El Bellotar, Piedra del Cambrón, El Bellotar
near Bellotar, Castilla-La Mancha (España)
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"Vuelve hacia atrás la vista caminante, verás lo que te queda de camino” Unamuno.
Villaverde de Guadalimar (antiguamente hasta 1916 Villaverde ) es un municipio español situado al sureste de la península ibérica, en la provincia de Albacete, dentro de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. Está ubicado en la comarca de la Sierra de Alcaraz. Está formado por la localidad homónima (cabecera municipal) y las pedanías de El Bellotar, Campillo, La Resinera, Venta del Tabaquero, Carrascosa y Venta de Mendoza. Parte de su término se integra en el Parque natural de los Calares del Río Mundo y de la Sima. Su extensión es de 69,08 km² y en 2020, según datos del INE, tenía una población de 325 habitantes.
Junto a las localidades de Villapalacios, Bienservida, Riópar y Cotillas, forma parte del Señorío de las Cinco Villas, subcomarca histórica dentro de la misma sierra de Alcaraz. El terreno que ocupa el municipio es montañoso, donde destacan el macizo del Padrón (Pico de La Sarga, 1.769 metros) al norte, el Padroncillo (1.587 metros) al este, y la Piedra del Cambrón (1.552 metros) al oeste. Hacia el sur, el terreno es más suave, constituyendo la cabecera del río Guadalimar, el cual se forma por la unión del Arroyo del Tejo y el de la Vaqueriza; a partir de aquí, el Guadalimar fluye hacia el suroeste hasta entrar en la provincia de Jaén, tras recibir los arroyos de Carrascosa por la margen derecha, y de Cotillas y Arroyo Frío por la izquierda.
En el siglo XVIII, la nueva división administrativa de España hace que Villaverde de Guadalimar pase a formar parte de la provincia de La Mancha hasta 1833, en que se incorpora a la provincia de Albacete, dentro del Partido Judicial de Alcaraz. El 31 de agosto de 1907, a pocos kilómetros de Villaverde en dirección Riópar, en un paraje montañoso de olivares, se produce la captura y muerte del bandolero andaluz Francisco Ríos, El Pernales, y de su compañero El Niño del Arahal a manos de la Guardia Civil, cuando huían a Valencia para embarcar hacia América. A partir de entonces, nació la leyenda mitificada que ha llegado a nuestros días, del bandolero que robaba dinero a los ricos para entregárselo a los pobres.
El Bellotar es una pequeña aldea de la provincia de Albacete, situada entre los pueblos de Bienservida y Villaverde de Guadalimar, en plena Sierra de Alcaraz donde arrancamos esta ruta al cerro del Cambrón, también conocida como la Peña del Cambrón. Perteneciente al término municipal de Siles, último pueblo de la zona este de Andalucía, la Piedra del Cambrón es una cumbre situada a 1552 metros de altura que hace de frontera natural entre las provincias de Jaén y Albacete, en su cima tiene instaladas dos casetas de vigilancia forestales, una de cada provincia.
Salimos de la aldea de El Bellotar y bajamos por la carretera en dirección a Villaverde. En un corto tramo nos desviamos a la derecha, cruzamos el arroyo de Las Vaquerizas, y empezamos a subir por senda que a veces parece que hay varias, pero confluyen todas en el mismo sitio, de vez en cuando miramos hacia los alrededores y veremos el pico de la Sarga-Padrón, Almenaras, Padroncillo, etc, todos ellos cimas emblemáticas de la sierra albaceteña. Alcanzamos la zona alta del pinar y llegamos a una pista, la Vereda de Villarrodrigo, donde en una pequeña explanada se encuentra una balsa de incendios, y mas a la derecha la fuente de Carrascosa, con una fresquísima agua. A la izquierda de esta fuente, subimos por la senda y en unos 10 minutos, llegamos a una explanada con unas vistas de la Piedra del Cambrón ( esta peña es una mole pétrea cuyas paredes se levantan casi verticales en todo su perímetro sobre un mar de pinos) y del valle que vamos dejando atrás, espectaculares. A partir de aquí iremos siguiendo los hitos de piedras muy visibles y nos internaremos siguiendo una estrecha senda que asciende suavemente en medio de un cerrado bosque de pino negral con abundantes encinas y algunos quejigos, desde el que se disfruta de vistas impresionantes el pinar paralelos a los paredones de la piedra, una preciosa senda que no dejaremos hasta alcanzar la pista que nos llevará a la subida del calar.
