Dólmenes de El Pozuelo (Huelva)

Hoy nuestra ruta recorre el conjunto dolménico de El pozuelo, constituido por una gran necrópolis con numerosos enterramientos de entre 2.500 y 1.900 ac. La palabra “dolmen” deriva del bretón y significa “mesa de piedra”, en la cual las piedras verticales, ortostratos, serían las patas y las cubiertas la tabla horizontal de la mesa. De su estudio arqueológico se puede afirmar que en ellos se realizaron ciertos rituales funerarios y también se les atribuye el papel de marcadores de límites territoriales. Así mismo es muy probable que ejercieran una función de cohesión social y de estabilidad de la población en la zona, ya que, utilizados como sepulcro, alargaban los lazos sentimentales del grupo y las jerarquías de poder más allá de la muerte.
Los monumentos de El Pozuelo como complejo dolménico, fue declarado Bien de Interés Cultural, con categoría de zona arqueológica, en junio de 2002. De los 13 dólmenes que forman el complejo, nosotros visitamos 9, distribuidos en dos grupos 1, 2, 3 y 4 en los Llanetes y en El Riscal-La Veguilla 5, 6, 7, 8, y 9. Todos ellos se encuentran en el término municipal de Zalamea La Real, Huelva, y más concretamente en las proximidades de la aldea de El Pozuelo. Se accede desde la CN 435 a la altura del km 43. Ya a la vista del pueblo hay un indicador con datos de la ruta. Aquí mismo podemos aparcar. El recorrido en general está señalizado, aunque la intemperie no perdona y ha borrado varios de los paneles informativos.
Los primeros 3,5 km transcurren por pista forestal alternando bosques de alcornoques y tapias límites de dehesas y alguna granja de pavos. Tras cruzar el arroyo de Nerea y ascender por un tramo no muy largo de pista, llegamos al collado en el que, a la derecha, vemos la Casa de los Llanetes que da nombre a la zona. A la izquierda, seguimos el sendero que asciende al cerro de La Mina Chiflón, mina de hierro y cobre explotada en la prehistoria, en tiempo de los romanos y en la época moderna. Desde el mismo cerro de la mina podemos contemplar los 4 dólmenes de este grupo y el paisaje agreste, fuertemente contrastado, en el que se alternan las dehesas de encinas, con áreas de bosque mediterráneo y de eucaliptus.
Regresamos a la pista. Pronto encontramos las indicaciones para acceder a los dólmenes 1, 2, 3 y 4. En realidad el recorrido hace un bucle que se puede seguir en los dos sentidos. Optamos por caminar hacia la izquierda, esto es, hacia el 4 y 3. Para acceder al 2 y 1, debemos descender hacia el torrente por un sendero en escalera y protegido con barandillas de madera en sus tramos inicial y final.
Quedamos gratamente impresionados por la belleza, tamaño y estado de conservación de los monumentos. En las proximidades de los dólmenes hay paneles informativos muy interesantes, pero en manifiesto estado de descomposición. He aquí algunos apuntes:
Dolmen nº 4: Gran dolmen de galería conocido como “Tholo”, está formado por una sola galería con soporte central y antecámara. El gran tamaño de la cámara central obligó a utilizar piedras centrales para sostener la cubierta. Su orientación es sureste-noroeste. Su anillo también es de unos 14 m.

Dolmen nº 3: Dolmen de galería formado por dos cámaras paralelas que desembocan en un solo corredor orientado sureste-noroeste. Conserva una de las piedras de la cubierta. Su anillo peristáltico de forma circular tiene unos 14 m
Dolmen nº 2: Dolmen de galería constituido por una cámara principal, orientada este-oeste y otra lateral orientada al sur, a la que se accede desde la primera. Lo circunda un anillo peristáltico de unos 14 m.
Dolmen nº 1: Se conoce con el nombre de “la caseta de los moros”. Es un dolmen de dos cámaras paralelas que posiblemente se comunicaban con un corredor común que ha desaparecido. La orientación de sus cámaras es de noroeste-sureste. Conserva una de sus piedras de la cubierta. Su anillo tiene la peculiaridad de estar construido en una de sus partes por una pared de mampostería de aproximadamente medio metro de altura. Su anillo peristáltico es de unos 20 m y sigue la forma del terreno.
Regresamos al inicio del bucle y nos dirigimos hacia el “Pantano El Vela y el grupo de dólmenes 5, 6, 7, 8 y 9 del Riscal-La Velilla
El camino es muy agradable pues transita por un bosque de eucaliptus, algunos de ellos en flor, y madroños con el fruto maduro.

El dolmen nº 5 es el primero que encontramos. Es un dolmen de galería compuesto por cuatro cámaras, dos de las cuales desembocan en un corredor común y las otras dos en la cámara sur. Su anillo peristáltico sólo se en alguna de sus partes. Como curiosidad se observan en la entrada de las cámaras centrales algunas columnas elípticas muy bien talladas. El corredor y la entrada se orientan hacia el este.

Entramos en zona más complicada de la ruta por lo que se refiere a las indicaciones y el estado del camino. Siguiendo la indicación de la tablilla, descendemos hacia un torrente por un sendero poco marcado al principio, lo atravesamos y, a los pocos metros, entre matorrales y protegido por una alambrada vemos el

Dolmen nº 8: Pequeño dolmen de galería con una sola cámara. En la actualidad sólo se conservan los ortostratos desplazados de su lugar. El túmulo y el anillo son prácticamente irreconocibles. La orientación de su cámara era este-oeste.

Regresamos al torrente, lo atravesamos y seguimos por el sendero de la izquierda en la dirección que indica la tablilla “Regreso”. Más adelante volvemos a cruzar el torrente y ascendemos por la ladera siguiendo un sendero a penas visible hacia la granja, antes de llegar a ella viramos hacia la derecha y sobre un pequeño cerro vemos de lejos el túmulo del

Dolmen nº 6: Dolmen de galería de cuatro cámaras con una disposición muy irregular en el que se aprecian dos cámaras principales que desembocan en un corredor común y a las que se les han añadido otras dos cámaras anexas. Conserva su anillo peristáltico delimitando el túmulo y, en la entrada hay una piedra que supera en altura a las restantes indicando el punto de acceso.

Regresamos hacia la granja que queda a nuestra derecha. Seguimos la pista y, al margen izquierdo encontramos el indicador del

Dolmen nº 9: Pequeño dolmen de galería con una única cámara, muy similar al nº 8. Su orientación es este-oeste y su pared norte está tallada en la roca.

Sin regresar a la pista seguimos un sendero que asciende por la izquierda hacia el Cabezo del Chivito. En su cima encontramos el

Dolmen nº 7: Se trata del dolmen más emblemático del conjunto, tanto por su originalidad en la composición en forma de trébol, como por ser el más visitado, cerca de una zona de recreo. Es un dolmen galería con dos cámaras anexas. Su túmulo tiene un diámetro de unos 14 m. Su orientación es este-oeste.

Regresamos por el mismo sendero a la pista y caminamos en dirección a la aldea de El Pozuelo, que atravesamos por su resplandeciente y blanca calle principal, satisfechos de haber vivido una jornada completa, inmersos en la historia y en la naturaleza