DIRECTA AL VÉRTICE GEODÉSICO LA ATALAYA GUEVÉJAR DESDE MONTELUZ (PELIGROS) Y REGRESO POR LA CASERÍA

Si se vive en/o las proximidades de Peligros-Albolote-Guevéjar uno siempre se pregunta quién y por qué, en el año 2005, autorizó a la Universidad de Córdoba (para más inri una institución pública) a roturar el cerro de la Atalaya de Guevéjar (donde se ubica el vértice geodésico 100965) para realizar un experimento de siembra de olivos en hilera, cercado al 90% y que destrozó un paraje natural único, proveedor de las mejores vistas panorámicas del circo de serranías y pueblos que configuran los alrededores de Granada. El aspecto anterior del hito geográfico puede verse en ftp://ftp.geodesia.ign.es/Red_Geodesica/Hoja1009/100965.pdf y el actual en la fotografía adjunta, tomada ayer. No se ve nada desde el mismo salvo los cercanos olivos.
No obstante y si se deambula por los márgenes de la cumbre del cerro Atalaya las panorámicas continúan siendo impresionantes; al sureste toda Sierra Nevada y la baja montaña que la defiende; al suroeste Sierra Elvira, al este el paso de Moclín y las serranías que lo delimitan y al norte y noreste las sierras de Cogollos con el Peñón de la Mata y de la Alfaguara. Por tanto, el lugar continúa teniendo gran interés aunque su acceso no es sencillo al estar cercado al 90% o tener cortados inabordables para el senderismo convencional. Tas múltiples ensayos de prueba-error he encontrado un camino sencillo para acceder directamente a la cumbre aunque bastante duro ya que en 3,2 Km se superan 200 metros de desnivel.
La ruta comienza en el parque infantil situado en la plaza adyacente a la calle Cedros de la Urbanización Monteluz. Desde allí y tras avanzar en dirección este por la susodicha calle, al finalizar la misma se gira a la izquierda y todo seguido se toma la pista asfaltada que en continuado ascenso nos lleva a tropezar con la autovía A92. Desde aquí se desciende a la derecha unos 150 m hasta el túnel de acceso al lado contrario de la autovía; traspasada esta, retomar de nuevo la vía de servicio a la derecha para encontrar la primera dificultad del recorrido: una pronunciada rampa con desnivel próximo al 20%. Una vez superada y a 20 metros de iniciado el descenso, tomar el carril arenoso de la izquierda abandonando la autovía. Este corto carril desemboca en otro asfaltado que debe cruzarse para, en corto zigzag a la izquierda, tomar la rampa situada enfrente. Aquí comienza el gran segundo obstáculo del recorrido pues los primeros 400 metros discurren en continuo ascenso con desniveles superiores al 25% en algunos puntos. Una vez en la rampa y a unos 100 metros del inicio debe abandonarse el carril asfaltado tomando el de tierra de la derecha, llamado de los cortijillos porque consecutivamente pasa por la puerta de cuatro de ellos, primero en franco ascenso y luego llaneando en contra hasta alcanzar una nueva pista asfaltada junto a las lindes del último cortijillo. Atravesando el asfalto, tomar la pista de tierra que continúa ascendiendo en dirección a una gran encina situada en la divisoria del cerro. Desde la pequeña explanada junto a la encina ya se tiene una excepcional vista de Granada, Sierra Nevada, la vega y las serranías del sur con los pueblos y la ciudad en la lejanía y Guevéjar enfrente.
