Diapiro de Poza de la Sal-Altotero: 1177 m-El Castellar: 1025 m
near Poza de la Sal, Castilla y León (España)
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Trail photos
Itinerary description
Nos acercamos a Poza de la Sal para recorrer y explorar uno de los Diapiros más importantes de la Península Ibérica, cuya peculiaridad reside en su propio tamaño, pues es el justo y adecuado para contemplarlo al completo. Hace algo más de 200 m.a. durante el periodo Triásico , el único continente que existente en la Tierra, la Pangea había comenzado a fragmentarse hacia aproximadamente unos 300 m.a. La rotura de Pangea, provocó que la corteza terrestre se adelgazara en algunas zonas y favoreciera el ascenso de materiales magmáticos, que no llegaron a salir a la superficie pero se quedaron cerca de ella, de ahí que se les llame rocas subvolcánicas. Posteriormente el mar invadió toda la zona, como la gran mayoría de lo que hoy es la Península Ibérica, depositándose rocas calizas con infinidad de fósiles marinos que hoy podemos encontrar. Los avances y retrocesos del mar durante el Jurásico y Cretácico se sucedieron varias veces y por debajo de las calizas se habían sedimentado sales y yesos, materiales menos densos, que comenzaron un lento pero imparable ascenso, aprovechando las roturas y fallas en las capas superiores, hacia la superficie. En su ascenso las sales y yesos arrastraron todos los materiales que englobaban, las calizas marinas, diseminadas hoy por todos los bordes del diapiro y la zona del Castillo y las ofitas, rocas subvolcánicas verde oscuro, negruzcas, de gran dureza y que constituyen hoy el centro del Diapiro conocido como El Castellar. Todo el Diapiro de Poza de la Sal, en sí mismo, es del Mesozoico, comprendiendo todos sus periodos, el Triásico, Jurásico y Cretácico, es decir de 265 m.a. hasta los 65 m.a, contrastando con los materiales mucho más jovenes, del Terciario, que constituyen la gran explanada de La Bureba.
Comenzamos nuestra ruta tomando el camino que conduce a las ruinas del Palacio de los Marqueses de Poza, situado en la ladera oriental del peñón sobre la Villa de Poza. Esta protegido por el Castillo y se mantuvo en uso hasta mediados del siglo XVIII. Este palacio también integró a la Ermita de Santa Cecilia y la Ermita de San Juan, aunque extramuros. Continuamos hasta el Castillo, emplazado en la cima de un macizo rocoso, aislado, que tuvo las funciones de vigilancia y defensa. Su ubicación sobre la Villa de Poza de la Sal, era estratégica para controlar el paso hacia la Bureba y defender tanto la población como al Salero. En el siglo XVIII estaba abandonado tras hacer prestado a sus señores valiosos servicios, durante la Guerra de la Independencia fue rehabilitado por los franceses y su último gran servicio lo prestó durante las Guerras Carlistas. En su interior se pueden admirar algunas estancias abovedadas y un aljibe excavado en la roca. Abandonamos el Castillo para continuar por la senda de la izquierda, que en un lento pero progresivo ascenso nos lleva hasta el Monumento Natural a Felix Rodríguez de la Fuente nacido en Poza de la Sal en 1928 y fallecido en Alaska en 1980, considerado como el Naturalista más importante de España en el siglo XX. A lo largo de la ruta encontraremos varios monumentos en su honor. Continuamos nuestro camino hasta llegar al Mirador de La Bureba, un buzón cimero en memoria de Felix Rodríguez de la Fuente por el Grupo Mirandes de Montaña y el vértice geodésico: 1176 m. Toda la zona es conocida como el Altotero. Comenzamos el descenso bordeando todo el Diapiro, donde se aprecian los estratos calizos con total claridad, continuamos el descenso hasta aproximarnos al centro del Diapiro, donde en sus inmediaciones podemos observar sales precipitados en el camino, de una blanco deslumbrante. Tomamos una pequeña desviación para subir al "pitón" de ofitas, coronamos varias "agujas" repletas de grandes bloques de ofitas. La más alta no la llegamos a subir porque hay una especie de vía Ferrata y no llevamos material adecuado. Descendemos y tomamos de nuevo la senda, que a veces se pierde. Nos encontramos con un antiguo almacén de sal y tras recuperar la senda, ésta nos devuelve al punto de partida, sin antes pasar por otro monumento a Felix Rodríguez de la Fuente, ya en el pueblo, y dos fuentes que vierten un agua fresca y cristalina a un conjunto de pozos que nos alivia del calor sofocante, dando por finalizada esta magnífica ruta que combina monte, historia y geología.
