 (para Senderismo): dificultad 'Fácil' (en el límite con 'Media') para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 295 metros (superior al que estima Wikiloc).
Algo más de un mes y medio atrás, hicimos una ruta por la misma zona (*), aunque sin otro solapamiento con ésta que el punto de partida y llegada, el pueblo de Arconada de Bureba. Tanto nos gustó que nos encaprichamos y diseñamos una ruta complementaria para volver allí sin tardanza. Todo en aquella primera ocasión fue impresionante, pero lo que más impacto nos causó fueron las descarnadas cárcavas con estratos albi-rojizos.
Precisamente, para esta segunda experiencia, queríamos adentrarnos en lo que suponíamos sería la zona más árida; con más abundancia de tales cárcavas coloreadas desgarrando las laderas: el triángulo entre Arconada, el pueblo fantasma de Bárcena de Bureba, y (las proximidades de) Lermilla; triángulo rubricado en su base por el valle del río Homino. Esa área constituía el foco de nuestro interés para la nueva ruta.
Antes que nada, recordaré lo que dije en la anterior ruta, anticipando ésta: “…En realidad, ‘no sé dónde voy a meterme’ (tanto podría ser el cielo como el infierno)”. He de admitir ahora, tras recorrerla, que no fue ni cielo ni infierno. Sólo un agradable paseo por holgados caminos, sin tener que cruzar barranqueras, ni terrenos crudos o secarrales. Sin ser un vergel, la vegetación se exhibía con bastante más abundancia de lo esperado. Así que el a un tiempo temido y anhelado ‘desierto’ lo fue menos.
Si tuviera que elegir, me quedaría con la ruta previa; sin desmerecer la presente. Es verdad que aquél día fue más generoso que éste en cuanto al tiempo atmosférico, y eso resaltó más sus atractivos. En el actual, el cielo estuvo apagado y plomizo durante los dos primeros tercios de ruta, lo que menguaba la visibilidad y los contrastes. Asimismo, la temperatura fue algo más elevada, sin llegar a agobiante. Además, ahora estábamos ya en pleno verano (en lugar de en primavera) y el colorido floral de los caminos estaba agostándose.
La parte final, los tres últimos km antes de terminar en Arconada, fueron los más luminosos y también (facilitado por ello) en los que era posible apreciar mejor las agrestes y montaraces cárcavas. A la vez, ese tramo, aporta un contrapunto excepcional. Justo al lado de aquellas, hendiendo el valle, flanqueado por los taludes que forman las cárcavas, discurre el río Homino con sus frondosas orillas. El agua queda oculta prácticamente siempre. Y, para dar mayor realce a los contrastes, en amplias extensiones del valle refulgían los girasoles.
En el diseño-guía que hice de la ruta con antelación me cuidé de seguir caminos rurales. Quien desee menos comodidades y más complicaciones en la orientación, puede salirse del trazado. Desde Arconada hasta Bárcena y luego hasta (las cercanías de) Lermilla se transita por ellos durante 11,6 km. Desde allí hasta el final en el km 17 en Arconada, disponemos de la vía verde del antiguo ferrocarril Santander-Mediterráneo, pudiendo adentrarnos, a voluntad, en alguna cárcava. Físicamente, las demandas son, pues, bajas, con suaves desniveles.
Aparte del ya comentado atractivo de las cárcavas, como principal (para nosotros) aliciente, con su punto álgido en el último cuarto de la ruta, hay otros aspectos merecedores de realce:
-El despoblado de Bárcena de Bureba. Se quedó sin habitantes a principios de los años 80 del siglo XX. Su deterioro actual está muy avanzado. Sólo su iglesia de trazas románicas resiste a duras penas. Aun así, caminar entre las ruinas de lo que fue el pueblo trasmite esencias de la historia humana de la zona (si puedes filtrar fuera de tu mirada los ‘grafitti’ en las paredes).
-Bárcena se encuentra en una hondonada, atravesada por un sorprendentemente rumoroso arroyo. Para llegar desde Arconada (y luego para salir hacia Lermilla) hay, pues, que subir a zonas altas de cerros. Desde ellas adivino que hay excelentes vistas. Digo adivino porque la densa y baja nubosidad de las primeras horas de la mañana las difuminaba u ocultaba.
-En el camino de Bárcena hacia Lermilla, entre las tierras rojizas, nos deleitamos con los primeros campos de girasoles. Empezaba a despejar, tímidamente, y la nueva luz los hacía resplandecer. Se hicieron más visibles las panorámicas de los montes de Abajas, Castil de Lences, Poza de la Sal; y, al otro lado, los montes Utero y San Mamés, el Santorcaz, etc.
