El Lobo desde Bocígano, subiendo por Picaño y bajando por la Cebosa
near Bocígano, Castilla-La Mancha (España)
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Itinerary description
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Reseña de la ruta en Adventoorer: El Lobo desde Bocígano, subiendo por Picaño y bajando por la Cebosa.
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De vez en cuando entran ganas de darse una buena paliza haciendo una ruta como esta. De nula dificultad técnica, suma unos treinta kilómetros, y mil quinientos metros de desnivel. Las agujetas están aseguradas.
Recorre el mismo centro de la Sierra de Ayllón, subiendo desde el pueblo de Bocígano por la Loma del Picaño y el Cerrón, hasta el Lobo, más o menos en la mitad de la ruta, y bajando luego por el Cordel de las Peñuelas, pasando por la Cebosa y el Rocín. No hay un momento de descanso. El camino no para de subir y bajar.
Lo único malo es que se tarda mucho en llegar a Bocígano, ya que está bastante apartado de las carreteras principales.
Así que a eso de las diez nos ponemos en marcha desde la plaza del pueblo. Deshacemos un poco el camino hecho en coche y salimos del pueblo por la carretera. Apenas un poco más allá una pista sale a mano derecha y por allí empezamos a subir. Inmediatamente hay que coger la loma para llegar al cordal. Nosotros lo hacemos un poco más allá, para esquivar al mogollón de vacas que estaban tranquilamente remoloneando al sol.
Hasta la primera cota, Las Huelgas, hay algo menos de cuatrocientos metros de desnivel. No es una subida muy pronunciada, pero enseguida nos damos cuenta de que el sol va a pegar hoy de lo lindo. Pero mucho…
Para cuando llegamos yo ya estoy sufriendo bastante. Hace muchísimo calor y apenas hemos empezado.
Hay un ligero descenso y luego una fuerte subida hasta llegar al cordal de la Loma del Picaño. En este cordal hay varias cotas sin nombre, además de la cima principal. No corre ni pizca de aire. Cuando subimos cada nueva cima, esperamos notar que sopla algo, pero no hay manera. Esto parece un horno.
Tras recorrer la loma entera se llega al Cerrón, y el camino mejora. Hasta entonces apenas hay sendero, y hay que ir más o menos por donde se pueda. No hay muchas dificultades, pero a veces los arbustos molestan para avanzar.
Bajamos del Picaño, y estoy absolutamente agotado. El calor es infernal, como si estuviésemos en lo peor del verano. Ganas me dan de volverme, pero casi no hemos hecho nada… Mi idea era completar la lista de dosmiles de Ayllón con esta ruta, pero estoy tan molido que renuncio a hacerlo. Al lado del Cerrón hay un par de cimas que no hacemos. Ahí se quedarán hasta otro momento. De hecho, ni siquiera subimos el Cerrón. Viendo el caloruzo que hace, creemos que es lo mejor, porque vamos a tardar más de lo que pensábamos, y se puede hacer de noche.
Agradezco enormemente el cambio de planes, porque me veo fatal.
Así que el Cerrón lo rodeamos por la izquierda, por la pista. Se avanza mucho mejor, y encima sopla más el airecillo. Parece que la cosa mejora, pero no… La subida al Cervunal promete sudores a mansalva.
A estas alturas no tengo ganas de subir nada más que lo estrictamente imprescindible. El Cervunal se puede esquivar subiendo por un sendero un poco a la derecha del que va directo a su cima. Una elección muy hábil. Llegamos a la parte alta un poco más allá, y más cómodamente.
Al Lobo sí que subimos, claro. Desde aquí apenas queda nada, y no vamos a pasar de él. Eso sí, las cotas que hay antes de llegar a él las olvidamos también.
No sé si lo he dicho antes, pero hace un calor espantoso. En el Lobo comemos y descansamos un rato. Aquí sí que corre bien el aire, hasta el punto de que a la sombra hace frío. Pero se agradece. Estamos en la mitad de la ruta y estoy hecho polvo. Quedan quince kilómetros aún. El cordal de bajada tiene mejor pinta, porque vamos hacia abajo, y parece que hay menos desniveles. Pero claro, el cansancio acumulado ya es mucho.
