EL DORNAJO - CAMPOS DE OTERO - BARRANCO DEL SAN JUAN - ALBERGUES - CAÑADILLAS - MONTE AHI DE CARA

Ruta altamente recomendable por la media montaña nevadense en la que recorremos algunos de los lugares de más solera y a su vez no muy frecuentados por montañeros cegados en exceso por las altas cumbres menospreciando los tesoros y enclaves espectaculares que esconde Sierra Nevada en sus agrestes laderas. La sucesión de impactantes rincones que regala esta ruta que discurre por antiquísimos senderos, conservados la mayoría de forma envidiable y que rasgan sabiamente lo abrupto del terreno, hacen de este recorrido una experiencia muy grata y sin duda de visita imprescindible para poder conocer las entrañas y la historia de Sierra Nevada.
Comenzamos la ruta en el Centro de Interpretación del Dornajo. Allí veremos un panel indicativo del sendero PR-A 19, Sendero Dornajo-Campos de Otero, que es el que seguiremos los primeros 8 km de nuestro recorrido. Comenzamos caminando por la carretera secundaria que se dirige descendiendo hacia Güejar Sierra en dirección este. Tras llevar 800 metros por asfalto tomamos una pista que nos sale a nuestra derecha en una curva muy cerrada a izquierdas de la carretera. Seguimos esta pista dirección sureste. Las vistas en todo este primer trayecto sobre Güejar-Sierra, el embalse de Canales, el Barranco que forma el Río Genil, el del Maitena, el Calar de Güejar, toda la Sierra de Huetor y Sierra Arana, el Miguelejos y toda la Loma de los Cuartos son espectaculares. Tras llevar caminando algo más de 1 km por esta pista nos aparece un sendero que encara una fuerte pendiente en dirección sur y que nos hace ganar rápidamente altura hasta llegar a una pista que tomamos a nuestra izquierda y que desciende un poco para cruzar el Barranco de los Tejos y prosigue durante unos 3’5 km pasando por el Barranco de las Animas para finalizar en la impresionante Peña del Perro, dominando sobre el Barranco del Rinconcillo, divisando un panorama idílico con la unión del Barranco del Rinconcillo con el de San Juan y este a su vez desembocando en el formado por el Genil. Todo ello con la solera que le aporta las vetustas construcciones de piedra seca semiderruidas que circundan la peña. Desde aquí tomamos un sendero con un precioso recorrido aéreo que salva el barranco del Rinconcillo y afronta una fuerte subida hasta llegar a la Peña de San Juan, otro emblemático rincón que nos brinda unas sobrecogedoras vistas sobre el barranco del mismo nombre y el Puntal de las Cazoletas. Desde aquí afrontamos ya el último repecho antes de llegar a uno de los lugares con más historia de Sierra Nevada, al Albergue de San Francisco, situado en los Campos de Otero.
Este albergue fue construido en 1920 por la Sociedad Sierra Nevada, grupo de montañeros aficionados a la montaña y al esquí conocidos como los “Diez Amigos Limited”, cuando esto todavía era un deporte en el que había que ganarse con esfuerzo la posibilidad de descender una montaña. En estos inicios, obviamente no había estación de esquí que valga y los esquiadores se echaban al monte desde la estación de tranvía de Maitena hacia arriba para salvar un desnivel de casi 1000 metros antes de disfrutar de la nieve. Inicialmente era un albergue mucho más grande del que actualmente sólo queda una parte.
En este lugar, el de los Campos de Otero, es donde se inició la práctica del esquí (hasta hace muy poco han existido restos de los arrastres mecánicos de las pistas de la Hoya de la Mora, observándose aún las preparaciones del terreno) Lugar que cumplía con todos los requisitos: amplitud, buenas pendientes, resguardado del viento de la montaña y con una nieve, casi siempre en polvo, debido a su excelente orientación.
Los Campos de Otero fueron escenarios de las competiciones de las Semanas Deportivas Sierra Nevada en los años 30, suspendiéndose más adelante a consecuencia del estallido de la Guerra Civil Española. Aquí incluso llegaron a instalarse los primeros remontes mecánicos, y cUENTAN los más viejos montañeros que el día de su inauguración los motores, que instalaron malamente, funcionaron al revés y en vez de arrastrar hacia arriba lo hicieron al contrario.
