El Camino de Santiago. Camino Olvidado, etapa 5/15: Vegacervera - La Pola de Gordón.

Un nuevo amanecer en la carretera, esta vez me llegó en Coldilla, justo cuando abandonaba el asfalto y comenzaba la primera subida de la etapa, que casi ininterrumpidamente nos lleva hasta Villar del Puerto. El Camino es coincidente en buena parte con la ruta de Valporquero a Valle y Coladilla y mientras tanto discurre por un interesante robledal con mucho sube-baja. He de avisar que frente a la aldea de Valle de Vegacervera hay que superar varias veces un cable electrificado que no se abre, así que hay que arreglárselas para saltarlo o arrastrarse.

Pasado Villar del Puerto llegamos a la Sierra del Sadornal y aquí se encuentran las "foces" del Villar, a las que se accede por un empinadísimo sendero que, si bien no guarda mucha dificultad al estar muy escalonado, habría que extremar las precauciones en caso de estar la roca mojada, ya que esta está muy pulida y parece bastante resbaladiza. Al llegar al lecho del rio encontraremos el puente Palos, que ahora está totalmente remozado y complementado con unas pasarelas que facilitan el tránsito. Pasadas las angostura encontramos una nueva pasarela que nos conduce al "faedo" de Ciñera, un lugar absolutamente mágico donde reina el haya de Ciñera "Fagus", a la que se le calculan 500 años.
Me cuesta un mundo abandonar este recóndito hayedo, pero hay que proseguir la ruta hasta Ciñera, donde me detengo tomar unas cervezas y hacer unas compras.

Se sale de Ciñera entre cerros, por un lado el Peñón y por otro las peñas Rabera y Blanca. En la ladera de estas dos últimas crece otro tupido hayedo en el que no puedo evitar volver a sumergirme por un rato. La senda sube divertida y casi llegando a la collada La Vid se empina todavía mas, exigiéndonos echar los restos. El puerto da paso a un fértil valle en cuyo fondo aparece Buiza y la senda se vuelve más caprichosa y difícil de seguir, aunque no hay pérdida pues siempre tenemos referencias a la vista y así pronto llegamos a Buiza, la aldea de las mil fuentes.

En Buiza busco el Teleclub por si estuviese abierto, pero es en vano, toca seguir camino y echar mano de lo que llevamos en la mochila. Todo lo que resta hasta Pola es asfalto; saludo al lobo que vigila el valle y me paro a comer un bocadillo en la ermita de Nuestra Señora del Valle. Me hospedó en el Hostal Fontañan (40 eur. desayuno incluído) y les encargo una buena cena para olvidar los dos últimos días en base a liofilizados y embutidos.