Una vez en la pista, seguimos a la derecha, con unas grandes paredes de piedra a nuestra izquierda, la pista se acaba y sigue una senda entre la pedrería que nos introduce en el portillo hacia el calar, se una corta subida preciosa y al llegar arriba, giramos a la izquierda y recorremos sin prisas junto a los cortados toda la planicie, imponente plataforma de piedra del calar, típico paisaje kárstico de lapiaz con algunas dolinas, rocas blancas, puntiagudas, asomando sobre el terreno en el que sólo se atreven a crecer escasos pinos negrales aislados (fenómeno curioso, porque en estos ambientes siempre hay otra especie de pino, el laricio), contemplando las maravillosas vista que nos ofrece hasta que llegamos a la caseta forestal de Jaén donde se encuentra el vértice geodésico (1552 m.). Desde aquí, seguimos recorriendo el contorno y nos dirigimos hacia la caseta forestal de Albacete (hay mojones en la planicie que marcan la raya entre Andalucía y Castilla-La Mancha), con preciosas vistas, también, y bajamos siguiendo los hitos y la senda de nuevo a la zona de subida, desandando el camino. Antes de bajar por el portillo de subida, seguimos la senda bien marcada que nos lleva a la caseta de Jaén para visitar, antes de dejar el calar, un antiguo refugio de pastor y una sima, para desde allí iniciar el descenso.
Siguiendo por la pista llegaremos al Collado de Piedra y continuamos por la pista en descenso, pasamos por el Collado de las Lagunillas y la pista que va hasta Onsares y el Área Recreativa de la Dehesa del Oso. Muy pronto abandonamos la pista y nos desviamos, campo a través, sin senda, para enlazar con un buen camino que luego se convierte en preciosa senda hasta llegar a la cortijada abandonada de Cortijo de Pollo Plumar (que no llegamos a visitar); nosotros nos despistamos en el Cortijo de las Lagunillas y no tomamos el camino correcto, (motivo por el que califico la ruta de difícil), nos metimos por una senda, pegada al barranco, con árboles caídos que cortaban el paso, luchando contra la espesa vegetación hasta que salimos a la pista, muy cerca de la aldea del Pollo de Abajo y ya desde ahí, llegar al pueblo de El Bellotar, donde damos por finalizada esta preciosa ruta.
Nota: Advertimos que casi al final de la ruta, al perder la senda buena, la trocha que seguimos es difícil de andar, si no queremos arriesgarnos es preferible dar marcha atrás y volver por la pista que abandonamos hasta el Bellotar. También quisiera advertir de que en ese tramo de bajada la inclinación de la ladera es importante, notable en algunos tramos, hasta el punto de que hay que bajarlo prácticamente sentado o agarrándose a las ramas del matorral existente; el terreno está muy suelto y, por si fuera poco, hay muchos árboles caídos y ramas en el suelo que dificultan aún más el descenso, incluso zarzas, cerca del final que hay que evitar y salvar... Queda a la responsabilidad de cada uno elegir este tramo de la ruta para volver. Quien no lo tenga claro, será mejor que practique la bajada por la pista. A nosotros nos gustan estos pequeños retos y no nos importa hacerlos. Tal vez así se evite algún que otro percance.
Y recuerda:”A veces nos perdemos pero siempre llegamos”.
Villaverde de Guadalimar (antiguamente hasta 1916 Villaverde ) es un municipio español situado al sureste de la península ibérica, en la provincia de Albacete, dentro de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha. Está ubicado en la comarca de la Sierra de Alcaraz. Está formado por la localidad homónima (cabecera municipal) y las pedanías de El Bellotar, Campillo, La Resinera, Venta del Tabaquero, Carrascosa y Venta de Mendoza. Parte de su término se integra en el Parque natural de los Calares del Río Mundo y de la Sima. Su extensión es de 69,08 km² y en 2020, según datos del INE, tenía una población de 325 habitantes.
Junto a las localidades de Villapalacios, Bienservida, Riópar y Cotillas, forma parte del Señorío de las Cinco Villas, subcomarca histórica dentro de la misma sierra de Alcaraz. El terreno que ocupa el municipio es montañoso, donde destacan el macizo del Padrón (Pico de La Sarga, 1.769 metros) al norte, el Padroncillo (1.587 metros) al este, y la Piedra del Cambrón (1.552 metros) al oeste. Hacia el sur, el terreno es más suave, constituyendo la cabecera del río Guadalimar, el cual se forma por la unión del Arroyo del Tejo y el de la Vaqueriza; a partir de aquí, el Guadalimar fluye hacia el suroeste hasta entrar en la provincia de Jaén, tras recibir los arroyos de Carrascosa por la margen derecha, y de Cotillas y Arroyo Frío por la izquierda.
En el siglo XVIII, la nueva división administrativa de España hace que Villaverde de Guadalimar pase a formar parte de la provincia de La Mancha hasta 1833, en que se incorpora a la provincia de Albacete, dentro del Partido Judicial de Alcaraz. El 31 de agosto de 1907, a pocos kilómetros de Villaverde en dirección Riópar, en un paraje montañoso de olivares, se produce la captura y muerte del bandolero andaluz Francisco Ríos, El Pernales, y de su compañero El Niño del Arahal a manos de la Guardia Civil, cuando huían a Valencia para embarcar hacia América. A partir de entonces, nació la leyenda mitificada que ha llegado a nuestros días, del bandolero que robaba dinero a los ricos para entregárselo a los pobres.
