El camino de los Vetones (De la Hija de Dios a Sotalvo). Sierra de la Paramera

Esta excursión es la travesía de una sierra que siempre está de paso hacía el circo de Gredos y nunca nos detenemos en ella, se trata de la sierra de la Paramera, una de las tres sierras que forman una cadena paralela al cordal principal del sistema Central al norte del macizo principal de Gredos. Esta
sierra tiene cumbres emblemáticas como el risco del Sol o la peña Zapatero, cumbre mas alta con 2158 metros, que domina el paisaje y es muy protagonista de nuestra excursión. Los arqueólogos creen que era una cumbre sagrada para los vetones que habitaban esta comarca y que resistieron a los ejércitos
romanos en los primeros siglos de nuestra era, de hecho, nuestra excursión pasa bajo las murallas naturales que protegían el castro de Ulaca en su vertiente norte, hacía el valle del Picuezo. Pasamos
también cerca de Navasangil, poblado visigodo que encaramado en un altozano dominaba la comarca, cerca del cual se puede distinguir la peña de los responsos donde algunos todavía dejan una piedra en su parte superior en señal de respeto. El terreno por el que discurre el sendero es granítico, con formaciones muy curiosas que nos recuerdan animales y perfiles que, al destacar sobre las cresterías, se recortan en el cielo entreteniéndonos a nuestro paso.
Comenzamos en la Hija de Dios (1200 mts), curioso nombre de población donde lo haya y que debe su nombre a un propietario de un hostal que se apellidaba Dios. Cuando murió, le dejó la posada a su hija y de tanto hablar de “la posada de la hija de Dios”, el pueblo acabó llamándose así. Ascendemos por la garganta de los Picos por un paisaje de gredas y berrocales muy espectacular hasta el collado y majada de la Becedilla (1600 mts). Desde aquí un poco mas arriba encontramos la majada de las Flores, otro topónimo hermoso que además nos muestra un entorno de pastos de altura con números riscos de punta que destacan en el paisaje como si de un ajedrez de los dioses se tratara. A la izquierda podemos ver el castro visigodo de Navasangil y la izquierda la pequeña sierra de los Baldíos.
Comenzamos el descenso dejando nuestra derecha el apuntado cerro del Picuezo que da nombre al valle, en lo alto del cerro del Castillo frente a nosotros podemos distinguir las defensas del viejo castro vetón de Ulaca, un lugar épico de nuestra historia antigua. Altas paredes de granito, diría que casi tan altas como el Yelmo de la Pedriza, flanquean el valle. A nuestra derecha se percibe, en lo alto, precipitarse la chorrera del Búho, que trae las aguas del pico Zapatero. La garganta da paso a los campos, prados y cultivos que anuncian la meseta castellana. Por sus llanos llegamos a Sotalvo, fin de la ruta.