DONOSTI-PASAJES DE SAN PEDRO (por Ulía, ruta de la atalaya)

Después de la primera subida desde la Avenida de Navarra.

Ruta de la Atalaya

Antiguo lavadero en Ulía (Kutraia)

Kutraia, una fuente con historia sin agua Habituales del parque denuncian el abandono del antiguo lavadero en Ulía. Un corrimiento de tierras ha desviado el conducto y ha inutilizado la que dicen es una «joya» del patrimonio donostiarra ÁLVARO VICENTE AVICENTE@DIARIOVASCO.COM SAN SEBASTIÁN. Sábado, 8 septiembre 2012, 03:16 El lavadero de Kutraia está seco. El agua ha desaparecido y los habituales de Ulía piden que se actúe. :: J. A./ El lavadero de Kutraia está seco. El agua ha desaparecido y los habituales de Ulía piden que se actúe. :: J. A. No es una fuente más ubicada en un sitio cualquiera. Kutraia, en la ladera de Ulía que da al mar, era hasta no hace mucho un lugar de encuentro en el que calmar la sed de los senderistas habituales en este parque bosque donostiarra. El agua de Kutraia llenaba las cantimploras de quienes hacían un descanso en su recorrido por el camino de la costa. Pero la fuente no tiene agua desde que un corrimiento de tierras, según cuentan los habituales del lugar, inutilizó la que no dudan en calificar como una «joya» del patrimonio natural de Ulía. El corrimiento desvió el conducto y el agua hoy surge metros más abajo, en un lugar de muy difícil acceso, en el llamado Valle Colgado, totalmente perdida y desaprovechada. Para llegar a ella hay que tomar la variante de Zemoria, dado que el camino por punta Monpas está clausurado por el Ayuntamiento para evitar riesgos. Tras las primeras duras rampas se alcanza el antiguo trazado del tranvía, a la altura del caserío Iradi-Arbola, que ofrece una de las vistas mas privilegiadas de San Sebastián. El aficionado irá en los cruces siempre a la izquierda, hacia la costa, hasta llegar al mirador de Monpas. La senda, bien habilitada por Josetxo Mayor, sigue paralela al litoral pero sobre los altos contrafuertes, hasta llegar a la histórica fuente de la Kutraia, que data de finales del siglo XVIII. Los habituales de Ulía reclaman al Ayuntamiento que se ponga manos a la obra, ahora que el gobierno municipal parece decidido a impulsar los senderos y caminos el monte, y recupere el conducto de agua acondicionando los alrededores de la fuente de Kutraia. «Bastaría con levantar la tierra, cambiar el conducto y recuperar el esplendor de este lavadero. No es cuestión de dinero», apuntan. Entienden estos que la apertura del Centro de Interpretación de la Naturaleza, en la zona de Basollúa, debe ser el hito desde el que impulsar el programa de recuperación de testigos históricos de Ulía, caso de la red de fuentes muy apreciada por los senderistas y olvidada por el Ayuntamiento. «Si lo que se quiere es que el monte acoja actividades relaciones con la educación ambiental a través de sus elementos geológicos y sus áreas de interés botánicos o de fauna no se pueden de dejar un lado los elementos arquitectónicos. Ulía cuenta con una red de fuentes que no puede dejarse a un lado», apuntan. Por el momento el Ayuntamiento ha impulsado el área de recreo en la cresta del macizo de Ulía en el que se han recuperado algunos de sus miradores, el Molino, además del albergue y el edificio del antiguo tiro al plato. Todavía queda trabajo. Larga tradición Ulía cuenta con cuatro fuentes además de la citada Kutraia: Cala Murgita o Illurgita, Almirante, la que queda junto al Merendero Basollúa y la ubicada en la zona próxima al aparcamiento de la cima que fue renovada no hace tanto para que solo brote agua cuando el usuario lo desee. No hay senderista que no se detenga a saciar su sed. Lo mismo ocurre en la fuente del Almirante, en la zona del Faro de la Plata. Hoy es un punto de reunión al que los ciudadanos acuden a diario con sus bidones a proveerse de agua porque consideran tiene «propiedades» como las que tenían la aguas de Kutraia. Pero en Kutraia ya no es posible. Los senderistas habituales en Ulía subrayan el estado de dejadez en el que se encuentra. Quedan en pie las escaleras al lavadero y los caños de agua pero poco más. «Y es una pena porque no es una fuente cualquiera. Tiene su historia», apunta el presidente de honor del Club Vasco de Camping, Jesús María Alquézar. En Kutraia, en tiempos de la Belle Epoque, se detenía el tren que subía a Ulía antes de alcanzar la estación superior para que las lavanderas del Hotel de Londres cargadas con sus capazos llenos de ropa pudieran hacer su trabajo. Los baserritarras de la zona hacían lo propio. Familias enteras han disfrutado del entorno de Kutraia.

Descanso en el camino

caminantes

vista

ruta de la atalaya

Desde el Faro de la Plata

bajando a Pasajes de San Pedro