El Fontañán

Una de las rutas más sencillas y prestosas a la hora de llegar a él, es la que comienza en el pueblo de Olleros de Alba, a mitad de camino entre el valle de La Robla y el valle Luniego de Otero de las Dueñas. Desde Olleros, en su última curva comienza el sendero de pequeño recorrido señalizado por la asociación Cuatrovalles, río arriba, internándose poco a poco en la montaña.

Al poco tiempo se llega a una área recreativa presidida por un bonito salto de agua. Después de este lugar ya nos adentramos en una de las etapas más singulares y preciosas del recorrido. Se trata de una serie de foces que a modo de puertas nos van conduciendo como por diferentes salas. En las alturas las peñas se tuercen en pliegues y constatamos su importancia geológica y paleontológica.

Toda esta sierra, que abarca desde Los Barrios de Gordón hasta La Magdalena, tiene su singularidad en estas formaciones que ahora atravesamos y que podemos ver mucho mejor en el cercano desfiladero de Los Calderones, en el término de Piedrasecha. Pero también se repite en Cabornera y en Geras. Es, como digo, un sierra llena de pasadizos y pequeñas foces que harán las delicias de los aficionados a la geología.

El paisaje se abre ahora y tras pasar una fuente, seguimos subiendo en terrenos de robles, encinas y escobas hasta llegar a la campona desde la cual podemos observar la cara oesta del Fontañán a nuestra derecha. Pero nosotros seguimos hacia la izquierda, sin perder el camino, para ascender al Collado Yeguas (1.526 metros) desde el cual se toma ya una buena vista de León y los montes de Omaña, entre otros, además de ver el valle que desciende hacia Santiago de las Viñas.

Seguimos el camino hasta llegas a las campas del pico Miezca, una bonita peña que mira hacia Los Barrios de Gordón y hacia la sierra del Bustillo/Amargones y que da lugar a un buen hayedo, el primero de la montaña por esta parte. En su cima encontramos también restos de trincheras de la guerra civil, pero no más espectaculares que las del Fontañán, al cual ya nos dirige la senda rápidamente.


Los terrenos que encontramos antes de la cima reflejan bien la diferencia entre su vertiente norte y sur. Puesto que la sur es prácticamente desierta y rocosa a excepción de matorrales, enebros y algún roble. Y la norte constituye un buen hayedo, fresco y húmedo, que desciende hacia La Pola de Gordón.

La doble cima ya está aquí. Y es conveniente visitar las dos cimas puesto que ambas ofrecen una buena variedad de paisajes. Eso sí, las dos cuentan con ese elemento histórico que habíamos comentado: Los nidos de ametralladoras del bando republicano durante la guerra civil.

Desde la cima de Fontañán podemos distinguir desde El Teleno al Espiguete, pasando por todos los montes del Catoute, Tambarón... Amargones, Tres Marías, Braña Caballo, Fontún, Correcillas, Peña Galicia y Valdorria, Peñacorada y el Espiguete y detrás el Curavacas. Aparte vemos todo el valle del Bernesga que desciende hacia León así como el del Luna que baja hacia el pantanín de Selga.

Las trincheras, túneles y nidos de metralladoras de las cimas son consencuencia de los puestos republicanos que defendían el paso de Pajares contra los aviones sublevados que despegaban del aeródromo de La Virgen del Camino. Es interesante imaginarse como sería la vida para esos soldados aquí, en esta misma peña que pisamos, y sobretodo el invierno... Lo que si está claro es que es arquitectura de guerra que no estaría nada mal conservar.

Para el descenso, optamos por seguir de frente mirando hacia una cantera que se presenta a nuestros pies. Tras bajar con no sin dificultades la cumbre, nos encontramos un camino que tomamos hacia la derecha y que gira en dirección a Olleros de Alba. El camino, paralelo al que cogimos para la ascensión, discurre a mucha más altura que el mencionado, pudiendose observar todo el recorrido desde el mismo. Llegamos de nuevo a otro camino que de nuevo volvemos a coger hacia la derecha hasta encontrarnos con otra cantera de piedra caliza. Descendemos y llegamos al punto de partida.