El Camino de Santiago. Camino Francés, etapa 26ª/30: Samos - Ferreiros.

Los primeros kilómetros de la ruta de hoy siguen con la misma tónica de los últimos de ayer, en las riberas del río Sarria surgen unos bosques mágicos de robles (carballeiras) y de castaños (castiñeiras) que harán las delicias de cualquier amante de la naturaleza y servirán de inspiración a cualquier persona con la mente fantasiosa. Pasamos después a otros kilómetros más anodinos hasta llegar al pueblo de Sarria, donde a parte de los miles de bares y albergues orientados al Camino, destacan varias iglesias y principalmente el Convento de la Magdalena. Es una pena que el monumento al peregrino estuviese escondido por obras, ya que estaba muy interesado en ver la escultura que salió del laboratorio de formas de Sargadelos y de la que tengo la reproducción numerada 224/500.

Paramos a tomar unas cervezas frente al Ayuntamiento charlando con unas peregrinas con las que habíamos empezado el Saint Jean. No comimos nada ya que las tapas no tenían muy buena pinta pensábamos almorzar en poco más de una hora. Durante todo el trayecto vamos cruzando múltiples parroquias, que se multiplican aún más pasado Sarria, pero pese a todo no encontramos ningún sitio abierto donde comer y tuvimos la única experiencia negativa en todo el Camino, que omitiré. Ya estamos en la segunda mitad de octubre y muchos negocios dan por terminada la temporada, así que casi todos los albergues y bares están cerrados y eso pese a que estamos en los alrededores de Sarria, punto donde la mayor parte de la gente empieza el Camino. Como pasamos Sarria después del mediodía, todavía no nos encontramos con muchos peregrinos; otra cosa será a partir de mañana.

En esta segunda parte de la jornada cruzamos nuevos bosques con imponentes ejemplares que nos dejan una magnífica impresión. Y así llegamos a Ferreiros donde, tras una ducha y descansar un rato, asistimos a una impresionante puesta de sol y tomamos una buena cena para compensar el ayuno del día.