El Camino de Santiago. Camino Olvidado, etapa 4/15: Boñar - Vegacervera.

Esperaba esta etapa con gran ilusión al ser la primera de verdadera montaña de este Camino. Empecé a andar un poco antes de lo habitual, pues sabía que le iba a dedicar mucho tiempo (han sido 250 fotografías) y además quería evitar en lo posible el calor (algo que no conseguí).

Los diez primeros kilómetros combinan carriles de tierra y algo de asfalto, salimos de Boñar por el barrio de las Ollas, donde vamos a encontrar varias fuentes y comenzamos un leve ascenso que me deja las primeras luces del amanecer. Sigo caminando y cuando tomo el desvío a la carretera de Valdepiélago, ya tengo a la vista las inconfundibles imágenes de las Peñas Galicia y Valdorria. Dejo atrás la intersección con a ruta 13A y tomo la dirección a Ranedo, Valdepiélago y finalmente la Mata de la Bérdula. En el trayecto encuentro varias fuentes pero ningún bar, excepto en la Mata, aunque este abre a las 11.

Tras un corto receso inicio el ascenso hasta el puerto de la Collada por un sendero que me recuerda mucho al de las Forcadas de San Antonio en la cercana Buiza. El sendero va discurriendo entre robles con tramos de bastante dureza y cuando la vegetaciónlo permite, con vistas al valle del Cureño. La panorámica en el puerto de la Collada es impactante: por un lado el valle y en frente las Peñas Morquera y San Froilán que aprisionan el arroyo Valdecesar en un abrupto barranco, la mole de peña Valdorria en cuya ladera se acurruca la aldea del mismo nombre; tras un momento de ensimismamiento no queda más remedio que despertar y seguir con la ruta.

Toca un limpio sendero que bordea la loma que nos tapaba la peña Galicia y pronto aparece frente a nosotros esa gran mole con dos morrones. Nos introducimos en un espeso robledal en el que encontramos varias indicaciones hacia una cascada y un bosque encantado, mientras nos vamos dando cuenta que estamos caminando por una senda importante, pues de vez en cuando pasamos por varios tramos adoquinados, y es que estamos en una calzada romana que atravesaba la cordillera Cantábrica. Tras un giro de 180° para bordear una loma, cambiamos de dirección y encaramos una considerable pendiente, que nos lleva a la ladera de peña Pinguera, un barranco cuya pared opuesta la forma el cordal de peña Galicia. Por esa ladera de espesa vegetación llegamos a un collado cubierto de praderías donde pastan numerosas vacas; alli alcanzaremos la mayor altura de la etapa.

Inicialmente el descenso es muy suave y va buscando la cueva del Gorbio, en cuyas cercanías hay una fuente y un prado donde pasta un enorme grupo de ovejas. El caso es que estas están guardadas por cuatro enormes mastines que cumplen escrupulosamente con su labor de vigilancia; así cuando me acercaba estaban hostigando a una vaca para que no se acercase a la fuente, visto lo cual di un amplio rodeo que no evitó que vinieran a presentarme sus respetos de forma persistente, aunque sin mayores inconvenientes. Un poco más adelante la pendiente se acentúa y entra en nuestro campo visual la imponente mole del pico Polvoredo, que ya nos acompaña hasta Correcillas.

En esta aldea me detengo un buen rato a descansar sentado en un banco a la sombra y frente a una fuente. Y aquí empieza lo duro de la etapa, más de 6 kilómetros de asfalto a 30°; la verdad es que se me hizo interminable. Al llegar a Villalfeide tuve la suerte de que el dueño del bar estuviese dentro, me permitiera entrar a sentarme un rato y tomar unas cervezas. Estuvimos hablando largo rato sobre un tema del que después haré otro post. El track que llevaba continuaba hasta Vegacervera por la carretera y él me comentó que había otra senda que después vi que estaba señalada con marcas del Camino Olvidado.

Me hospedé en el albergue el Chaltén (12 eur.) y he de avisar que el bar, el restaurante y el camping del pueblo están cerrados. Menos mal que había metido en la mochila algunos liofilizados y pude hervir agua en el microondas del albergue para cenar algo.