-El descenso hasta el valle del río Homino, sin ser especialmente vistoso, es relajante. Llegados al valle, en dirección hacia Arconada, el cielo se volvió radiante. A lo largo de la rectilínea vía verde resisten muchas plantas, algunas aún floridas. Sensación de orden y paz (aunque sufrí un ‘percance lastimoso’; ver debajo). Una ligera y agradable brisa ahuyentaba el calor. Más girasoles. Cárcavas de formas quimeristas y colores suaves a un lado y otro. En medio, el invisible Homino, oculto entre la espesura vegetal a la que nutre. La parte más bonita.
En la sección de anécdotas, habitualmente relato hechos divertidos (al menos, para mí); cómicos, incluso; que dejan buen sabor. Hoy sólo puedo referirme a uno ‘luctuoso’. Así que mis siguientes palabras parecerán, más bien, una elegía.
Tenía que ocurrir: ‘tanto va el cántaro a la fuente…’. Era la enésima vez. En todas las anteriores, siempre hubo un final feliz: “Rebobina, deshaz el error, y recomponte”. Inmensa suerte tuve hasta ahora. Pero ya no hubo remedio. Medio km extra, caminando en ‘modo cangrejo’ (de río), marcha atrás, afligido y cabizbajo (mirando al suelo). Inútil.
“Que te vaya bien con tu nuevo amo. Cuántas fatigas y dicha compartidas juntos…. Más de 120 rutas. Gracias por tus buenos servicios. Con los perros, los jabalíes, los barrancos de subida (y los de bajada aun más), los terrenos pedregosos, los suelos resbaladizos, los senderos helados… La seguridad que me dabas …. ‘Alguien’ vendrá a sustituirte, pero nada será igual”.
Trátela bien quien la encuentre. Eso aliviará (algo) mi culpa por su pérdida.
“Cachava(-con-puntera) 'de mi vida'. ¡Ay!”.
RUTAS CERCANAS:
(*) https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/arconada-105104140
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/de-abajas-a-castil-de-lences-99744172
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/desfiladero-del-rio-homino-81420424
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/valle-de-las-navas-97654198
Para Criterios y Tabla de Interpretación, Ir a:
https://www.ibpindex.com/index.php/es/
El resultado del análisis IBP es de 49 (para Senderismo): dificultad 'Fácil' (en el límite con 'Media') para una preparación física 'Media'.
El cómputo del desnivel acumulado de la ruta por parte de IBP es de 295 metros (superior al que estima Wikiloc).
Algo más de un mes y medio atrás, hicimos una ruta por la misma zona (*), aunque sin otro solapamiento con ésta que el punto de partida y llegada, el pueblo de Arconada de Bureba. Tanto nos gustó que nos encaprichamos y diseñamos una ruta complementaria para volver allí sin tardanza. Todo en aquella primera ocasión fue impresionante, pero lo que más impacto nos causó fueron las descarnadas cárcavas con estratos albi-rojizos.
Precisamente, para esta segunda experiencia, queríamos adentrarnos en lo que suponíamos sería la zona más árida; con más abundancia de tales cárcavas coloreadas desgarrando las laderas: el triángulo entre Arconada, el pueblo fantasma de Bárcena de Bureba, y (las proximidades de) Lermilla; triángulo rubricado en su base por el valle del río Homino. Esa área constituía el foco de nuestro interés para la nueva ruta.
Antes que nada, recordaré lo que dije en la anterior ruta, anticipando ésta: “…En realidad, ‘no sé dónde voy a meterme’ (tanto podría ser el cielo como el infierno)”. He de admitir ahora, tras recorrerla, que no fue ni cielo ni infierno. Sólo un agradable paseo por holgados caminos, sin tener que cruzar barranqueras, ni terrenos crudos o secarrales. Sin ser un vergel, la vegetación se exhibía con bastante más abundancia de lo esperado. Así que el a un tiempo temido y anhelado ‘desierto’ lo fue menos.
Si tuviera que elegir, me quedaría con la ruta previa; sin desmerecer la presente. Es verdad que aquél día fue más generoso que éste en cuanto al tiempo atmosférico, y eso resaltó más sus atractivos. En el actual, el cielo estuvo apagado y plomizo durante los dos primeros tercios de ruta, lo que menguaba la visibilidad y los contrastes. Asimismo, la temperatura fue algo más elevada, sin llegar a agobiante. Además, ahora estábamos ya en pleno verano (en lugar de en primavera) y el colorido floral de los caminos estaba agostándose.
