EL CABLE (1.853)-PEÑA VIEJA (2.614) (Cantabria) (Urrieles-Parque Nacional de Picos de Europa)

EL CABLE (1.853)-PEÑA VIEJA (2.614) (Cantabria) (Urrieles-Parque Nacional de Picos de Europa)

DATOS TÉCNICOS:

RECORRIDO: 10,8 K. (Ida y Vuelta)
ALTURA MÁXIMA: 2.614 m.
ALTURA MÍNIMA: 1.853 m.
ASCENSO TOTAL: 770 m.
TIEMPO EN MOVIMIENTO: 3,47 h.
FECHA DE REALIZACIÓN: Octubre de 2016.

El MIRADOR DEL CABLE (1.853) es final de trayecto del Teleférico de FUENTE DÉ (1.126), que salva un desnivel de 753 m., con una longitud de cable de 1.840, trayecto que se realiza en poco más de tres minutos y medio. A la base del mismo se accede desde POTES (Cantabria). La subida permite apreciar la vasta panorámica del circo en el que se ubica la citada población, enclaustrada entre paredes verticales y montañas de suaves ondulaciones cubiertas de hayedos.

Por su parte, PEÑA VIEJA (2.614), techo de Cantabria –atributo en litigio con Torre Blanca (2.609)-, es una cumbre señera ubicada en el extremo este de los URRIELES o Macizo Central, que junto al Cornión (M. Occidental) y Ándara (M. Oriental) integran los Picos de Europa, marcando sus límites los profundos valles excavados por los ríos Cares al poniente y Duje al este. Se trata de una de las catorce cotas de Picos, todas ellas situadas en ese Macizo, que superan los 2.600 metros. Es la mayor y más alta masa rocosa individual de los Urrieles, único murallón calcáreo gigantesco totalmente aislado, pues las demás cimas emergen separadas por collados colindantes o apiñadas en racimo, caso del núcleo LLambrión (2.642).

Desde el mismo punto de partida sorprende el escenario de alineadas y desafiantes cadenas montañosas a nuestra izquierda y de frente. Destacamos de oeste a norte los picos más relevantes, algunos visibles en la lejanía: PEÑA REMOÑA (2.247), TORRE DE SALINAS (2.446), LA PADIERNA (2.319), P. SAN CARLOS (2.390), TORRE DE ALTAIZ (2.335), P. TESORERO (2.570), TORRE DE LOS HORCADOS ROJOS (2.507), PICOS DE SANTA ANA (2.599), TORRE DE LAS COTERAS ROJAS (2.493) y PEÑA OLVIDADA (2.406).

Hacia esta última nos dirigimos, tomando una pista rumbo norte, que al cabo de 15 minutos nos deja a los pies de la misma, en la HORCADINA DE COVARROBRES (1.933). Es ésta una encrucijada de caminos, de frente la ruta principal, PR-PNPE- 24, hasta el REFUGIO y PUERTOS DE ÁLIVA (1.670), para descender posteriormente a ESPINAMA (875). Nosotros giramos a la izquierda, continuando por el PR-PNPE-23 hacia el Cdo. de Horcados Rojos (2.344), senda que llanea por la base suroccidental de Peña Olvidada (2.406), con los HOYOS DE LLOROZA (1.815) y tres lagos pequeños al mediodía, donde pastaban libremente rebecos sin inmutarse ante nuestra presencia.

Poco después llegaremos a la VUELTONA (1.915), porque la pista hace un revuelta de 180º, de ahí el nombre, en dirección a las Minas de Altaiz (2.112) y LLoroza (2.099), ya abandonadas. Nosotros continuaremos de frente a través de un sendero irregular en subida, que nos introduce en el HOYO SIN TIERRA (1.901), inmensa cavidad sin vegetación, cubierta de rocas y peñascales, paisaje lunar de aspecto hostil. Los jous son formaciones geológicas, características de los Picos de Europa, “dolinas”, cavernas, cuyo techo se hundió en su día, creando esas caóticas depresiones.

El sendero, muy marcado, sigue en ascenso, a los pies ahora de la impresionante muralla con tonos rojizos, farallones en la base de la cara sur de PEÑA VIEJA (2.614). Tras ir sorteando los obstáculos propios del hoyo, pedreras que se desprenden de los picos, y graveras –que no escombreras- productos de la erosión, alcanzamos un paso (2.245), final del jou, donde una desviación a la derecha, marcada en la roca, señala el camino hacia el CDO. DE LA CANALONA (2.451).

Se trata de un tramo de unos 750 metros con fuerte pendiente, donde habremos de superar 200 de desnivel por un terreno resbaladizo e inestable, subiendo con mucha precaución por sendero transitado, a través de graveras, piedra suelta y varios entramados de fábrica que facilitan el paso. Por el sur aparecen, antes ocultas, al oeste del Pico San Carlos (2.390), las cumbres de TORRE DEL HOYO OSCURO (2.429), MADEJUNO (2.509), TIRO LLAGO (2.561) y TORRE BLANCA (2.609).