Encima, como soy un cansino, me empeño en subir todo lo que hay por el cordal, y que perfectamente podríamos haber esquivado…
Me pesan las piernas como si llevara pantalones de plomo, y el sol es aplastante. Finales de septiembre y parece julio. Encima tenemos problemas con el agua y queda muchísimo aún.
Ya llegamos a la Cebosa, y pasamos a la izquierda de la cota 2036 del Rocín (que subiremos al alcanzar el colladito). Aquí da la sombra y corre el aire… Es el mejor momento de toda la ruta. La subida a este collado, ya hecho polvo, pero a la sombra, es el rato en el que más disfruto. Qué gozada de oscuridad y de fresquito…
Pero se acaba enseguida y vuelve el infierno. Giramos para subir la cota, luego nos acercamos al Rocín, y volvemos hacia la Cebosa. Quedan unos nueve kilómetros y el sol empieza a bajar. Arreamos un poco, porque quedarse aquí a oscuras no tiene que ser muy agradable.
Caminamos y caminamos sin descanso. Ya no sé ni dónde estoy ni cuánto queda ni nada. Solo veo que el sol se va a ocultar tras las montañas del otro lado del valle. Todavía quedará luz, pero no va a durar mucho más. Enfrente se ve el pueblo, al otro lado del río. Oh, oh… Al otro lado del río… En la zona alta. Eso quiere decir que va a haber que bajar, y luego subir...
Pasadas unas colmenas aparece un PR que enseguida empieza a bajar. Es una zona bonita, atravesando los bosques, pero a estas alturas no hay tiempo de fijarse en nada. Empieza a oscurecer de verdad. Por lo menos vamos por un sendero bien marcado y señalizado. Seguimos una eternidad por él, hasta que llegamos junto al río. Cruzamos por donde podemos, por una zona con piedras, y al llegar al otro lado vemos que había un puente veinte metros más adelante… Los nervios.
Vamos hacia allí, esperando seguir el camino, y la luz se va del todo. De repente, es noche cerrada. No vemos tres en un burro y no sabemos por dónde seguir. El pueblo está a poco más de un kilómetro. Nos ponemos los frontales y vamos para un lado y para el otro, pero no vemos señales por ninguna parte. Sin saber por dónde tirar, subimos campo a través por donde sea. Siguiendo al gps, enfilamos hacia donde debería estar el pueblo, pero por el medio del campo la cosa es complicada. Cuando no hay una valla, hay un zarzal, o un montón de árboles cerrados… Intentamos no perder la dirección, pero la cosa es complicada. Nos desviamos continuamente, y volver a enfilar la dirección correcta es bastante difícil. Todo esto a la luz del frontal y con los nervios un poco de punta. Qué emocionante se está poniendo esto…
Por fortuna no estábamos demasiado lejos del pueblo, aunque este último tramo nos lleva una eternidad. Tras saltar unas cuantas vallas, llegamos a la civilización. Lo mejor de todo es llegar a la fuente del pueblo y meter los pies dentro. Qué maravilla…
Por supuesto, si alguien comete la locura de seguir esta ruta, que no lo haga en verano, y que a partir del puente no haga caso de lo que hicimos nosotros. Obviamente la ruta sigue de frente desde el puente. Por ahí teníamos que haber ido, pero en ese momento no pensábamos con mucha claridad...
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Reseña de la ruta en Adventoorer: El Lobo desde Bocígano, subiendo por Picaño y bajando por la Cebosa.
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De vez en cuando entran ganas de darse una buena paliza haciendo una ruta como esta. De nula dificultad técnica, suma unos treinta kilómetros, y mil quinientos metros de desnivel. Las agujetas están aseguradas.
Recorre el mismo centro de la Sierra de Ayllón, subiendo desde el pueblo de Bocígano por la Loma del Picaño y el Cerrón, hasta el Lobo, más o menos en la mitad de la ruta, y bajando luego por el Cordel de las Peñuelas, pasando por la Cebosa y el Rocín. No hay un momento de descanso. El camino no para de subir y bajar.