La parte final, los tres últimos km antes de terminar en Arconada, fueron los más luminosos y también (facilitado por ello) en los que era posible apreciar mejor las agrestes y montaraces cárcavas. A la vez, ese tramo, aporta un contrapunto excepcional. Justo al lado de aquellas, hendiendo el valle, flanqueado por los taludes que forman las cárcavas, discurre el río Homino con sus frondosas orillas. El agua queda oculta prácticamente siempre. Y, para dar mayor realce a los contrastes, en amplias extensiones del valle refulgían los girasoles.
En el diseño-guía que hice de la ruta con antelación me cuidé de seguir caminos rurales. Quien desee menos comodidades y más complicaciones en la orientación, puede salirse del trazado. Desde Arconada hasta Bárcena y luego hasta (las cercanías de) Lermilla se transita por ellos durante 11,6 km. Desde allí hasta el final en el km 17 en Arconada, disponemos de la vía verde del antiguo ferrocarril Santander-Mediterráneo, pudiendo adentrarnos, a voluntad, en alguna cárcava. Físicamente, las demandas son, pues, bajas, con suaves desniveles.
Aparte del ya comentado atractivo de las cárcavas, como principal (para nosotros) aliciente, con su punto álgido en el último cuarto de la ruta, hay otros aspectos merecedores de realce:
-El despoblado de Bárcena de Bureba. Se quedó sin habitantes a principios de los años 80 del siglo XX. Su deterioro actual está muy avanzado. Sólo su iglesia de trazas románicas resiste a duras penas. Aun así, caminar entre las ruinas de lo que fue el pueblo trasmite esencias de la historia humana de la zona (si puedes filtrar fuera de tu mirada los ‘grafitti’ en las paredes).
-Bárcena se encuentra en una hondonada, atravesada por un sorprendentemente rumoroso arroyo. Para llegar desde Arconada (y luego para salir hacia Lermilla) hay, pues, que subir a zonas altas de cerros. Desde ellas adivino que hay excelentes vistas. Digo adivino porque la densa y baja nubosidad de las primeras horas de la mañana las difuminaba u ocultaba.
-En el camino de Bárcena hacia Lermilla, entre las tierras rojizas, nos deleitamos con los primeros campos de girasoles. Empezaba a despejar, tímidamente, y la nueva luz los hacía resplandecer. Se hicieron más visibles las panorámicas de los montes de Abajas, Castil de Lences, Poza de la Sal; y, al otro lado, los montes Utero y San Mamés, el Santorcaz, etc.
-El descenso hasta el valle del río Homino, sin ser especialmente vistoso, es relajante. Llegados al valle, en dirección hacia Arconada, el cielo se volvió radiante. A lo largo de la rectilínea vía verde resisten muchas plantas, algunas aún floridas. Sensación de orden y paz (aunque sufrí un ‘percance lastimoso’; ver debajo). Una ligera y agradable brisa ahuyentaba el calor. Más girasoles. Cárcavas de formas quimeristas y colores suaves a un lado y otro. En medio, el invisible Homino, oculto entre la espesura vegetal a la que nutre. La parte más bonita.
En la sección de anécdotas, habitualmente relato hechos divertidos (al menos, para mí); cómicos, incluso; que dejan buen sabor. Hoy sólo puedo referirme a uno ‘luctuoso’. Así que mis siguientes palabras parecerán, más bien, una elegía.
Tenía que ocurrir: ‘tanto va el cántaro a la fuente…’. Era la enésima vez. En todas las anteriores, siempre hubo un final feliz: “Rebobina, deshaz el error, y recomponte”. Inmensa suerte tuve hasta ahora. Pero ya no hubo remedio. Medio km extra, caminando en ‘modo cangrejo’ (de río), marcha atrás, afligido y cabizbajo (mirando al suelo). Inútil.
“Que te vaya bien con tu nuevo amo. Cuántas fatigas y dicha compartidas juntos…. Más de 120 rutas. Gracias por tus buenos servicios. Con los perros, los jabalíes, los barrancos de subida (y los de bajada aun más), los terrenos pedregosos, los suelos resbaladizos, los senderos helados… La seguridad que me dabas …. ‘Alguien’ vendrá a sustituirte, pero nada será igual”.
Trátela bien quien la encuentre. Eso aliviará (algo) mi culpa por su pérdida.
“Cachava(-con-puntera) 'de mi vida'. ¡Ay!”.
RUTAS CERCANAS:
(*) https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/arconada-105104140
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/de-abajas-a-castil-de-lences-99744172
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/desfiladero-del-rio-homino-81420424
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/valle-de-las-navas-97654198
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