El Cardo y la Carihuela

Ruta rodeando la Valle, primero yendo por Las Barracas siguiendo la PR-29 y volviendo por los corrales de la umbría del Chaparroso.
Salimos desde el Collado del Buey junto a la recién restaurada ermita de San Miguel, recorremos el valle de las Barracas, cruzando los barrancos que bajan desde el Monegro con agua pese a la falta de precipitaciones.
Tras cruzar el barranco Hondo viene una buena cuesta para llegar a la Cruz de las Barracas, donde dejamos el PR-29 y vamos a la derecha para cruzar la Loma de las Barracas hasta la Masía del Cardo. Del Mas de las Barracas seguimos una callejuela de muros de piedra hasta el gran recinto de prados que hay en el Cardo. Bajamos paralelos al muro, hasta que vemos el Mas y nos desviamos hacia el.
Esta construcción está sobre unas terrazas rodeadas de prados, con el valle donde se unen los barrancos Hondo y del Becerril, abajo.
Cogemos el camino que baja a la pista que va por el fondo del valle. Tras cruzar el barranco Hondo seguimos en dirección a la Valle, en una zona donde el camino circula junto al barranco del Becerril, con mucha sombra y humedad.
Dejamos este camino para tomar el que sube al corral de los Raimundos junto al Barranco de la Escarihuela. Poco después dejamos este camino por otro que nos subirá al primero de los corrales, en la zona de la Carihuela o Escarihuela, según el mapa consultado.
A partir de aqui seguimos una serie de terrazas teñidas de un azul intenso debido a la floración del lino (parecía pitufolandia) hasta llegar a un segundo corral colocado en la cabecera de un barranco.
Seguimos restos de antiguas sendas para llegar al último de los corrales, justo a los pies del Chaparroso. A partir de aquí continuamos por un antiguo camino muy herboso y por tanto difuminado, que lleva hasta el barranco de la Fuente del Carro, por donde baja hasta la Masia de la Torre.
Tras pasar un puente sobre el barranco del Becerril, seguimos por los prados hasta el camino de acceso a la Masia y al camino de la Valle.
Seguimos el camino hasta llegar nuevamente al Collado del Buey.
El recorrido estaba muy verde y con multitud de flores, pese a la falta de lluvias desde las grandes nevadas de este invierno. Se puede hacer en los dos sentidos.