Edificios modernistas de Sevilla. Ruta turística
near Museo, Andalucía (España)
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1902 Aníbal González. Edificio para Laureano Montoto
Esta casa, junto a su gemela de la calle Laureano Ulloa, se enclavan en la conocida como etapa "exótica" de Anibal González. Ambos edificios recogen un ejercicio dcorativo en las fachadas realizados en piedra o hierro con una gran variedad de motivos: flores, estrellas tallos serpenteantes, cabezas y elementos zoomórficos y dragones alados en los capiteles.
José Gómez Millán (cuñado de Aníbal González)
Casa Gómez y Pérez de León. El único vestigio que queda en pie en esta plaza, que en su tiempo estuvo rodeada de casas señoriales plazas es la Casa que José Gómez Millán construyó para la familia Gómez y Pérez de León. El edificio hace esquina entre la Plaza del Duque y La Campana, y pasa bastante desapercibido a pesar de ser el último superviviente de una Sevilla que desapareció hace décadas. Para conocer la historia de este edificio debemos remontarnos a 1911 cuando el Ayuntamiento convoca el conocido concurso de Casas Sevillanas. El objetivo del mismo no era otro que establecer un estilo sevillano recurriendo a los estilos del pasado. Los mejores arquitectos de la ciudad junto con sus mecenas se presentaron a un concurso en el que el Modernismo estaba prohibido y que supuso el principio del fin de este estilo en la ciudad. Si bien el concurso desterró para siempre el Modernismo en Sevilla, fue el detonante para el triunfo del Regionalismo en una ciudad que se preparaba para la Exposición Iberoamericana y que quería mostrar su mejor cara para propios y extraños.
Aníbal González. Casa para Manuel Nogueira
Es uno de los primeros intentos de Aníbal González de fijación del estilo regionalista, con gran parte de sus elementos característicos: uso del ladrillo visto como base, la teja árabe y el azulejo decorativo del color, y las formas neoárabes con fuerte inspiración en Granada. Una serie de elementos que se impondrían definitivamente en la estética de la ciudad cuando es seleccionado el proyecto de Aníbal González para la Exposición Hispano-Americana.
Aníbal González Hotel Biarritz
Este Hotel fue construido en Sevilla por unas de las familias mas importantes en negocios de hostelería que existían en el norte de España, Juana Juantegui, curiosamente abuela del reconocido artista Gonzalo Chillida.
Gino Coppede y direccion de obra de Vicente Traver
El palacio del Marqués de la Motilla, de 1931, se basa en un anteproyecto del arquitecto italiano Gino Coppedé y el proyecto y dirección de obras del arquitecto regionalista Traver y Tomás
José Espiau Casa para Antonio López
En este edificio comienza a atisbarse el perfeccionismo de Arquitecto Espiau con cada elemento decorativo que distinguirá el conjunto: de las vidrieras, de los herrajes, componiendo un todo vitalista que pretende combatir la atonía formal con que finalizó el 1800. Las cuatro plantas más azotea (en un principio lo previsto eran seis plantas) guardan tamaños decrecientes, logrando además una unidad formal de la fachada que se consigue gracias a la interacción de elementos verticales y horizontales, junto con la que se obtiene en cada uno de los vanos con una leve y muy abierta curvatura de sus dinteles.
José Espiau edifico Ciudad de Londres
El edificio “Ciudad de Londres” supone la máxima expresión de la particular interpretación que ofrece Arquitecto Espiau sobre la arquitectura regionalista en su primer estadio, el que se despliega hasta 1917 con inspiración neomudéjar-plateresca. La propuesta de Espiau, concretamente, camina íntimamente ceñida al neomudéjar, como se extrae de los colores, las formas y motivos de evocación árabe, así como los materiales. En la línea compartida por otros arquitectos regionalistas, se procede a sacar al exterior los interiores mudéjares de las casas-palacio de Sevilla, que tanto proliferaron en el siglo XVI con las riquezas que desembarcaban en el Guadalquivir provenientes del Nuevo Mundo.
José Espiau para José Roldán
Un edifico emblemático, en el que las líneas árabes que se exhiben en su fachada se realizan con la combinación del ladrillo y el azulejo, además de estar provisto de la rejería ornamental tan del gusto regionalista. Por otro lado, en tiempos de asentamiento del movimiento, el edificio “Pedro Roldán” cuenta con uno de los signos identificativos del Segundo Regionalismo, como es el torreón-mirador que remata el conjunto en la esquina, como se ha comprobado anteriormente con Aníbal González y Juan Talavera, y volviendo a la cúpula (aunque más discreta) que ya empleara en sus años de Primer Regionalismo en La Adriática y Ciudad de Londres.
