Doniños - Monte Ventoso - Baterías militares
near Vila Da Area, Galicia (España)
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Trail photos
Itinerary description
Costa Ártabra. Playas, surf y senderos para perderse junto a acantilados. Es muy recomendable hacer la ruta con pantalón largo, aunque haga calor.
Arrancamos desde una de las múltiples zonas de aparcamiento con las que cuenta el entorno de la playa de Doniños. Nos acercamos a las pasarelas de madera y ascendemos hasta un pequeño mirador que ofrece vistas de toda la línea de playa. Lo abandonamos e iniciamos un tramo de asfalto que, descendiendo, nos hace bordear la laguna de Doniños por su parte más alejada del mar.
Ya en la aldea de Fontá tomamos un camino forestal, después de haber pasado su fuente y lavadero y su estatua quijotesca de metal. El camino asciende suavemente y presenta grandes irregularidades en su pavimento, bien por piedras sueltas, bien por marcas profundas de ruedas de tractores forestales, ojo con los tobillos! No nos desviamos para verlo, pero en este tramo hay la opción de ver un castro (Ruínas de poblado celta). En esta parte del camino ya encontramos algún tramo (corto) que necesitaría un desbroce para facilitar el paso, pero lo atravesamos sin problema y sin garrapatas en las piernas (aparentemente). Subimos hasta el mirador del monte ventoso, al que llegamos por una cuesta semiasfaltada (en su día lo estuvo, pero ahora está el asfalto roto por tramos). Desde allí tenemos unas vistas impresionantes de la linea de costa. En el mirador se encuentra un edificio en ruínas que fue un antiguo centro de observación metereológica (según nos dicen), lo cierto es que nos encontramos ante el semáforo. El semáforo es un edificio de dos plantas fabricado en granito cuya estructura fue creciendo a lo largo de los años. Se accede a él a través de un atrio en la zona sur.
En 1944 se aprobó la la Organización del frente marítimo de Ferrol y con ella los puestos de mando de Jefe del Sector y Jefe de Iluminación en Monte Ventoso, que exigían algunos espacios físicos, como puestos de observación, puesto de comunicaciones, gabinete de trabajo o área de descanso. Todos ellos orientados al mar.
Los túneles de acceso y comunicación a los puestos de mando, que se identifican fácilmente ya que están cubiertos por una visera redonda que solo deja una línea de visión, son uno de los mayores atractivos de la zona, además de las impresionantes vistas sobre Doniños. Constituían un buen refugio en sí mismos, pues estaban preparados para soportar bombas de hasta 1.000 kg. A la entrada del complejo, ocultos a la vista con tierra y tepes, se ubican los locales para la tropa de artillería y transmisiones, con sus correspondientes servicios higiénicos.
Regresamos sobre nuestros pasos hasta la carretera en donde habíamos tomado el desvío a la izquierda para subir al monte ventoso y continuamos hacia las instalaciones de las baterías militares que defendían esta zona de costa. Promovidas por Primo de Rivera, nunca entraron en combate, pero tuvieron un efecto disuasorio muy importante durante la segunda guerra mundial. Tras declarar que no servían "paná" fueron desmanteladas en el año 1997 y convertidas en chatarra. El resultado es un conjunto de edificaciones ruinosas diseminadas por una gran extensión de terreno junto a la costa. En cualquier otro país (léase Francia) harían de esto un importante foco de atracción turística, aquí somos así, damos vía libre a vándalos y a vegetación, para que lo terminen de destruir. En la siguiente web hay información muy interesante al respecto: https://www.observersciencetourism.com/es/destino/baterias-militares-de-ferrol-a-coruna
Una vez abandonamos las estructuras militares nos acercamos al puerto exterior de Ferrol, bordeamos sus vallas metálicas y tomamos un nuevo camino de tierra que nos devolverá al punto de inicia costeando. Aquí es donde el pantalón largo cobra sentido, pues la mayor parte del camino libre (agosto 21) tiene un ancho de 30 cms en el suelo y se encuentra colonizado por toxo bajo que hace las delicias de tus piernas si vas con pantalón corto y eres masoca. Nosotros quedamos ampliamemte tatuados por cientos de espinitas de tojo, eso sí, la belleza del paisaje fue un buen anestésico que nos permitió llegar a uno de los extremos de la playa de Doniños. Desde un camino, habilitado como aparcamiento, tomamos un pequeño sendero de arena, que atraviesa el complejo dunar, y nos devuelve a las pasarelas por las que iniciamos la ruta.
Sin duda es una ruta agradable y una gran alternativa a un día de playa en verano.
Arrancamos desde una de las múltiples zonas de aparcamiento con las que cuenta el entorno de la playa de Doniños. Nos acercamos a las pasarelas de madera y ascendemos hasta un pequeño mirador que ofrece vistas de toda la línea de playa. Lo abandonamos e iniciamos un tramo de asfalto que, descendiendo, nos hace bordear la laguna de Doniños por su parte más alejada del mar.