Lo único malo es que se tarda mucho en llegar a Bocígano, ya que está bastante apartado de las carreteras principales.
Así que a eso de las diez nos ponemos en marcha desde la plaza del pueblo. Deshacemos un poco el camino hecho en coche y salimos del pueblo por la carretera. Apenas un poco más allá una pista sale a mano derecha y por allí empezamos a subir. Inmediatamente hay que coger la loma para llegar al cordal. Nosotros lo hacemos un poco más allá, para esquivar al mogollón de vacas que estaban tranquilamente remoloneando al sol.
Hasta la primera cota, Las Huelgas, hay algo menos de cuatrocientos metros de desnivel. No es una subida muy pronunciada, pero enseguida nos damos cuenta de que el sol va a pegar hoy de lo lindo. Pero mucho…
Para cuando llegamos yo ya estoy sufriendo bastante. Hace muchísimo calor y apenas hemos empezado.
Hay un ligero descenso y luego una fuerte subida hasta llegar al cordal de la Loma del Picaño. En este cordal hay varias cotas sin nombre, además de la cima principal. No corre ni pizca de aire. Cuando subimos cada nueva cima, esperamos notar que sopla algo, pero no hay manera. Esto parece un horno.
Tras recorrer la loma entera se llega al Cerrón, y el camino mejora. Hasta entonces apenas hay sendero, y hay que ir más o menos por donde se pueda. No hay muchas dificultades, pero a veces los arbustos molestan para avanzar.
Bajamos del Picaño, y estoy absolutamente agotado. El calor es infernal, como si estuviésemos en lo peor del verano. Ganas me dan de volverme, pero casi no hemos hecho nada… Mi idea era completar la lista de dosmiles de Ayllón con esta ruta, pero estoy tan molido que renuncio a hacerlo. Al lado del Cerrón hay un par de cimas que no hacemos. Ahí se quedarán hasta otro momento. De hecho, ni siquiera subimos el Cerrón. Viendo el caloruzo que hace, creemos que es lo mejor, porque vamos a tardar más de lo que pensábamos, y se puede hacer de noche.
Agradezco enormemente el cambio de planes, porque me veo fatal.
Así que el Cerrón lo rodeamos por la izquierda, por la pista. Se avanza mucho mejor, y encima sopla más el airecillo. Parece que la cosa mejora, pero no… La subida al Cervunal promete sudores a mansalva.
A estas alturas no tengo ganas de subir nada más que lo estrictamente imprescindible. El Cervunal se puede esquivar subiendo por un sendero un poco a la derecha del que va directo a su cima. Una elección muy hábil. Llegamos a la parte alta un poco más allá, y más cómodamente.
Al Lobo sí que subimos, claro. Desde aquí apenas queda nada, y no vamos a pasar de él. Eso sí, las cotas que hay antes de llegar a él las olvidamos también.
No sé si lo he dicho antes, pero hace un calor espantoso. En el Lobo comemos y descansamos un rato. Aquí sí que corre bien el aire, hasta el punto de que a la sombra hace frío. Pero se agradece. Estamos en la mitad de la ruta y estoy hecho polvo. Quedan quince kilómetros aún. El cordal de bajada tiene mejor pinta, porque vamos hacia abajo, y parece que hay menos desniveles. Pero claro, el cansancio acumulado ya es mucho.
Encima, como soy un cansino, me empeño en subir todo lo que hay por el cordal, y que perfectamente podríamos haber esquivado…
Me pesan las piernas como si llevara pantalones de plomo, y el sol es aplastante. Finales de septiembre y parece julio. Encima tenemos problemas con el agua y queda muchísimo aún.
Ya llegamos a la Cebosa, y pasamos a la izquierda de la cota 2036 del Rocín (que subiremos al alcanzar el colladito). Aquí da la sombra y corre el aire… Es el mejor momento de toda la ruta. La subida a este collado, ya hecho polvo, pero a la sombra, es el rato en el que más disfruto. Qué gozada de oscuridad y de fresquito…
Pero se acaba enseguida y vuelve el infierno. Giramos para subir la cota, luego nos acercamos al Rocín, y volvemos hacia la Cebosa. Quedan unos nueve kilómetros y el sol empieza a bajar. Arreamos un poco, porque quedarse aquí a oscuras no tiene que ser muy agradable.