Juan Talavera. Edificio de viviendas para Manuel Pérez Salvador
En los años previos a la celebración de la Exposición Iberoamericana, Talavera construye para Manuel Pérez Salvador un edificio de viviendas que consigue alto grado de integración en el contexto urbano en el que se ubica, junto a la Plaza del Salvador y la iglesia que la preside. Se trata de un dato más significativo de lo que sugiere en apariencia, si tenemos en cuenta que el último artista que trabajó en este templo, el segundo de Sevilla tras la Catedral, fue Leonardo de Figueroa, entre 1696 y 1712, en cuyo trabajo se apoyó Talavera para la gestación de su particular interpretación del neobarroco. Destaca el uso decorativo de las rejas que tanto se reconoce en Juan Talavera, aunque en porción reducida, así como la serie de frisos, las embocaduras de ladrillo tallado y el pequeño torreón que corona el edificio enfrentado al lateral de la iglesia colegial del siglo XVIII.
Juan Talavera Casa para María Chafer
Esta pequeña casa en la Plaza de San Francisco, constituye uno de los primeros ejemplos del Regionalismo de Juan Talavera y Heredia. Construida en 1914 forma parte de una escasa producción en lenguaje neomudéjar (entiéndase gótico-mudéjar sevillano) . El edificio, entremedianeras, destaca por su cuidada estética, donde destacan múltiples elementos platerescos en marcos y arcos, asi como un bonito juego de tracerías en los balcones que nos recuerdan a nobles edificios de la ciudad como la Casa Pilatos o la Casa de los Pinelo. Por supuesto también debemos destacar el uso de la madera, que en años posteriores tan sólo José Espiau seguiría usando en sus construcciones, siendo más característico de Juan Talavera la piedra y de Aníbal González el ladrillo de fábrica. Junto a esta casa hay otra de José Espiau para Miguel de Arcenegui de corte modernista, especialmente visibles en sus balcones y en las ventanas superiores. Espiau organiza la fachada exterior de forma simétrica, separadas ambas bandas verticales por una gran puerta con arco de medio punto y un coqueto balcón enmarcado por elementos decorativos donde resalta la fecha de su construcción ,1912. El arquitecto juega con unos enormes balcones donde combina el hierro y el cristal y las líneas rectas con las curvas y remata las estructuras metálicas con unos elementos ornamentales. En cuanto al color de la fachada no sigue la simetría antes comentada, las dos primeras plantas están diseñadas en piedra de color ocre con elementos decorativos en piedra blanca y la planta superior combina el ocre con el amarillo en tono muy claro. La parte superior del edifico está rematada por cuatro flameros de grandes dimensiones y otros tres pequeños en la parte centras con elementos incorporados a un cuerpo de crestería muy estilizada. Sobre la arcada de la planta superior encontramos cuatro medallones con las figuras de cuatro querubines.
José Espiau Casa para la Adriática
Construido a propósito del ensanche de la Avenida de la Constitución y a modo de remate de tan emblemática vía, el de La Adriática fue uno de los cuatro edificios que José Espiau presentó al concurso de fachadas de estilo sevillano, como una ambiciosa síntesis de los preceptos sobre los que sentó sus bases el Primer Regionalismo, en concreto los más vinculados al neomudéjar. Como ocurre con el edificio “Ciudad de Londres” en la confluencia de las calles Cuna y Cerrajería, La Adriática se adorna de cara al exterior con las formas, colores y motivos con que se engalanan los interiores de las casas-palacio hispalenses del siglo XVI, de inspiración mudéjar.
Aníbal González, casa para Álvaro Dávila, Marqués de Villamarta
Se observa en esta casa para el Marqués de Villamarta un carácter ecléctico en los años finales de predominio del estilo neomudéjar-plateresco, con que se caracteriza el Primer Regionalismo, y en el que ya se intuye el neobarroco del Segundo con elementos tan característicos como el torreón-mirador que señala la confluencia de la avenida de la Constitución con la calle García de Vinuesa, que acentúa la preocupación del arquitecto por las soluciones de esquina.
José Espiau Casas para Antonio González
Obra de madurez del arquitecto, realizada en 1929. Se trata de uno de los últimos edificios monumentales de Espiau. Un estilo gótico, donde predomina la fuerte verticalidad, gracias a su alto cuerpo vertical. Si analizamos volumetría del edificio observaremos tres cuerpos, donde se observa una fuerte simetría, el cuerpo central y parte de los laterales se encuentra adelantado con respecto al ático. Además el arquitecto añade otro cuerpo sobre la portada de San Miguel de fuerte tendencia neogótica, adornado con un azulejo de Santa Justa y Rufina. En los tres cuerpos principales, le da un toque más morisco, usando elementos mudéjares como los arcos conopiales de ladrillo rojo trianero. Los elementos góticos son los que en realidad toman importancia en la composición, los pináculos de orden gigante que rematan la penúltima planta, motivos decorativos como rosetones, o los capiteles donde terminan las tres columnillas agrupadas, típicas del gótico.
José Espiau Hotel Alfonso XIII
El Gran Hotel de la Exposición Iberoamericana de 1929 supone el gran trabajo de Arquitecto Espiau, en el que se encuentran reunidos los elementos que definirán su estilo. No en vano, en el proyecto del Alfonso XIII –que dotaba a Sevilla del hotel más lujoso del mundo entonces–, encontró el laboratorio idóneo donde experimentar con las distintas fórmulas que permitía la estética regionalista.
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