EL LLAR DEL TRASGU, HAYEDO DE LAS NAVARIEGAS, LA FOZ ESCURA, PICO FELICIANO Y HAYEDO DE LA HUERGA DESDE PARADILLA DE GORDÓN.

CONOCEMOS LAS MONTAÑAS DE CASTILLA Y LEÓN.
La ruta que presentamos se ubica en la Montaña Central Leonesa. El punto de partida lo situamos en Paradilla de Gordón. Esta pequeña población se encuentra en la carretera LE-473 que recorre el precioso valle formado por el río Casares, tributario del río Bernesga en la Pola de Gordón.
Comenzamos el itinerario pasando el puente sobre el río Casares y por la muy bien indicada ruta denominada el Llar del Trasgu. Damos nuestros primeros pasos con rumbo SE para disfrutar del primer bosque. Se trata de un robledal en excelente estado de conservación. El relieve calcáreo luciendo impresionantes estratos verticales, en muchos casos cortados por las aguas de arroyos y ríos, nos muestra atractivas "ventanas" que permiten el acceso de nuestras miradas a valles, como el de Valdecuevas, cerrados y tapizados por el verde intenso de los árboles del bosque contrastando con el blanco de la roca caliza y el azul del cielo.
En 1,5 km daremos un giro hacia NW para dirigirnos al collado del Castro desde donde vemos las cumbres más altas de las Tres Marías. El collado nos orienta hacia el hayedo de las Navariegas. Este bosque, ahora en primavera, es sencillamente espectacular. Las hayas con sus estrenadas hojas verde claro, las innumerables plantas en flor engalanando el suelo cubierto por abundantes hojas secas, las permanentes melodías de la variedad de pájaros cantores, posados en las ramas de los árboles, que no vemos pero sí escuchamos con mucha atención, aportan a este espacio natural ingredientes suficientes para conformar un lugar de belleza sin igual.
El tramo por este bosque nos va dirigiendo hacia otro collado más amplio, abierto y con menor altitud que el del Castro. Desde este lugar vemos claramente el collado Foza la Fuente por el que pasaremos al regresar al punto de partida.
Ahora tenemos el tramo de mayor esfuerzo ascendiendo por la impresionante Foz Escura, modelada por el arroyo Focescura. De nuevo por el interior del hayedo vamos ascendiendo a la vez que la foz se va estrechando y ganando en belleza. Seguimos contemplando árboles centenarios de gran porte, algunos saliendo de los mismos estratos verticales buscando la luz solar.
Superado este paso salimos a una zona mucho más abierta de pastizal mezclado con altos retamares. Sin mucha dificultad cubrimos nuestro siguiente tramo que termina en el puerto de Stª Cruz donde nos esperan un refugio bien cuidado, una instalación ganadera, una fuente y un antiguo chozo de forma cónica con la cubierta de retama. Unos lustrosos caballos nos miran con curiosidad a la vez que se alimentan de la fresca hierba de esta pradera de montaña.
Con la misma orientación, S, continuamos para girar hacia W ascendiendo por un valle cerrado y empinado, dominado por el piorno en flor. El paso frecuente del ganado hace que podamos encontrar sendas sin mucha dificultad. Al final de este valle nos espera la cumbre más alta de la jornada de montaña.
Estamos en el pico Feliciano, mirador ideal para contemplar el paisaje que nos rodea. Hacia el norte, ahora sí, vemos con total nitidez la peña Esquina, las Tres Marías y, a sus pies, el embalse de Casares. Hacia el sur tenemos el cordal donde destacan los picos Amargones, del Altico y Bustillo. Si miramos a poniente, muy cerca de nosotros tenemos tres alargados valles, bien protegidos por paredes rocosas, el más largo y profundo es el valle de Meleros, por el que tenemos pensado descender.
Con renovados ánimos continuamos caminando por la parte alta del cordal hacia poniente para ir perdiendo altura hasta un collado que nos permite acceder a una pequeña cima secundaria desde donde podemos contemplar plenamente una serie de dolinas que salpican la verde pradera de este valle de alta montaña. Continuamos bajando para seguir progresando hasta encontrar el punto por el cual podemos conectar con el valle de Meleros, prácticamente en su cabecera.
El descenso lo hacemos paralelos al arroyo de Meleros durante un buen tramo. Este lugar tiene muchos atractivos: la propia forma del valle, los retorcidos pliegues de los estratos, las inmejorables vistas hacia el pico Feliciano, árboles con sus umbelas florecidas como los mostajos y los espinos albares, pequeñas plantas con flores como los gamones, la sangre de cristo, la orquídea saúco con ese color amarillo característico...
Ya valle abajo nos vemos obligados a separarnos del arroyo para buscar el collado que nos conduce a otro valle. Aquí decidimos subir a una pequeña peña para seguir disfrutando de este entorno natural tan singular. De nuevo en el collado nos dirigimos a otro cercano abrigado por el coqueto cueto Mellozo, al que no subimos.
Seguimos progresando en dirección N/NE para adentrarnos en el último bosque: el hayedo de la Huerga. Otro paraíso natural. Los viejos y castigados árboles por el paso del tiempo dan a este lugar un aspecto mágico, como poblado por hadas y duendes que te observan y que tú no los puedes ver. Una maravilla de la naturaleza .
Salimos del bosque ya en el collado Foza de la Fuente. Desde este lugar bajamos por otra pequeño valle hasta el arroyo Focescura. Aquí nace la pista que nos deja en el punto de partida.
Una preciosa ruta muy recomendable para todos los amantes de nuestras montañas. Creo que en primavera es la estación ideal para disfrutar de todos los encantos de este entorno natural privilegiado.
Recordar la necesidad de una buena preparación física e ir equipados adecuadamente como exige el caminar por nuestras montañas.