Contemplamos la sencilla pero práctica Fuente Cune junto a este refugio y continuamos hacia el sureste por una preciosa senda en un recorrido que progresivamente se va a ir haciendo más aéreo y que nos va a introducir cada vez más de lleno en el Barranco de San Juan salvando de forma magistral los escarpes y lo abrupto del terreno que transitamos. Llegamos tras un pronunciado descenso al propio Arroyo del San Juan, que salvamos por un sencillo puente de madera. En frente de nosotros contemplamos dos importantes acequias, la Acequia de Haza Mesa y la Acequia de Hoyo Puente, con un más que atrayente trazado que dejamos para una futura ruta por estos lares.
Iniciamos un fuerte ascenso por el margen izquierdo del Arroyo del San Juan, que nos va alegrando con sus múltiples saltos y pozas este duro tramo de la ruta. Inmediatamente llegamos a una preciosa cascada que nos permite tomar aire mientras la contemplamos. Cruzamos el de nuevo el arroyo para salvar este salto por la derecha (en sentido del ascenso). Seguimos ascendiendo dirección sur arroyo arriba a través del barranco enclavado entre la Loma de San Juan hacia el este y los Peñones de San Francisco, la Piedra Resbaladiza y el Mojón del Trigo, con su antiguo observatorio astronómico como clara referencia hacia el oeste. El ascenso junto al arroyo lo finalizamos subiendo por el margen derecho al llegar a otra chorrera con la que nos despide el arroyo de San Juan. Tomamos un marcado sendero que en dirección noroeste nos pasa por debajo del Mojón del Trigo y nos permite contemplar desde el fantástico mirador natural que constituye la imponente Piedra Resbaladiza(menos mal que no hacía honor al nombre…) unas vistas impactantes sobre toda la Cabecera del San Juan con el Veleta presidiendo esta bella panorámica. Llegamos al Albergue Militar y posteriormente al Albergue Universitario, que nos permite una de las comodidades que tan pocas veces se nos presentan en nuestras habituales rutas, el poder comer caliente con tercios fresquitos en pleno verano y con una buena paliza ya a cuestas. Tras reponer fuerzas, ganamos un poco de altura tomando una pequeña pista que sale en dirección noroeste a la espaldas del Albergue Universitario y que nos da a un senderito bastante difuminado por momentos por el que progresamos por los Peñones de San Francisco, siempre por encima y en paralelo a la carretera hasta llegar al Collado del Diablo, desde donde sale una pista hacia el este que conduce al Albergue de San Francisco y que obviamos para continuar por la loma manteniendo dirección noroeste hasta llegar al Collado de las Sabinas. En todo este tramo tenemos unas fantásticas vistas de toda la cuerda de los tresmiles occidentales de Sierra Nevada, desde el Veleta hasta el Caballo, además de toda la estación de esquí y Pradollano. También nos aparecen las cumbre de la Alcazaba y del Mulhacén sobresaliendo por encima de los Tajos del Campanario y de la Loma de San Juan. Desde el collado iniciamos un corto ascenso al vértice geodésico del Cañadillas (2201m), con una curiosa sima al lado. Desde este punto iniciamos el descenso entre sabinas en dirección noroeste al Mirador del Monte Ahí de Cara (2103m), privilegiado mirador desde donde se divisa unas panorámicas superlativas: El Cañadillas y detrás todos los tresmiles occidentales, el Trevenque, los Alayos, el Cerro Huenes y el Barranco del Monachil, al fondo toda la Sierra de Tejeda y la Almijara, la vega Granadina, Güejar Sierra sobre el embalse de Canales y su Calar, la Sierra de Huetor y la de Arana… Una pasada.
Desde aquí tomamos dirección suroeste en un primer momento para después emprender rumbo noroeste siguiendo la Cañada Real del Camino de los Neveros, que era el utilizado para transportar la nieve desde el entorno del Veleta hasta la ciudad de Granada, y que es por la que bajamos desde arriba y que ahora descendemos por la Cuesta del Desmayo, y que nos lleva cómodamente hasta el Collado de las Víboras, donde tomamos el Sendero Sulayr (GR-240) en dirección este y que a través de la Pista de San Jerónimo, flanqueada por grandes chopos y atravesando el Barranco de las Víboras a través de un pinar de repoblación nos lleva hasta el Dornajo, punto inicial de la ruta y que pone fin a este espectacular recorrido.