Egoarbitza, por alto de Karabieta

Egoarbitza destaca especialmente entre los montes de Elgeta por su característico perfil rocoso. El recorrido desde el alto de Karabieta es muy corto y de escaso desnivel, por lo que puede ser una ruta recomendable para toda la familia, si bien hay que prestar atención en el acceso a la cima para superar un breve tramo rocoso que requiere apoyar las manos.

En el alto de Karabieta (565 m) tomamos la carretera GI-4332 que parte (NO) junto a la parada de autobús, por la que llaneamos casi un kilómetro y, justo cuando empieza a perder altura, la abandonamos en un desvío.
Seguimos (derecha, N) por una pista de tierra que se adentra en un pinar talado, hacia la base de nuestro objetivo, visible de frente. En la bifurcación inmediata seguimos por la pista principal (izquierda, NNO) casi sin ganar altura hasta el amplio collado Egotxeaga –también llamado Egotxia o Etxezia–.
Aquí encontramos un grupo de bordas y una bifurcación –volveremos por el ramal de la derecha–. Seguimos la pista principal (izquierda) en paralelo al vallado de una de las bordas, ganando altura con suavidad para salir a terreno abierto hacia el oeste –vista de los montes de Durangaldea que mejora según subimos–. Ascendemos por la pista hasta el hermoso paraje, a pie de peña, donde se sitúa la borda Eguaspe.
Poco más arriba cruzamos una valla y continuamos por la evidente y fácil senda que bordea la montaña por la vertiente E y evita los escarpes, salvo un pequeño tramo rocoso que requiere apoyar las manos, y nos lleva hasta la cumbre de Egoarbitza (vértice geodésico y buzón).
Descendemos (NNO) por sendero próximo a la cresta, hasta un cercano desvío en el que giramos a la izquierda (O). La pendiente aumenta y el sendero pierde altura con rapidez para enlazar con la senda que recorre la vertiente O.
La seguimos a la izquierda, en descenso que evita los escarpes y flanquea la ladera occidental para finalmente, en breve ascenso, enlazar con la ruta de ida cerca de la borda Eguaspe.
Poco después de la borda encontramos una bifurcación. En lugar de volver por el camino de ida, dejamos la pista principal y tomamos una pista herbosa (izquierda, SE) que enseguida se reduce a una senda que recorre un pinar talado en descenso hasta el collado Egotxeaga.
Aquí volvemos a confluir con la ruta de ida, por la que retornamos hasta el punto de partida.