A medida que ascendemos vamos viendo el muro de la CANALONA (2.451), con la estilizada aguja homónima (2.529), escoltada a la izquierda por los picos de SANTA ANA (2.599), seguidos de la AGUJA DE BUSTAMANTE (2.504) y TORRE DE LOS HORCADOS ROJOS (2.507), más los murallones de TORRE DE LAS COTERAS ROJAS (2.493) a la derecha. Entramos en un espacio estrecho, rodeados de polícromas paredes, donde la pindia vereda, en un último giro a la izquierda sorteando la roca, nos deja en lo alto del collado.

Se abre el horizonte. Dirigiendo la mirada hacia el este y contemplando la inmensa mole altiva de Peña Vieja, emergiendo sobre un vasto jou apenas a un kilómetro de distancia, nuestra primera impresión fue de asombro e incredulidad. Cómo podríamos afrontar tan descomunal pendiente con desnivel de 180 metros en menos de medio kilómetro desde la base. La misma perplejidad debió suscitar en el guía de la primera expedición a la peña en 1890, cuando éste, considerándola inaccesible, afirmó que era una locura seguir.

Sin embargo el paso continuado de montañeros a lo largo del tiempo ha ido marcando el sendero, perfectamente visible, por las estribaciones septentrionales de Coteras Rojas (2.493) hasta los pies de la peña. Hacia allí nos dirigimos prácticamente llaneando, dejando a nuestras espaldas Santa Ana, picos a los que siguen de fondo, en arco de sur a norte, TIRO NAVARRO (2.602), LA MORRA (2.554), URRIELLU (2.519), las agujas aledañas y PEÑA CASTIL (2.444). Al noreste de Peña Vieja, el Macizo Oriental.

Antes de iniciar la subida tendremos ocasión de asomarnos al abismo por el que habíamos transitado a poco de comenzar la ruta, divisando a través de estrechos espacios, abiertos entre verticales farallones, Peña Olvidada, los Hoyos de LLoroza, la Vueltona, el Hoyo Sin Tierra… con el horizonte de picos ya mencionados que les sirven de fondo.

El sendero, al comienzo por gravera, nos conduce hasta el corazón de la cara oeste de Peña Vieja. A partir de aquí sugerimos seguir con calma el track, que afronta la subida por vereda central en zigzag, tomando como referencia una roca puntiaguda en medio de la ladera, a través de terreno pedregoso y peñascos, hasta alcanzar la cima señalada con buzón de cumbre. Una variante a la izquierda exigiría remontar trepando hasta la cumbrera norte de la peña, tras la cual la vista se recrea, por contraste, con la ancha planicie, 1.000 metros más abajo hacia el este, del REFUGIO DE ÁLIVA (1.670), hotel con capacidad para 75 personas.

Sería prolijo mencionar todas las cumbres que se ubican al poniente, la mayoría de los Urrieles. Mencionando las más conocidas, en un primer plano, el ramillete de picos ya citados desde Santa Ana hasta Peña Castil, pasando por el Urriellu. Segundo plano, TESORERO (2.570), PÁRDIDA (2.596 y NEVERÓN DEL URRIELLU (2.559). Tercer plano, TORRE DEL FRIERO (2.445), LLAMBRIÓN (2.642) y TORRECERREDO (2.650), techo de Asturias y del Parque Nacional. Cuarto plano en el horizonte más lejano, EL CORNIÓN (Macizo Occidental) con PEÑA SANTA DE CASTILLA (2.596) destacada.

Hemos calificado la ruta de difícil por el esfuerzo a realizar en la subida a la Canalona y a Peña Vieja y por lo escabroso de ese terreno, obligando a extremar las precauciones. No es por tanto un recorrido para principiantes. Especial peligro se corre en invierno por esos tramos ante la frecuencia de aludes. Pero la cima desprende un enorme atractivo para senderistas y montañeros que gustan del embrujo de los Picos, con sus singulares características geológicas. Pocas veces tendremos la ocasión de contemplar tantos colosos, cumbres salvajes y solemnes, que superan con mucho los dos mil metros, enhiestas agujas y jous desconcertantes, productos del devenir caprichoso y errático de la naturaleza.

Fascinante itinerario en cuyo ascenso cambiantes y sugestivos primeros planos conforman deslumbrantes cuadros, donde las diferentes cumbres se enseñorean del fondo, presentando en sucesivas tomas multiformes enfoques de aristas, claroscuros, tonalidades cromáticas… Hermosas composiciones de esbeltas agujas con poderío y hechizo cautivador.

Todo el recorrido es un cúmulo de sensaciones placenteras: majadas, canales, valles alpinos, inmensos y variopintos hoyos, verticales farallones… Y es que desde cotas por encima de los 2.600, en el enclave de Picos, nunca se agota la capacidad de admiración y asombro. Exóticos, desérticos, soberbios y bellísimos parajes kársticos, cuyas imágenes perviven en nosotros, porque “la belleza –escribía el poeta- siempre subsiste en el recuerdo”. ¡Picos de Europa en estado puro!