El Bellotar es una pequeña aldea de la provincia de Albacete, situada entre los pueblos de Bienservida y Villaverde de Guadalimar, en plena Sierra de Alcaraz donde arrancamos esta ruta al cerro del Cambrón, también conocida como la Peña del Cambrón. Perteneciente al término municipal de Siles, último pueblo de la zona este de Andalucía, la Piedra del Cambrón es una cumbre situada a 1552 metros de altura que hace de frontera natural entre las provincias de Jaén y Albacete, en su cima tiene instaladas dos casetas de vigilancia forestales, una de cada provincia.
Salimos de la aldea de El Bellotar y bajamos por la carretera en dirección a Villaverde. En un corto tramo nos desviamos a la derecha, cruzamos el arroyo de Las Vaquerizas, y empezamos a subir por senda que a veces parece que hay varias, pero confluyen todas en el mismo sitio, de vez en cuando miramos hacia los alrededores y veremos el pico de la Sarga-Padrón, Almenaras, Padroncillo, etc, todos ellos cimas emblemáticas de la sierra albaceteña. Alcanzamos la zona alta del pinar y llegamos a una pista, la Vereda de Villarrodrigo, donde en una pequeña explanada se encuentra una balsa de incendios, y mas a la derecha la fuente de Carrascosa, con una fresquísima agua. A la izquierda de esta fuente, subimos por la senda y en unos 10 minutos, llegamos a una explanada con unas vistas de la Piedra del Cambrón ( esta peña es una mole pétrea cuyas paredes se levantan casi verticales en todo su perímetro sobre un mar de pinos) y del valle que vamos dejando atrás, espectaculares. A partir de aquí iremos siguiendo los hitos de piedras muy visibles y nos internaremos siguiendo una estrecha senda que asciende suavemente en medio de un cerrado bosque de pino negral con abundantes encinas y algunos quejigos, desde el que se disfruta de vistas impresionantes el pinar paralelos a los paredones de la piedra, una preciosa senda que no dejaremos hasta alcanzar la pista que nos llevará a la subida del calar.
Una vez en la pista, seguimos a la derecha, con unas grandes paredes de piedra a nuestra izquierda, la pista se acaba y sigue una senda entre la pedrería que nos introduce en el portillo hacia el calar, se una corta subida preciosa y al llegar arriba, giramos a la izquierda y recorremos sin prisas junto a los cortados toda la planicie, imponente plataforma de piedra del calar, típico paisaje kárstico de lapiaz con algunas dolinas, rocas blancas, puntiagudas, asomando sobre el terreno en el que sólo se atreven a crecer escasos pinos negrales aislados (fenómeno curioso, porque en estos ambientes siempre hay otra especie de pino, el laricio), contemplando las maravillosas vista que nos ofrece hasta que llegamos a la caseta forestal de Jaén donde se encuentra el vértice geodésico (1552 m.). Desde aquí, seguimos recorriendo el contorno y nos dirigimos hacia la caseta forestal de Albacete (hay mojones en la planicie que marcan la raya entre Andalucía y Castilla-La Mancha), con preciosas vistas, también, y bajamos siguiendo los hitos y la senda de nuevo a la zona de subida, desandando el camino. Antes de bajar por el portillo de subida, seguimos la senda bien marcada que nos lleva a la caseta de Jaén para visitar, antes de dejar el calar, un antiguo refugio de pastor y una sima, para desde allí iniciar el descenso.
Siguiendo por la pista llegaremos al Collado de Piedra y continuamos por la pista en descenso, pasamos por el Collado de las Lagunillas y la pista que va hasta Onsares y el Área Recreativa de la Dehesa del Oso. Muy pronto abandonamos la pista y nos desviamos, campo a través, sin senda, para enlazar con un buen camino que luego se convierte en preciosa senda hasta llegar a la cortijada abandonada de Cortijo de Pollo Plumar (que no llegamos a visitar); nosotros nos despistamos en el Cortijo de las Lagunillas y no tomamos el camino correcto, (motivo por el que califico la ruta de difícil), nos metimos por una senda, pegada al barranco, con árboles caídos que cortaban el paso, luchando contra la espesa vegetación hasta que salimos a la pista, muy cerca de la aldea del Pollo de Abajo y ya desde ahí, llegar al pueblo de El Bellotar, donde damos por finalizada esta preciosa ruta.
Nota: Advertimos que casi al final de la ruta, al perder la senda buena, la trocha que seguimos es difícil de andar, si no queremos arriesgarnos es preferible dar marcha atrás y volver por la pista que abandonamos hasta el Bellotar. También quisiera advertir de que en ese tramo de bajada la inclinación de la ladera es importante, notable en algunos tramos, hasta el punto de que hay que bajarlo prácticamente sentado o agarrándose a las ramas del matorral existente; el terreno está muy suelto y, por si fuera poco, hay muchos árboles caídos y ramas en el suelo que dificultan aún más el descenso, incluso zarzas, cerca del final que hay que evitar y salvar... Queda a la responsabilidad de cada uno elegir este tramo de la ruta para volver. Quien no lo tenga claro, será mejor que practique la bajada por la pista. A nosotros nos gustan estos pequeños retos y no nos importa hacerlos. Tal vez así se evite algún que otro percance.
Y recuerda:”A veces nos perdemos pero siempre llegamos”.
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