Ya en la aldea de Fontá tomamos un camino forestal, después de haber pasado su fuente y lavadero y su estatua quijotesca de metal. El camino asciende suavemente y presenta grandes irregularidades en su pavimento, bien por piedras sueltas, bien por marcas profundas de ruedas de tractores forestales, ojo con los tobillos! No nos desviamos para verlo, pero en este tramo hay la opción de ver un castro (Ruínas de poblado celta). En esta parte del camino ya encontramos algún tramo (corto) que necesitaría un desbroce para facilitar el paso, pero lo atravesamos sin problema y sin garrapatas en las piernas (aparentemente). Subimos hasta el mirador del monte ventoso, al que llegamos por una cuesta semiasfaltada (en su día lo estuvo, pero ahora está el asfalto roto por tramos). Desde allí tenemos unas vistas impresionantes de la linea de costa. En el mirador se encuentra un edificio en ruínas que fue un antiguo centro de observación metereológica (según nos dicen), lo cierto es que nos encontramos ante el semáforo. El semáforo es un edificio de dos plantas fabricado en granito cuya estructura fue creciendo a lo largo de los años. Se accede a él a través de un atrio en la zona sur.
En 1944 se aprobó la la Organización del frente marítimo de Ferrol y con ella los puestos de mando de Jefe del Sector y Jefe de Iluminación en Monte Ventoso, que exigían algunos espacios físicos, como puestos de observación, puesto de comunicaciones, gabinete de trabajo o área de descanso. Todos ellos orientados al mar.
Los túneles de acceso y comunicación a los puestos de mando, que se identifican fácilmente ya que están cubiertos por una visera redonda que solo deja una línea de visión, son uno de los mayores atractivos de la zona, además de las impresionantes vistas sobre Doniños. Constituían un buen refugio en sí mismos, pues estaban preparados para soportar bombas de hasta 1.000 kg. A la entrada del complejo, ocultos a la vista con tierra y tepes, se ubican los locales para la tropa de artillería y transmisiones, con sus correspondientes servicios higiénicos.
Regresamos sobre nuestros pasos hasta la carretera en donde habíamos tomado el desvío a la izquierda para subir al monte ventoso y continuamos hacia las instalaciones de las baterías militares que defendían esta zona de costa. Promovidas por Primo de Rivera, nunca entraron en combate, pero tuvieron un efecto disuasorio muy importante durante la segunda guerra mundial. Tras declarar que no servían "paná" fueron desmanteladas en el año 1997 y convertidas en chatarra. El resultado es un conjunto de edificaciones ruinosas diseminadas por una gran extensión de terreno junto a la costa. En cualquier otro país (léase Francia) harían de esto un importante foco de atracción turística, aquí somos así, damos vía libre a vándalos y a vegetación, para que lo terminen de destruir. En la siguiente web hay información muy interesante al respecto: https://www.observersciencetourism.com/es/destino/baterias-militares-de-ferrol-a-coruna
Una vez abandonamos las estructuras militares nos acercamos al puerto exterior de Ferrol, bordeamos sus vallas metálicas y tomamos un nuevo camino de tierra que nos devolverá al punto de inicia costeando. Aquí es donde el pantalón largo cobra sentido, pues la mayor parte del camino libre (agosto 21) tiene un ancho de 30 cms en el suelo y se encuentra colonizado por toxo bajo que hace las delicias de tus piernas si vas con pantalón corto y eres masoca. Nosotros quedamos ampliamemte tatuados por cientos de espinitas de tojo, eso sí, la belleza del paisaje fue un buen anestésico que nos permitió llegar a uno de los extremos de la playa de Doniños. Desde un camino, habilitado como aparcamiento, tomamos un pequeño sendero de arena, que atraviesa el complejo dunar, y nos devuelve a las pasarelas por las que iniciamos la ruta.
Sin duda es una ruta agradable y una gran alternativa a un día de playa en verano.
Waypoints
Comments (6)
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Muy bien señalizada. Gracias
De nada Maroñas, así no te pierdes! 😜
Es zona de cruising no?
Lo desconozco, pero si es un dato de interés para tí, quizás deberías consultar en otras aplicaciones. Disfrútala!
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Information
Easy to follow
Scenery
Easy
La vuelta es por el lado más cercano a la costa, lo que pensábamos que iba a ser lo más bonito, pero en realidad fue lo peor, senderos llenos de tojos y vegetación alta que no se había desbrozado en mucho tiempo. Nada que envidiar a otros tramos de costa como los de la ruta de los faros. No repetiremos
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Information
Easy to follow
Scenery
Difficult
Completamos esta ruta este domingo pasado (25/06/2023). Las vistas y el entorno espectaculares pero los edificios cada vez más ruinosos. Lo dicho en el texto de la descripción respecto al toxo es 100% correcto. El paso es muy estrecho y es imprescindible llevar bota, pantalón y chaqueta (en algunas partes está alto) que soporten el paso por los pinchos. ¡No es broma!
Nosotros tampoco pudimos atravesar por la zona indicada como cerrada, en la foto. Tuvimos que dar un rodeo, pero se ve que hicieron un desbroce, no hará muchos meses y no presentó mucho problema, aunque nos desviamos del track en ese punto para acabar saliendo a la carretera.
Si bien la ruta es interesante y tiene buenos elementos, por el tema de los pinchos la califico como difícil.
Gracias por compartirla.