Comenzamos nuestra ruta tomando el camino que conduce a las ruinas del Palacio de los Marqueses de Poza, situado en la ladera oriental del peñón sobre la Villa de Poza. Esta protegido por el Castillo y se mantuvo en uso hasta mediados del siglo XVIII. Este palacio también integró a la Ermita de Santa Cecilia y la Ermita de San Juan, aunque extramuros. Continuamos hasta el Castillo, emplazado en la cima de un macizo rocoso, aislado, que tuvo las funciones de vigilancia y defensa. Su ubicación sobre la Villa de Poza de la Sal, era estratégica para controlar el paso hacia la Bureba y defender tanto la población como al Salero. En el siglo XVIII estaba abandonado tras hacer prestado a sus señores valiosos servicios, durante la Guerra de la Independencia fue rehabilitado por los franceses y su último gran servicio lo prestó durante las Guerras Carlistas. En su interior se pueden admirar algunas estancias abovedadas y un aljibe excavado en la roca. Abandonamos el Castillo para continuar por la senda de la izquierda, que en un lento pero progresivo ascenso nos lleva hasta el Monumento Natural a Felix Rodríguez de la Fuente nacido en Poza de la Sal en 1928 y fallecido en Alaska en 1980, considerado como el Naturalista más importante de España en el siglo XX. A lo largo de la ruta encontraremos varios monumentos en su honor. Continuamos nuestro camino hasta llegar al Mirador de La Bureba, un buzón cimero en memoria de Felix Rodríguez de la Fuente por el Grupo Mirandes de Montaña y el vértice geodésico: 1176 m. Toda la zona es conocida como el Altotero. Comenzamos el descenso bordeando todo el Diapiro, donde se aprecian los estratos calizos con total claridad, continuamos el descenso hasta aproximarnos al centro del Diapiro, donde en sus inmediaciones podemos observar sales precipitados en el camino, de una blanco deslumbrante. Tomamos una pequeña desviación para subir al "pitón" de ofitas, coronamos varias "agujas" repletas de grandes bloques de ofitas. La más alta no la llegamos a subir porque hay una especie de vía Ferrata y no llevamos material adecuado. Descendemos y tomamos de nuevo la senda, que a veces se pierde. Nos encontramos con un antiguo almacén de sal y tras recuperar la senda, ésta nos devuelve al punto de partida, sin antes pasar por otro monumento a Felix Rodríguez de la Fuente, ya en el pueblo, y dos fuentes que vierten un agua fresca y cristalina a un conjunto de pozos que nos alivia del calor sofocante, dando por finalizada esta magnífica ruta que combina monte, historia y geología.
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Comments (2)
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Information
Easy to follow
Scenery
Easy
Me ha encantado la ruta a pesar del día gris. Las salinas y los dos espolones rocosos de Castelar y el castillo de los Rojas una pasada. Una ruta que mezcla historia, geología y montaña. Una gozada 👏👏
Hola Iñaki, me alegro que te haya gustado tanto y no lo has podido describir mejor. Desde un punto de vista geológico es un diapiro único por varios motivos, en el Castellar has pisado rocas de 260 m.a.
Un saludo 🏔