A partir de este momento seguir ascendiendo por la pista dejando de lado las que salen a la izquierda. Pronto se tropieza con el olivar en hilera de la Universidad de Córdoba que hay que dejar siempre a la izquierda hasta que el carril bruscamente gira 90 grados en esta última dirección y frente a nosotros queda el olivar tradicional andaluz y abundantes rodadas que parecen continuar la ascensión y hay que descartar. Este es un punto crítico del ascenso porque es sencillo extraviar el único camino que proporciona acceso directo a la cumbre del cerro de la Atalaya. Este camino aunque por zonas está perdido por el roturado del olivar, discurre justamente por la divisoria de aguas de la loma en que nos encontramos, situada entre el barranco del Magón a la izquierda y la cañada del Regajo a la derecha. Para alcanzar el camino de acceso a la Atalaya es necesario seguir por el carril de la izquierda unos 150 metros hasta que justamente la pista comienza su descenso al barranco del Magón. Entonces salir de la pista hacia el olivar de la derecha buscando la divisoria de aguas y seguir en ascenso continuado hacia el norte. A unos 300 m del carril y en la distancia sobre la cumbre de la primera loma ya aparece un estrecho sendero que la supera. La referencia para encontrarlo es una higuerilla (la única en las proximidades) situada entre la linde norte del olivar y el monte adyacente. Una vez alcanzado el sendero solo hay que seguirlo hasta la gran pista de tierra creada para el servicio del olivar en hilera que circunda la cumbre de la Atalaya. El vértice geodésico se encuentra entre las hileras de olivos a unos 150 metros a la izquierda de la pista. Aunque ya es posible disfrutar de las vistas panorámicas entre la ultima hilera de olivos y la linde del monte, considerando que el esfuerzo requerido para llegar ha sido grande mi propuesta es que se descanse unos minutos sentado en el propio escalón del vértice geodésico y luego se desande hasta el sendero y el límite este del cerro para recrearse con las panorámicas de Sierra Nevada.
Aunque la bajada puede realizarse por el mismo lugar de subida, desde la cumbre de la Atalaya es posible realizar un precioso paseo en descenso continuo que proporcionará inmejorables vistas hacia el oeste. Para ello y una vez posicionados en el vértice geodésico mirando al sur basta seguir la gran pista de servicio del olivar a la derecha. Pronto y entre los olivos comienzan a vislumbrarse sierra Elvira y el Embalse del Cubillas. Esta pista de servicio debe seguirse de forma continuada sin tomar ninguno de los carriles que salen a derecha o izquierda, de forma que tras atravesar longitudinalmente y a media ladera el cerro de la Atalaya la pista proporciona una completa visión del preciososo cortijo La Casería, actualmente una residencia de espiritualidad del Opus Dei. Ahora el objetivo es dirigirnos a la pista de acceso a este cortijo. Para ello, continuar el descenso por la pista de servicio del olivar y cuando, tras superar la estación depuradora de aguas de las urbanizaciones próximas, la pista justamente llanea hacia la derecha dejando de descender, seguir la linde del desplome del monte (hay un extenso carril de maquinaria pesada en desuso) para en una cómoda bajada alcanzar una pista paralela a la principal de acceso al cortijo. Seguir descendiendo hasta la confluencia de ambas y continuar la bajada por el carril principal del cortijo hasta alcanzar el asfalto.
Para regresar a Monteluz, tras superar las primeras casas residenciales, tomar la corta avenida de la izquierda y cortar la loma ascendiendo en línea recta por el camino asfaltado entrando en las calles asfaltadas de un proyecto de urbanización que nunca llegó a término. Superada la loma, descender hasta el final del camino y tomar a la derecha. Pasada la pequeña construcción abandonada de la derecha seguir unos metros hasta que el camino se divide en tres. Tomar el del centro, que en suave ascenso se dirige hacia la coronación de la colina donde se ubica la urbanización Loma Verde. En las inmediaciones de las primeras viviendas y justamente cuando el camino asfaltado realiza una curva a izquierdas en descenso, tomar la pequeña vereda que nos lleva a la parte posterior de las casas y un carril de tierra. Descender por él unos 50 metros y seguirlo a la izquierda en dirección a la autovía A92. Bajar unos 300 metros, acceder a la vía de servicio de la A92, tomarla a la izquierda, pasar al otro lado por el túnel de acceso, seguir descendiendo por la vía de servicio y tomar el estrecho carril situado a la izquierda, que entre cañaverales nos llevará a la calle Abetos en la urbanización Monteluz. Seguir por Abetos a la izquierda hasta la tercera transversal (calle Higueras), que tomándola nos dejará en el punto de partida.