Caminamos y caminamos sin descanso. Ya no sé ni dónde estoy ni cuánto queda ni nada. Solo veo que el sol se va a ocultar tras las montañas del otro lado del valle. Todavía quedará luz, pero no va a durar mucho más. Enfrente se ve el pueblo, al otro lado del río. Oh, oh… Al otro lado del río… En la zona alta. Eso quiere decir que va a haber que bajar, y luego subir...
Pasadas unas colmenas aparece un PR que enseguida empieza a bajar. Es una zona bonita, atravesando los bosques, pero a estas alturas no hay tiempo de fijarse en nada. Empieza a oscurecer de verdad. Por lo menos vamos por un sendero bien marcado y señalizado. Seguimos una eternidad por él, hasta que llegamos junto al río. Cruzamos por donde podemos, por una zona con piedras, y al llegar al otro lado vemos que había un puente veinte metros más adelante… Los nervios.
Vamos hacia allí, esperando seguir el camino, y la luz se va del todo. De repente, es noche cerrada. No vemos tres en un burro y no sabemos por dónde seguir. El pueblo está a poco más de un kilómetro. Nos ponemos los frontales y vamos para un lado y para el otro, pero no vemos señales por ninguna parte. Sin saber por dónde tirar, subimos campo a través por donde sea. Siguiendo al gps, enfilamos hacia donde debería estar el pueblo, pero por el medio del campo la cosa es complicada. Cuando no hay una valla, hay un zarzal, o un montón de árboles cerrados… Intentamos no perder la dirección, pero la cosa es complicada. Nos desviamos continuamente, y volver a enfilar la dirección correcta es bastante difícil. Todo esto a la luz del frontal y con los nervios un poco de punta. Qué emocionante se está poniendo esto…
Por fortuna no estábamos demasiado lejos del pueblo, aunque este último tramo nos lleva una eternidad. Tras saltar unas cuantas vallas, llegamos a la civilización. Lo mejor de todo es llegar a la fuente del pueblo y meter los pies dentro. Qué maravilla…
Por supuesto, si alguien comete la locura de seguir esta ruta, que no lo haga en verano, y que a partir del puente no haga caso de lo que hicimos nosotros. Obviamente la ruta sigue de frente desde el puente. Por ahí teníamos que haber ido, pero en ese momento no pensábamos con mucha claridad...
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Waypoints
Summit
6,572 ft
Cerro Ortigosa
Cerro Ortigosa
Summit
6,579 ft
Cota 2006 de la Loma del Picaño
Cota 2006 de la Loma del Picaño
Summit
6,590 ft
Cota 2012 de la Loma del Picaño
Cota 2012 de la Loma del Picaño
Summit
6,635 ft
Cota 2027 de la Loma del Rocín
Cota 2027 de la Loma del Rocín
Summit
6,684 ft
Cota 2036 de la Loma del Rocín
Cota 2036 de la Loma del Rocín
Summit
6,828 ft
Cota 2088 de la Loma del Rocín
Cota 2088 de la Loma del Rocín
River
4,077 ft
Cruce de río
Cruce de río
Intersection
6,528 ft
De vuelta al camino
De vuelta al camino
Summit
6,705 ft
El Rocín
El Rocín
Summit
6,700 ft
La Cebosa
La Cebosa
Summit
5,619 ft
Las Huelgas
Las Huelgas
Summit
7,176 ft
Las Peñuelas Oriental
Las Peñuelas Oriental
Summit
7,248 ft
Las Peñuelas
Las Peñuelas
Summit
6,608 ft
Loma del Picaño Central
Loma del Picaño Central
Summit
6,661 ft
Loma del Picaño Oeste
Loma del Picaño Oeste
Summit
6,703 ft
Loma del Picaño
Loma del Picaño
Summit
7,426 ft
Pico del Lobo
Pico del Lobo
Door
4,429 ft
Puerta
Puerta
Summit
6,821 ft
Torre del Rayo
Torre del Rayo
Intersection
6,591 ft
Trozo con yerbas
Trozo con yerbas
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